| 28 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Enrique Iglesias y su gran fallo
Enrique Iglesias y su gran fallo

Enrique Iglesias, el gran fraude para el clan familiar

Discreto con su vida y con su relación con Anna, Enrique intenta mantenerse al margen de cualquier polémica. Ni siguiera habla de lo suyo con su padre. Pero, ahora, le han vuelto a pillar.

| ESdiario Chismógrafo

La situación personal de Enrique Iglesias lleva bastante tiempo sin variar. La relación con Anna Kournikova parece que sigue asentada sobre unos sólidos cimientos que les ha permitido mantener viva la llama durante estos años. Pero ninguno de los dos da un paso adelante.

Discreto, como siempre, y amante de mantener privada su vida íntima, Enrique nunca comenta nada. Ni de Anna, ni de los suyos y mucho menos de su relación, o la falta de ella, con su padre, Julio Iglesias.

Y en lo profesional, Enrique es uno de los músicos y cantantes que más éxitos internacionales está cosechando y que ha logrado asentar un trabajo de años bien hecho. Aunque, en ciertos momentos también tiene su sabor agridulce.

La situación personal de Enrique Iglesias lleva bastante tiempo sin variar

Eso es lo que le ha pasado, otra vez, a un Enrique Iglesias al que le pillaron desprevenido los problemas técnicos de su última actuación en los Premios Latinos de la Música, que se celebraban en Cannes.

Enrique recibía un premio honorífico por toda su carrera y, como parte de la cita, Iglesias subió a cantar una de sus canciones más conocidas “Duele el corazón.” Y en plena actuación empezaron los problemas.

El hijo de Isabel Preysler intentó arreglar el desaguisado del playback y que, cantando en directo, se paliase el fallo de sonido. Pero, en vez de arreglarlo, lo que consiguió fue lo que algunos han calificado como bochornosa actuación; que ha dado lugar a un video que, rápidamente, se ha convertido en uno de los más comentados.

Iglesias, que no es la primera vez que le pasa algo parecido y que, además, le graban para dar buena cuenta de ello, intentó solucionarlo dándole todo el protagonismo al público y evitando poner la voz. Pero el efecto, al final, fue el contrario.