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Ana Obregón reabre la guerra con Lequio: delicado asunto sobre la muerte de su hijo

La conocida presentadora y actriz ha abierto su corazón, y viejas heridas, en una entrevista en la que reprocha el papel de padre del conde televisivo en los últimos días de Aless.

Ana ObregónEuropa Press

David Lozano
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El 20 de marzo de 2018 marcó un antes y un después en la vida de Ana Obregón. Ese día, los médicos le comunicaron que su hijo, Aless Lequio, de 25 años, tenía un tumor de 10 centímetros y debía ser operado de urgencia. A partir de ese momento, la actriz lo dejó todo para centrarse en la batalla contra la enfermedad.

Tras la intervención, Ana, su hijo y Alessandro Lequio pusieron rumbo a Nueva York en busca de un tratamiento innovador que aún no estaba disponible en España. Allí, en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, Aless pasó ocho meses sometiéndose a duras sesiones de quimioterapia. Durante ese tiempo, Ana nunca se separó de él. Sin embargo, la compañía del padre del joven fue esporádica.

En una reciente entrevista, en Madres: desde el corazón, de Mediaset España, la actriz, bióloga y presentadora ha recordado con crudeza aquellos meses de lucha, dejando claro que fue ella quien cargó con todo el peso de la enfermedad. “Estuvimos mano a mano, solos, a seis mil kilómetros de nuestra familia y amigos. No volveré nunca más a Nueva York. Pasábamos diez horas al día en quimioterapia, y yo estaba allí, sola con él. Medía un metro noventa y seis y se me agarraba. Fue durísimo”, confesó.

Sobre el papel de Alessandro Lequio en aquel momento, Ana Obregón no dudó en lanzar un reproche directo: “Él estaba trabajando en televisión y fue tres o cuatro veces a vernos”. Unas palabras que dejan entrever su decepción por la falta de implicación del padre de su hijo en los momentos más difíciles.

Tras la pérdida de Aless en 2020, Obregón se volcó en cumplir los deseos que su hijo dejó escritos antes de morir. Uno de ellos era convertirse en padre, motivo por el cual la actriz viajó a Miami para traer al mundo a su nieta, Ana Sandra, mediante gestación subrogada.

A pesar del dolor y la ausencia de su hijo, Ana encontró un motivo para seguir adelante en la pequeña. “Cuando la cogí en brazos y me miró, vi los ojos de Aless. Era la cosa más bonita del mundo. Solo rezaba para que todo saliera bien y poder cumplir su último deseo”, relató emocionada.

Hoy, Ana Obregón sigue alzando la voz en favor de los enfermos de cáncer y la importancia de la compañía en los momentos más difíciles, una lección que ella aprendió en carne propia cuando le tocó enfrentar, prácticamente en solitario, la batalla más dura de su vida.

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