José Pablo López, ‘cazado’ aceptando el fin de La Familia de la tele en TVE

En televisión, como en política, hay veces que el silencio dice más que las palabras. Pero cuando se habla, también hay que saber leer entre líneas. Eso es precisamente lo que ha ocurrido con las declaraciones de José Pablo López, presidente de RTVE, durante su comparecencia en la Comisión Mixta de Control Parlamentario. Allí, lejos de lanzar una defensa entusiasta de La Familia de la Tele, su gran apuesta para las tardes de La 1, lo que hizo fue lo contrario: dejar entrever, sin decirlo del todo, que el proyecto está tocado... y casi hundido.

Porque aunque trató de revestir su mensaje de paciencia y espíritu de prueba-error, lo cierto es que sus palabras han sorprendido tanto en el Congreso como en los despachos de Torrespaña. “Necesito convencerme de que el programa no tiene ninguna posibilidad de remontar”, aseguró. Una frase que, en boca de quien tiene la tijera y el presupuesto, suena más a preaviso de cancelación que a respaldo real.

El mensaje, más allá de su aparente contención, ha sido interpretado como lo que es: un reconocimiento implícito de que La Familia de la Tele no funciona, y de que su continuidad está en seria revisión. En RTVE, donde el ambiente ya era tenso, la intervención de López no ha hecho más que agrandar el desconcierto.

No es solo una cuestión de datos, aunque los datos son demoledores: el programa apenas ha superado el 6,9% de cuota en mayo, siendo la oferta con peor rendimiento de toda TVE, y con poco más de medio millón de espectadores diarios. Pero lo más grave es lo que no se mide con audímetros: el daño reputacional a la cadena pública, que ha apostado por un formato abiertamente inspirado en Sálvame —el propio Consejo de Informativos así lo ha denunciado— y lo ha hecho, además, con dinero público.

Porque sí, el gasto es otra de las bombas que han estallado. Tal y como ha revelado El Mundo, el presupuesto total asciende a 5,5 millones de euros, con casi 88.000 euros por episodio. ¿El reparto? 1,8 millones para personal artístico, 1,6 para el equipo técnico. Presentadores que cobran entre 950 y 1.600 euros por programa, colaboradores que rondan los 1.000 y hasta 2.000 euros por aparición para algunos invitados. El director del espacio se embolsa 8.750 euros mensuales. Todo ello, con cargo al contribuyente.

Las críticas no han tardado en llegar. El Consejo de Informativos ha sido tajante, calificando el formato como contrario a los principios de servicio público. Rostros históricos de la cadena, algunos todavía en activo, se han mostrado indignados con lo que consideran una “rendición” ante los códigos de la llamada telebasura. Y en los pasillos de la Corporación, el nombre de la productora —La Osa Producciones de Óscar Cornejo y Adrián Madrid— resuena como un error de cálculo monumental.

“Lo que se ha hecho es meter el corazón de Sálvame en un plató nuevo con otro nombre, pero los ingredientes son los mismos: escándalo, sensacionalismo y confrontación”, resume gráficamente un profesional de larga trayectoria en la casa.

Defensa que suena a retirada

En su comparecencia, López trató de vestir su decisión con frases de manual: “Prefiero equivocarme a no intentarlo” o “nos podemos equivocar, y no pasa nada porque se corrige”. Pero el efecto fue el contrario. En lugar de una defensa firme del programa, sonó a una retirada a tiempo. Como si ya hubiera asumido lo inevitable, pero necesitara tiempo para preparar la salida.

“La mejor forma de no ser criticado es no decir nada, no hacer nada y no ser nadie”, dijo. El problema es que con La Familia de la Tele, se ha dicho mucho, se ha hecho más… y el resultado ha sido desastroso. Pero por primera vez el presidente de RTVE, que lo es gracias a Pedro Sánchez, reconoce que el Sálvame de La 1 pende de un delgado hilo.