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Leonor incumple el reglamento de la Armada: el médico la libra de una sanción

La Princesa estaba en la cubierta del Blas de Lezo sin las botas reglamentarias, algo que no se permite en ningún caso salvo justificación.

La Princesa Leonor, en el Blas de Lezo, calzando zapatillas.GTRES

David Lozano
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A bordo de una fragata de guerra, cada gesto tiene su peso. Más aún si quien lo firma —aunque sea sin pretenderlo— es la heredera al trono. La imagen de la Princesa Leonor en zapatillas deportivas durante su estancia formativa en la Blas de Lezo no tardó en generar ruido. Porque en el mundo castrense, el uniforme es liturgia. Y saltárselo, aunque sea por necesidad, puede acarrear consecuencias. Consecuencias reales, incluso para una futura Reina de España.

Como ha publicado el portal especializado Monarquía Confidencial, la fotografía no refleja ningún gesto de privilegio ni rebeldía estética, sino una decisión médica justificada. Leonor sufre dolencias en los pies, frecuentes en quienes llevan semanas ajustándose al calzado reglamentario. Ampollas, esguinces o lesiones menores son moneda común a bordo. Pero en su caso, la diferencia era evidente: sin botas. Y en la Armada, romper la uniformidad puede implicar sanción disciplinaria.

¿La clave para evitarla? Un parte médico oficial que autorizaba el uso de calzado alternativo, lo que se conoce en la jerga naval como rebaje de botas. Esta figura —invisible para el gran público— permite a los cadetes temporalmente afectados usar zapatillas más cómodas y transpirables. Sin ese documento, Leonor habría incurrido en una falta leve disciplinaria, contemplada en los códigos internos del centro de formación militar, tal y como han confirmado fuentes de La Armada a ESdiario.

Fuentes próximas a la instrucción han confirmado que “la Princesa de Asturias ha recibido exactamente el mismo tratamiento que cualquier compañero en su misma situación”. Ni más, ni menos. El permiso se tramitó como se hace con todos: diagnóstico, evaluación y rebaje autorizado por personal sanitario del buque. Nada que ver con el apellido. Todo que ver con el pie.

Desde la Armada insisten en que este tipo de adaptaciones no afectan al expediente del cadete, ni a su rendimiento académico ni a su desempeño en prácticas. “La instrucción militar busca la excelencia, pero no ignora la salud de sus alumnos”, recalcan. Y en cubierta, la salud del pie no es detalle menor: de ello depende maniobrar, correr, responder al toque de sirena.

La imagen en zapatillas no es tanto un descuido como un retrato más de la normalidad institucional que Leonor de Borbón está asumiendo en su proceso de formación militar. Ya dejó atrás la Academia General Militar de Zaragoza, y ahora, en plena fase naval, se enfrenta a las exigencias de la mar como cualquier otro futuro oficial. Incluso con los pies vendados. Incluso si la cámara la delata. Su periplo en el mar no ha estado exento de dificultades, al poco de embarcar en el Buque Escuela Juan Sebastián Elcano, tal y como les informamos en ESdiario, Leonor pasó unos días horribles a costa de los mareos.

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