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ha fallecido en parís a los 87 años

Adiós a Claudia Cardinale: del secreto que amargó su juventud a su visita en minifalda al Vaticano

Icono del cine europeo rodó a las órdenes de Federico Fellino, Luichino Visconti, Marco Bellochio, Mario Monecelli, Sergi Leone, Manoel de Oliveira o Fernando Trueba. Se casó en Las Vegas con el productor Franco Cristaldi y su divorcio le costó el veto de la industria cinematográfica italiana durante años. 

Claudia Cardinale en 'El Gatopardo'.

Claudia Cardinale en 'El Gatopardo'.Archivo

David González
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A los 87 años de edad la mítica Claudia Cardinale fue encontrada sin vida en su casa cerca de París. La capital gala se había convertido en su residencia desde los años 70. Francia es uno de los tres países que marcarían su vida. El primero fue Túnez, donde nació en 1938 hija de inmigrantes sicilianos. En ese momento el país árabe era protectorado francés. El árabe, el francés y el italiano serían sus tres lenguas maternas. Más tarde acabaría hablando español e inglés.

Fue la última, por edad, de las grandes del cine italiano en llegar a las pantallas y lo hizo por casualidad, cuando un productor convenció a su padre de hacerle un prueba. En su Túnez natal rodó Goha el invencible junto a la mayor estrella del cine árabe Omar Shariff que todavía no había dado el salto a la fama occidental. Claudia tenía 18 años y un secreto. Estaba embarazada fruto de una violación. Durante muchos años ocultó este detalle de su biografía. Hicieron creer al niño que era hermano de su madre. Cuando cumplió 19 años se enteró de la verdad y la Cardinale lo contó ante los medios. Para esos momentos, mediados de los 70, ya era una de las grandes estrellas de Europa y la verdad es que no tenía nada fácil aportar algo nuevo en un momento en el que reinaban en el viejo continente Sofía Loren, Gina Lollobrigida, Brigitte Bardot, Úrsula Andress o Catherine Deneuve. Casi nada.

Con Rufufú da el golpe (1959) empezó el mito. Además, en ese rodaje conoció al productor Franco Cristaldi, 14 años mayor que ella. Empezaron una relación sentimental en secreto ya que él estaba casado. Una historia que recuerda a las de sus competidoras Sofía Loren con Carlo Ponti y Silvana Mangano con Dino de Laurentis. Se unieron en 1966 y él adoptó al hijo de soltera de ella. Para entonces la Cardinale ya llevaba a sus espaldas una de las mejores carreras de la historia del cine.

Ya entonces había rodado con Visconti, Fellini, Blake Edwards o Mario Monicelli. Sólo en 1963 rodó Ocho y medio a las órdenes de Fellini, La pantera rosa con Edwards y El gatopardo con Visconti. Con éste último tuvo una relación de musa total. Para el milanés era su actriz favorita junto a Silvana Mangano y Romy Schneider. Su conexión empezó con el rodaje de Roco y sus hermanos (1960) junto a Alain Delon y se mantuvo durante casi quinces años. Cuando se separó de su marido en 1975 por amor al cineasta Pasquale Squitieri, Cristaldi propició su veto en el cine italiano y ella decidió instalarse en Francia. Fue Franco Zefirelli para su Jesús de Nazaret televisivo el que rompió la prohibición no escrita de contratar a la Cardinale.

Francia sería ya para siempre su lugar de referencia e incluso la prensa gala especuló con una historia de amor con el presidente de la república Jacques Chirac. Más allá de los asuntos del corazón, al contrario que sus coetáneas Claudia Cardinale no se desligó del mundo del cine y siguió siempre interesada en rodar con nuevos cineastas. Así hizo con Werner Herzog en Fitzcarraldo (1982) o más recientemente con Fernando Trueba en La artista y la modelo (2012) o el portugués Manoel de Oliveira en Gabo y la sombra (2012).

Tuvo momentos de gran éxito popular como La amante de Mussolinni (1984) donde se ponía en la piel de Clara Petacci, amante del dictador italiano. Una cinta que ya se intentó poner en pie en los años 60 y, dicen, fue incluso vetada por el papa Pablo VI. Con dos décadas de retraso la Cardinale se apuntó un importante éxito de taquilla que también repitió con Acto de dolor (1990) donde se ponía en la piel de la madre de un hijo con problemas con la droga.

Claudia Cardinale en 'La pantera rosa'.

Claudia Cardinale en 'La pantera rosa'.Archivo

Al filo de sus sesenta años volvió a Túnez e incluso rodó allí la cinta francesa Un verano en La Goulette (1997) sobre la Guerra de los Seis Días. Ya en el siglo XXI debutó en el teatro con gran expectación y rodó Le fit (2009) donde encarnaba a una madre árabe homófoba. También publicó entonces un libro de recuerdos que molestó a algunos antiguos amigos como Alain Delon. En los últimos tiempos siguió en la brecha con obras como Sinyora Enrica ile Italyan Olmak (2020) rodada en árabe o la comedia Niente di serio (2018). Su último trabajo fue The Island of Forgiveness (2022) que tuvo escasa repercusión internacional.

Hollywood y España

Como todas las estrellas europeas de época probó suerte en la Meca del Cine con escaso éxito. Rodó junto a nombres como John Wayne, Rock Hudson o Tony Curtis, pero ninguna de sus cintas tuvo importancia y los productores la entregaron un ramillete de papeles tópicos sobre lo que ellos entienden por una europea. También como todas las de época vino a rodar a España. Con nuestro país siempre tuvo gran conexión y se sentía cómoda. En 1968 vino a Almería para interpretar Hasta que llegó su hora a las órdenes de Sergio Leone. Tres años más tarde José Frade la reunió con (o contra) Brigitte Bardot en Las petroleras, un westen que ha ganado en kitch con los años. Frade pretendía repetir el éxito de 1965 de ¡Viva María! donde se unió a BB con Jeanne Moreau.

Claudia Cardinale en sus últimos años.

Claudia Cardinale en sus últimos años.Europa Press Reportajes / Europa Press

En un principio CC y BB se enfrentaron porque la italiana no soportaba los requiebros de estrella de la francesa. Además, en 1985 compartió rodaje en Italia junto a Francisco Rabal al que consideró uno de sus mejores compañeros. En 2012 rodó a las órdenes de Fernando Trueba. Eso sí, se quedó con la ganas de trabajar para Pedro Almodóvar.

Su relación con el Vaticano

En 1971 rodó a las órdenes de Marco Ferreri La audiencia una cinta donde se parodiaba la burocracia vaticana. Una cinta corrosiva que escandalizó en la Santa Sede. No era el primer encontronazo con la Iglesia de la actriz. El 6 de mayo de 1967 junto a la intérprete Antonella Lualdi visitó el Vaticano en minifalda. Este gesto desafió las estrictas normas de vestimenta del Vaticano, desencadenando una reacción inesperada. 

Claudia Cardinale y Fernando Trueba.

Claudia Cardinale y Fernando Trueba.David Oller / Europa Press

El encuentro de Cardinale con el papa Pablo VI dejó una huella imborrable. Aunque la minifalda simbolizaba para ella libertad y modernidad, su visita a la Basílica de San Pedro culminó en un momento profundamente emotivo. Tras la audiencia con el pontífice, Cardinale salió visiblemente afectada, con lágrimas en los ojos. Según relatos de la época, durante su conversación con Pablo VI, la actriz abrió su corazón sobre episodios dolorosos de su vida, como la agresión sexual que sufrió a los 17 años y su decisión de criar a su hijo.

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