Ridículo de la SER con el óptico de Pedro Sánchez y sus declaraciones: “es humilde y bueno”

En una semana marcada por las evasivas y los “no me consta” del presidente Pedro Sánchez en la comisión del caso Koldo, la Cadena SER ha decidido mirar a otro lado. Y lo ha hecho —nunca mejor dicho— a través de las lentes del presidente. Literalmente.

El informativo de la emisora del Grupo Prisa dedicó un espacio en Hora 25 a entrevistar a Jorge, el óptico que lleva una década vendiéndole las gafas a Sánchez, como si el dato tuviera valor de Estado. El resultado es una pieza periodística que roza el más absoluto de los ridículos: el vendedor relatando cómo el presidente “se deja aconsejar”, que “tiene buen gusto”, que “es humilde y buen cliente”, y que las gafas “no son ostentosas”.

El detalle más relevante del día político era la comparecencia del presidente en el Senado, en plena investigación sobre presuntas irregularidades que afectan al entorno socialista. Pero en la SER prefirieron quedarse con las Dior Monsieur de los años 80, valoradas en unos 250 euros, con las que Sánchez apareció leyendo sus notas.

Según el propio entrevistado, el mandatario “las cuida bien” y las compró hace años, cuando ya era presidente. Y con eso bastó para construir un relato que convertía una anécdota estética en argumento de proximidad, echando por tierra, con eso de los años, que las gafas eran parte de un teatro, un engaño más a los que nos tiene acostumbrados el presidente del Gobierno y líder del PSOE.

El elogio como cortina

Más allá del detalle curioso, el tono de la información deja poco espacio a la duda: la noticia no es el objeto, sino el propósito. En plena tormenta política, el relato del “presidente humilde, con buen gusto y sin ostentaciones” funciona como un respiro propagandístico, un gesto amable entre tanta incomodidad parlamentaria.

El problema no es contar la historia de las gafas; el problema es elevarla a categoría de noticia cuando hay temas de fondo infinitamente más relevantes.

Cuando el periodismo se desenfoca

La Cadena SER, hace décadas era un referente de la radio informativa en España, parece haber perdido el sentido de la proporción —y del pudor—. La pieza sobre las gafas es el ejemplo perfecto de un periodismo que se desliza hacia la autoparodia, empeñado en reforzar la imagen personal del presidente justo cuando más cuestionado está su discurso político.

La ironía es evidente: mientras se le critica por su opacidad en la comisión del Senado, el foco mediático se traslada a su supuesto “buen criterio óptico”.

Un ejercicio de distracción involuntariamente simbólico: las gafas del presidente ayudan a leer, pero a la radio con más postes de emisión de toda España, le han servido para no ver. Algo que es habitual en los últimos años.