Una borrachera del mejor Sorolla
Jóvenes y necios llegamos a denostar, bien aleccionados por la izquierda ideológica, la figura de Sorolla como excéntrico corolario de la lucha antifranquista durante los finales de la dictadura

El presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, y el comisario de la exposición y director del Museo Sorolla, Enrique Varela, junto a la obra 'La siesta' (1911). REMITIDA / HANDOUT por FUNDACIÓN BANCAJA Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma 26/9/2025
Cuando me encuentro leyendo y pensando sobre le opúsculo de Rainer María Rilke Cartas a un joven poeta, que un amigo al que profeso devoción me ha hecho llegar como dulce penitencia, mucho tiempo de después de saber sobre “las mujeres que lo amaron”, la Fundación Bancaja inaugura su última muestra de Sorolla con lo mejor de su propio Museo. Obras maestras del Museo Sorolla, reza la convocatoria.
A ver si soy capaz de organizarme. De lo que sé que no soy es de comprender la facetadísima personalidad del poeta checo aun cuando, leyendo sus cartas al joven señor Kappus -aprendiz de hombre; y de poeta- me perecieran dirigidas a un servidor. “Habrá de perdonarme”, tan cortés como imperativo empieza una de ellas. Deliciosa correspondencia que deja al lector libertad para componer las del interlocutor del maestro. Ni una huella de desdoro o menosprecio en una literatura epistolar amistosa y precisa, autorizada y también autoritaria. Siempre inteligente y siempre piadosa.
Hoy crece mi asombro por los maestros de la poesía a los que traté como Brines y Margarit, a los que trato como Siles y Marzal, y a los que sigo como Fernández Matellanes. Y mi comprensión hacia los que han quedado en el camino. Me pilla viejo la lectura de estas cartas, pero no tanto como para no ponerlas con urgencia en práctica.
Jóvenes y necios -que no son sinónimos ni mucho menos, sino acumulativos en mi caso- llegamos a denostar, bien aleccionados por la izquierda ideológica, la figura de Sorolla como excéntrico corolario de la lucha antifranquista durante los finales de la dictadura. Nunca se sumó Horacio Silva, que ha sido siempre tan inteligente como buen pintor. ¡Qué equivocados estábamos, jóvenes desconocedores de la agudeza rilkeana!
Se atribuye a sor Juana Inés de la Cruz, la monja española nacida en México en el XVII que escribió en español y en náhuatl la reflexión “no estudio para ser sabia sino para ser menos ignorante”. Desconozco si en la biblioteca del checo se encontraba obra alguna de la monja que también fue poeta (“En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?”) pero recuerdo haber hablado de ello en la casa habanera de Dulce María Loynaz. Tal vez no le resulte extraño a Rodrigo Sancho Ferrer, Premio Internacional de Poesía Francisco Brines 2024.
Total, que menos atrevido y un poco menos ignorante he salido sin resaca de esa borrachera del mejor Sorolla que nos ha servido, una vez más, Rafael Alcón en la Fundación Bancaja. Y era lo que me faltaba para proponer desde el Consell Valencià de Cultura que me honra presidir, la Medalla de Honor de la institución, en gratitud a la incansable y brillante labor de reconocimiento y difusión de la cultura valenciana. De lo que los medios ya se han hecho eco.
Quizás, por extensión y analogía, podríamos reflexionar de manera similar en otros campos de la cultura y de la ciencia. Porque evoqué la máxima inesiana al escuchar a Cristóbal Colón, Duque de Veragua, disertar con excelencia acerca de su antepasado por línea directa -ocupa el vigésimo lugar en el linaje del marino universal- en la Apertura del Curso Académico de la RACV en el inmarcesible marco del Salón de Consulado del Mar de la Lonja de Valencia. Confieso que esta vez salí menos ignorante y más atrevido en la reivindicación de la grandeza patria.
Despidiéndose con un demostrado “siempre suyo”, Rilke indica a “su querido señor Kuppus … que ha de saber …que también el arte es una manera de vivir … y que los oficios semiartísticos de hecho niegan su existencia y lo dañan … como sucede con todo el periodismo, con casi toda la crítica … y lo que dice llamarse literatura”. Y ahí lo dejo. Jojido Rilke, tanto como extremadamente cortés. Sacándonos de la ignorancia. O invitándonos cortésmente a salir de ella. Por pies y con urgencia.