infraestructuras
Un proyecto reducirá la escorrentía y mejorará la infiltración en las cuencas del Magro y del Poyo
La CHJ selecciona tres áreas de actuación en los términos municipales de Chiva, Godelleta y Macastre, que sufrieron la dana

Barranco situado en la CHJ
Mejorar la infiltración del agua en el suelo para favorecer la recarga de acuíferos y reducir la escorrentía superficial durante episodios de lluvia intensa es la premisa principal del proyecto europeo 'SpongeWorks', una iniciativa que pretende "transformar el territorio en un paisaje más resiliente frente a sequías e inundaciones, recuperando así la capacidad natural del suelo para absorber y retener el agua".
Durante los próximos tres años, universidades, centros de investigación y autoridades del agua de una decena de países colaborarán en el diseño e implementación de soluciones basadas en la naturaleza que permitan mejorar el poder de absorción del suelo. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) es uno de los entes colaboradores y, desde hace unos meses, trabaja en la búsqueda de zonas piloto donde poner en marcha estas medidas.
Por el momento, el organismo ha seleccionado tres áreas de actuación en los términos municipales de Chiva, Godelleta y Macastre, escenarios que sufrieron graves afecciones tras el paso de la dana de octubre del año pasado.
Las soluciones planteadas comparten características comunes, aunque los trabajos a desarrollar son distintos en cada caso. En Chiva, la intervención contempla actuaciones de revegetación fluvial de ribera en parcelas colindantes con los barrancos tributarios del Poyo, concretamente en Cueva Morica.
"Recuperar la vegetación original de estas zonas permitirá mejorar la estructura del suelo, aumentar su capacidad de infiltración, disminuir procesos erosivos durante las lluvias intensas y conseguir que vuelva a funcionar como una esponja", explica Emilio Real, técnico de la confederación y coordinador del proyecto.
Esta actuación, además, cuenta con una particularidad especial. "Pretendemos realizar un seguimiento exhaustivo del comportamiento del suelo; es decir, queremos monitorizar su estado y validar que la solución funciona", señala.
Para ello, añade Real, será importante analizar no solo la biodiversidad vegetal del terreno, sino también las especies de fauna y microfauna del entorno. Se trata de una medida muy similar a la que se pretende plantear en Macastre, aunque en este último caso todavía faltan por definir algunos aspectos, como concretar si se termina actuando en dos espacios (terreno urbano y rústico) o solo en uno de ellos.
En el caso de Godelleta, además de la revegetación con bosque de ribera en varias parcelas rurales, la propuesta incluye nuevas técnicas de gestión de cultivos en terrenos agrícolas. "Las actuaciones son más simples de lo que parecen y se basan en impulsar coberturas vegetales en aquellas zonas que suelen quedar aradas y descubiertas. Con este acolchado vegetal se reduciría el transporte de sedimentos durante las lluvias y se mejoraría la humedad del suelo en épocas de sequía", comenta el coordinador del proyecto.
Al margen de estas iniciativas, la confederación continúa buscando nuevos espacios donde aplicar este tipo de soluciones, que ya se están testando en varios puntos de Europa desde hace tres años: en la cuenca del río Vercht (Países Bajos y Alemania), la del río Lèze (Francia) y la del río Pinios (Grecia).
"Podemos aprender de lo que ya se está consiguiendo en estas zonas y también de los resultados que logremos en nuestra Demarcación. El objetivo con el que partimos es muy ambicioso y ojalá consigamos escalar estas prácticas a toda la cuenca del Júcar", subraya Real.