| 08 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Carlos Alcaraz recibe el masaje del médico en las semifinales de Roland Garros ante Djokovic.
Carlos Alcaraz recibe el masaje del médico en las semifinales de Roland Garros ante Djokovic.

Solo las lesiones pueden frenar a un heroico y ejemplar Alcaraz en Roland Garros

El español estaba plantando cara a la mejor versión de Djokovic cuando unos calambres le han acabado mermando. El murciano se ha negado a abandonar antes de tiempo a pesar de estar lesionado

| Agustín Díaz Deportes

No se puede caer con mayor dignidad que con lo que lo ha hecho este viernes Carlos Alcaraz. La suerte es un factor que muchas veces juega un papel fundamental en el deporte y en esta ocasión no ha sonreido al tenista español, que ha acabado pagando la tensión de estar por segunda vez en una semifinal de Roland Garros y también la gran cantidad de partidos acumulados. Los calambres en su pierna derecha en el tercer set han acabado con las posibilidades del tenista murciano y con la algería del público, español desde casay francés en vivo, que estaba vibrando con un auténtico partidazo de tenis de un irreverente tenista de 20 años ante uno de los mejores de la historia de este deporte.

No había duda de que iba a ser un partido de tú a tú entre Alcaraz y Novak Djokovic. El español llegaba como la gran sensación del torneo, devorando a sus rivales sobre el polvo de ladrillo del Grand Slam francés. Enfrente un Djokovic que llegaba a estas semifinales con más dudas pero con la experiencia y los 22 Grand Slam en su vitrina como aval. El serbio sabía que no podía relajarse ni un momento contra alguien tan voraz como el tenista entrenado por Juan Carlos Ferrero.

Y con ese pensamiento y bien concentrado ha saltado a la pista el de Belgrado, intratable en gran parte del primer set poniendo la bola donde quería y exprimiendo a su rival, rápido de piernas como nadie en el circuito y sin amedrantarse ante uno de sus ídolos.

Djokovic consiguió el break en el cuarto juego y Alcaraz ha respondido subiendo la intesidad, pero el dos veces ganador de la Copa de los Mosqueteros conseguía cerrar el set pero no sin sudar. Es imposible no hacerlo ante un Alcaraz que, más o menos acertado, siempre garantiza lucha en cada punto. La veteranía es un grado y el saque en el caso del serbio también, que sirvió impecable en el tramo final del parcial decisivo para anotarse el primer set.

En el segundo Alcaraz ha crecido y ha dado un paso adelante, lleno de personalidad, con puntos que hacían aplaudir hasta al propio Djokovic.

Máxima igualdad en un partido clásico en tierra batida, con dos fueras de serie que han levantado a la Philippe Chatrier con rallies larguísimos, breaks y contrabreaks. Alcaraz desperdiciaba tres bolas de set al resto y se llevaba las manos a la cabeza, pero lejos de desconcentrarse y venirse abajo en la siguiente oportunidad no perdonaba y empataba el partido.

Los calambres acaban con Carlos Alcaraz

En el tercer set llegó el punto de inflexión. Recién empezado el tercer juego de esta manga, con 1-1 y el español sirviendo, un fuerte calambre le ha dejado literalmente tieso. Incapaz de estirar su pierna derecha al completo, Alcaraz ha exclamado incrédulo, varias veces, "no puedo, no puedo". Tal era el dolor que le ha regalado el juego al serbio para que le pudieran atender, ya que un calambre no es motivo suficiente para pedir una parada médica.

El médico intentó obrar el milagro en esa pierna maltrecha pero ese fue el principio del fin. Alcaraz saltó de nuevo a la pista, evidentemente mermado, y cedía cada juego sin poder prácticamente ni moverse del sitio. Desde su banquillo, Ferrero le insistía que abandonara si no podía seguir para evitar que la cosa fuera a mayores, a lo que Alcaraz respondía con un "aún es muy pronto".

Por casta no será. A Djokovic en ocasiones parecía que le diera pudor hacer correr a su dolorido rival, pero el premio es demasiado importante y el deporte es el deporte. El cuarto set ha sido más una acto de rebeldía de Alcaraz, que se ha negado a abandonar la pista antes de tiempo, que una semifinal habitual de Roland Garros. El del Palmar intentaba acortar los puntos lo máximo posible ante un público francés entregado, por raro que parezca, a un español que a pesar de todo no ha dado una bola por perdida.

Así se lo reconocía la pista central del Grand Slam francés al acabar el encuentro brindando una tremenda ovación a Carlos Alcaraz. También por supuesto reconocía su esfuerzo un elegante Novak Djokovic, que ha confesado que en la red le ha dicho: "Tranquilo, vas a ganar muchos torneos aquí". El serbio seguro no tiene duda de que Rafa Nadal, por imposible que parezca, tiene un buen heredero.