Laporta esquiva la bala de la moción de censura y pide un imposible para Dani Olmo
Los socios que iban a presentarla finalemente no lo harán, de momento, mientras el FC Barcelona intenta ante el CSD el último recurso para que Dani Olmo pueda ser inscrito: una cautelarísima destinada al fracaso

Joan Laporta, presidente def FC Barcelona
Joan Laporta puede respirar tranquilo, al menos en lo que de mantenerse en el cargo se refiere. La moción de censura que varios grupos de socios del FC Barcelona habían intentado promover contra su gestión ha quedado cancelada. Jordi Farré y Marc Cornet, principales impulsores del intento, han decidido no activar el procedimiento. Según explicó su entorno, no es el momento porque necesitarían recopilar alrededor de 16.000 firmas durante quince días para poder mover a Laporta de su sillóny el Barcelona no volverá a jugar en casa hasta... el 26 de enero.
LA noticia supone un alivio para Laporta, que afronta una de las épocas más convulsas de su mandato. Sin embargo, las críticas hacia su gestión no cesan. Laporta ha evitado un golpe político, pero los problemas estructurales y económicos del Barça siguen sobre la mesa.

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Mientras tanto, el caso Dani Olmo continúa generando tensiones entre el club, la RFEF y LaLiga. El FC Barcelona ha solicitado una medida cautelarísima ante el CSD para poder inscribir al jugador para que participe en la Supercopa de España, que se disputa en Arabia Saudí esta semana, argumentando que el rechazo de la inscripción es arbitrario e injustificado. Sin embargo, fuentes jurídicas señalan que las posibilidades de éxito son prácticamente nulas.
Condenada al fracaso
La cautelarísima es un recurso legal extremo que requiere demostrar un daño irreparable e inmediato, algo que, según expertos, el Barça no podrá justificar en este caso. "El argumento del Barça es débil y no cumple con los requisitos que exige este tipo de medidas", explicó un especialista en derecho deportivo consultado por Relevo.
La insistencia del club en esta vía refleja su desesperación por salvar la operación Dani Olmo, una incorporación que había generado muchas expectativas entre los aficionados. Sin embargo, ahora critican la gestión del caso como otro ejemplo de la improvisación y falta de planificación que parecen haberse instalado en la dirección blaugrana.
Entre el alivio por la cancelación de la moción y el pesimismo por la situación de Dani Olmo, el Barça sigue siendo un barco en aguas turbulentas. La cautelarísima parece destinada al fracaso, y aunque Laporta ha ganado tiempo, el futuro del club sigue en el aire, con cada decisión suya bajo el escrutinio de socios y aficionados.