| 05 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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El presidente el Gobierno, Pedro Sánchez, entrevista al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.
El presidente el Gobierno, Pedro Sánchez, entrevista al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.

La campaña más loca de Pedro Sánchez

Las entrevistas de Pedro Sánchez a sus propios ministros en un plató de Ferraz se unen a la campaña, a la desesperada, del líder socialista para intentar mantener la Moncloa este 23 de julio

| ESdiario Editorial

El presidente del Gobierno y candidato del PSOE ha lanzado ‘Sánchez TV’, un formato en el que él mismo entrevista a sus ministros en un plató montado en la sede de Ferraz y es aplaudido por un público con carnet, incluida en primera fila la mejor y más entusiasta aplaudidora, la ministra de Economía, María Jesús Montero. Una especie de 'Aló presidente' con estética de CNN low cost en el que aprovecha para hacer anuncios electorales "sociales", de esos que implican mucho gasto público que luego se traduce en deuda y en más impuestos a la clase media.

La iniciativa forma parte de la campaña electoral que han diseñado en Moncloa para Sánchez. Una campaña al ataque, a la desesperada, incluso a riesgo de rozar el ridículo en ocasiones. Es la táctica del entrenador que ve a su equipo perdiendo 3-0 al descanso y decide darle la vuelta a todo: dejar solo tres defensas, atacar con 4 delanteros y enviar al portero a rematar los córners. De perdidos al río. Lo normal es acabar el partido goleado, pero a veces suena la flauta.

Ha pasado de no conceder entrevistas más que a La Sexta y a la cadena SER a pasearse por todos los platós de los programas más vistos en prime time. Se trata de agitar el tablero, romper la inercia y probar cosas nuevas con la esperanza de darle la vuelta a los resultados del 28M

La propia convocatoria de elecciones al 23 de julio, en plenas vacaciones, fue ya algo sorpresivo, un giro de guión buscando algo nuevo, inesperado y con altas dosis de incertidumbre en cuanto a la participación. Al día siguiente, ante sus diputados y senadores, pronunció el discurso más populista que se le recuerda, en el que llamó derecha extrema al PP, cargó contra los medios de comunicación que se confabulan contra él, contra supuestos poderes ocultos que le quieren fuera de la Moncloa e incluso llegó a decir que le quieren ver en la cárcel. Ni Trump lo habría hecho mejor.

En ese afán de revolver el río a ver si pesca, Sánchez ha propuesto nada menos que seis debates cara a cara con Feijóo (se había negado a uno solo en la anterior campaña de las elecciones generales); ha denunciado a varios medios por sus encuestas electorales (denuncia rechazada por la Junta Electoral); ha manipulado en vídeos del PSOE unas declaraciones de Feijóo sobre el líder de Vox en Murcia condenado por un delito de maltrato psicológico a su exmujer, y ha lanzado a sus ministros, cargos públicos y medios afines a repetir frases de argumentario forzadas avisando de que viene el lobo en forma de ultraderecha. Además, ha pasado de no conceder entrevistas más que a La Sexta y a la cadena SER a pasearse por todos los platós de los programas más vistos en prime time.

Pedro Sánchez en su última visita a El Hormiguero de Pablo Motos en Antena 3.

Se trata de agitar el tablero, romper la inercia y probar cosas nuevas con la esperanza de darle la vuelta a los resultados del 28M. Lo que ocurre es que los españoles ya le dijeron en las urnas que están cansados de él y del 'sanchismo', es decir, de su forma de hacer política, de sus pactos, de su sectarismo y sus mentiras.