| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pablo Casado en Galicia
Pablo Casado en Galicia

Casado se compromete a dar la vuelta a España: no debe dudar en ese objetivo

El líder del PP debe desarrollar toda la resistencia necesaria al formidable aparato que protege y maquilla al Gobierno mientras estigmatiza a sus rivales.

| ESdiario Editorial

 

Pablo Casado abrió de facto el curso político con un acto que Mariano Rajoy puso de moda y ya se ha convertido en costumbre en el PP: la celebración de un encuentro en Galicia, donde el poderío y buena imagen de Feijoó son buenas razones para comparecer en su presencia y ofrecer una imagen ganadora más allá de Madrid.

El líder popular se comprometió a dar a España "la vuelta como un calcetín" cuando llegue a La Moncloa, algo que los sondeos indican como probable si la atomización del voto de centroderecha, verdadera razón del "éxito" de Pedro Sánchez, da paso a una concentración en dos partidos, el segundo de los cuales sería sin duda Vox.

Esa promesa de Casado no debe llevársela el viento y su afán reformista no puede ser un mero eslogan electoral que, una vez logrado el objetivo, se lleva el viento: ocurrió en parte con Rajoy, incapaz de invertir una parte del caudal de su abrumadora mayoría absoluta en conculcar la agenda más sectaria de Zapatero.

No amilanarse, en estos tiempos, es tan importante como tener ideas, capacidad y equipo. Y ahí Casado debe dar pruebas de que también está a la altura

Y no puede volver a ocurrir con Casado, llegado el caso, pues la hoja de ruta de Sánchez ha sido aún más frentista, delirante e ideológica que la de su predecesor en el PSOE. Y desde luego mucho menos representativa del ciudadano común, que tiene otras preocupaciones bien distintas al revival antifranquista, la eutanasia, el adoctrinamiento o la ideología de género que caracterizan el proyecto de ingeniería social del sanchismo.

 

Pero hay que atreverse, y eso no es sencillo en un país acogotado por la incesante presión que este Gobierno y sus aliados imprimen para imponer sus postulados y estigmatizar toda alternativa. Un indicio de que Casado tiene el valor necesario para no achantarse ante eso lo ha dado en Galicia al atreverse a preguntar por qué se celebra el espanto de Afganistán como una enorme victoria.

No amilanarse, en estos tiempos, es tan importante como tener ideas, capacidad y equipo. Y ahí Casado debe dar pruebas de que también está a la altura y no se deja influir por la atronadora maquinaria que rodea, protege y tapa los infinitos destrozos de este Gobierno y, en particular, de su nefasto presidente.