| 08 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez da la mano a Óscar Puente, al que envió en su lugar a dar las réplicas a Feijóo en el debate de investidura.
Pedro Sánchez da la mano a Óscar Puente, al que envió en su lugar a dar las réplicas a Feijóo en el debate de investidura.

Sánchez se da a la fuga en la investidura de Feijóo

Los socialistas intentan vestir lo que ocurrió este martes en el Congreso de jugada maestra, cuando la realidad es que quién tenía que dar la cara se quedó a verlas venir desde su escaño.

| ESdiario Editorial

Pedro Sánchez es la antítesis del rey Midas. Todo lo que toca se envilece. Este martes rizó el rizo en esa deshonrosa especialidad. No le hizo falta ni siquiera intervenir para manchar la sesión de investidura protagonizada por el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Su ausencia en la tribuna de oradores fue un intento de desairar a su rival, pero en realidad se convirtió en una absoluta falta de respeto a las reglas de la democracia y a la institución del Congreso de los Diputados.

Para mayor desprecio, su sustituto, el exalcalde de Valladolid y ex portavoz del PSOE, Óscar Puente, utilizó su turno para rebajar el nivel del debate al barro. El personaje, un tercera fila relegado al ostracismo en el partido por el propio Sánchez y a la oposición por los pucelanos, recibió una oportunidad para rehabilitarse ante los ojos del líder.

Sánchez necesitaba un dóberman con navaja que acaparara los focos y eclipsara el protagonismo indiscutible de Feijóo y, de paso, le sirviera a él para esconderse. Necesitaba huir de la humillación a la que le sometió el líder del PP en un discurso soberbio en el que durante hora y media puso en evidencia las mentiras y la falta de escrúpulos y principios del líder socialista.

 

Feijóo se tiró a la yugular de Sánchez desde el primer minuto con la amnistía y la autodeterminación que le exigen los separatistas. El presidente en funciones se dio a la fuga, optó por no contestar debido a que en realidad no puede contestar sin dejar ver cómo está dispuesto a vender España a cambio de unos años más en la Moncloa.