| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Mañueco (derecha) y Gallardo, de PP y VOX
Mañueco (derecha) y Gallardo, de PP y VOX

Un buen acuerdo de PP y VOX que debe extenderse a toda España

Un Gobierno intervenido por Otegi y Junqueras no puede exigir "cordones sanitarios" a nadie, y menos a dos formaciones constitucionales que suman mayorías democráticas.

| ESdiario Editorial

 

Castilla y León ya tiene Gobierno, encabezado por un dirigente sensato como Alfonso Fernández Mañueco y conformado por PP y VOX, cuya coalición formal es una experiencia inédita en la política española que promete sentar un saludable y a la vez controvertido precedente.

Saludable porque permite visualizar una alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez, sustentado y Podemos y todo el separatismo, respondiendo así al anhelo de millones de españoles que, de manera democrática, quieren ver otros nombres y otras políticas en Moncloa.

 

Y controvertido, en exclusiva, para aquellos que quieren verlo como el definitivo aterrizaje de la supuesta "ultraderecha" en la gestión pública autonómica y el riesgo de que esa fórmula se extienda al conjunto de España, para regresión de valores y derechos como la igualdad o la integridad de las mujeres.

Sobre este punto, conviene recalcar algo: mientras se defiendan las causas en cuestión, que deben ser de todos y contar con un compromiso recio y unánime, no hay razón para suscribir además la manera de hacerlo del actual Gobierno; más sustentadas en explotarlas con fines políticos maniqueos que en atenderlas y darles soluciones eficaces.

El PSOE debe poner cordones sanitarios a Podemos, Bildu y a ERC, no al PP ni a VOX para evitar la alternancia

Huelga decir que todo el relato "antifascista" obedece, en exclusiva, al falaz intento de la izquierda por evitar la consolidación de una alternativa, poniendo en práctica una estrategia obscena: ni se permite la investidura de los candidatos del PP ni, a la vez, se aceptan sus acuerdos con VOX; lo que en la práctica equivaldría a perpetuar a Sánchez en el poder.

¿Bildu sí?

La trampa es tan evidente como lo han sido las dificultades de PP y VOX para superarla, quizá por el empeño en anteponer su propia competición a la articulación de una alternativa a la coalición populista que lidera Sánchez. Los acuerdos en la derecha no solo son legítimos; también son necesarios.

Y si alguien no está autorizado a repudiarlo es quien, mientras exige "cordones sanitarios" antidemocráticos, se los quita a partidos marcados por su cercanía a ETA, al chavismo o a la independencia unilateral.