| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Carles Puigdemont
Carles Puigdemont

Puigdemont y su socio Sánchez, una amenaza para España

Aunque Puigdemont no renuncia a la vía unilateral, confía en que pueda “arrastrar” de nuevo a Sánchez por el barro para buscar una vía pactada que el PSOE convertiría en constitucional

| ESdiario Editorial

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El prófugo Carles Puigdemont anunció este jueves que se presentará como cabeza de lista de Junts a las elecciones catalanas del 21 de abril. Ninguna sorpresa, estaba cantado. Tampoco sorprendió que afirmara que quiere ganar para culminar el proceso de independencia.

Eso, en la España constitucional pre Sánchez era simple y llanamente imposible. Ahora, con el socialista sin escrúpulos en la Moncloa, nadie apostaría demasiado dinero a favor de la integridad territorial de nuestro país. “Cuando les arrastramos, ganamos”, dijo Puigdemont. No cabe mayor humillación para el PSOE en esa descripción tan acertada de la realidad. El sanchismo se mantiene en la Moncloa gracias a que se arrastra ante el delincuente fugado. Lo malo es que arrastra también con él a España.

El proceso de independencia de Cataluña solo podría culminarse de tres maneras: la unilateral, que es ilegal, y la pactada con el Gobierno de Sánchez, que también es ilegal, y mediante una reforma constitucional que amparase esa separación, algo que es imposible que suceda.

Si optara por organizar un nuevo referéndum ilegal a las bravas, hay que recordar que el Estado está aún más indefenso que antes. Pedro Sánchez se encargó de derogar el delito de sedición, por lo que solo se enfrentaría, en el peor de los casos para él, a un delito de desórdenes públicos agravados.

Aunque Puigdemont no renuncia a la vía unilateral, confía en que pueda “arrastrar” de nuevo a Sánchez por el barro y lograr su complicidad para buscar una vía pactada que, como la amnistía, el PSOE convertiría en constitucional por arte de magia y por arte de Conde Pumpido. Es muy factible que eso pueda suceder. Desde luego, no hay nada que nos haga tener seguridad de que no vaya a ser así.

Lo mejor que le puede pasar a España es no tener que comprobarlo, que no se dé esa posibilidad. Para ello Sánchez tiene que salir de la Moncloa. No hay otra. Mientras él esté ahí cualquier cosa, cualquiera, es posible.