| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El Ayuntamiento de Orihuela prepara un amplio programa de actividades para conmemorar el V Centenario de la Batalla del Rincón de Bonanza en la Guerra de las Germanías
El Ayuntamiento de Orihuela prepara un amplio programa de actividades para conmemorar el V Centenario de la Batalla del Rincón de Bonanza en la Guerra de las Germanías

La batalla de Bonanza y otras batallas del presente oriolano

En 1521 Orihuela estaba enfrentada con Murcia, sobre todo por temas religiosos. Se había segregado el Obispado de Cartagena y de Murcia y creado aquí el Obispado

Y, de pronto, nos encontramos nuevamente con la historia. Tanto, que la ocasión merece un bando de la primera autoridad local oriolana, donde Emilio Bascuñana tiene que explicar que “Algunas de las historias duermen en la sombra desde hace mucho tiempo y son desconocidas para los habitantes de nuestro término municipal”, por lo que –añade- “Desde el Ayuntamiento de Orihuela damos luz a un hecho histórico que marcó nuestra historia en un delicado momento, marcado por las desavenencias entre la Ciudad de Murcia y la Ciudad de Orihuela a causa del Pleito del Obispado”. Más allá de las redundancias en el texto -que alguien debía haber revisado- he de confesarles que siempre me produjo una extraña sensación eso de conmemorar las derrotas, como ocurre con el fracaso de los Comuneros en Villalar el 24 de abril de 1521, la Batalla de Almansa el 25 de abril 1707, o la capitulación de Barcelona el 11 de septiembre de 1714, por citar algunos ejemplos significativos.

Cierto es que puede justificarse la cuestión en el reconocimiento a los caídos que lucharon por una causa, con lo que daríamos la razón -“En España enterramos muy bien”- al ya desaparecido Alfredo Pérez Rubalcaba, quien tan magistralmente sabía combinar su característico tic con el arte de la socarronería. También Bascuñana incide en el argumento: “Hoy conmemoramos el hecho histórico en el que más de tres mil oriolanos dieron su vida por Orihuela. Defendieron unos valores para que el pueblo no fuera oprimido por la nobleza y lucharon por lo que hoy en día sería la democracia. Considerando que perdimos podría pensarse que a lo mejor éste no era un acto para celebrar, pero sí lo es para conmemorar y homenajear a los oriolanos que entonces defendieron nuestro territorio. Todo ello se hizo desde la unidad de un pueblo de la que tenemos que aprender. La Orihuela de hoy somos la consecuencia de esa gran variedad de situaciones que hemos vivido a lo largo de la historia”, concluyó el alcalde su intervención inaugural de este V Centenario.

 

No crean, de todas formas, que estoy en contra de que se rescate para la memoria colectiva un hecho tan significativo en los anales de Orihuela como el V Centenario de la Batalla de Bonanza, enmarcada en la Guerra de las Germanías. Hay que valorar, sin paliativos, el esfuerzo conjunto de nada menos que tres Concejalías (Patrimonio Histórico, Desarrollo Rural y Festividades), bajo la coordinación de la arqueóloga municipal, Mari Carmen Sánchez, para dotar la efemérides de un amplio contenido, respecto al que el responsable de Desarrollo Rural, Víctor Valverde, enfatizaba que “Sería importante que lográramos consolidarlos en el tiempo y que mediante alguna asociación vecinal o colectivo llevarán este acontecimiento histórico a la práctica en años venideros”.

Lo que sucedió aquel 30 de agosto de 1521 hay que situarlo en la historia para entenderlo, como recordaba Rafael Almagro. “Orihuela estaba enfrentada con Murcia, sobre todo por temas religiosos. Se había segregado el Obispado de Cartagena y de Murcia y creado el Obispado en Orihuela”, lo que “da lugar a fuertes desavenencias entre la nobleza castellana y la aragonesa”. Y, subraya también Almagro, “Debido a la importancia y peso que Orihuela tenía en Valencia, lo que sucedió en el Rincón de Bonanza tuvo decisiva repercusión en todo el reino”.

La Historia es la luz de la verdad, la vida de la memoria, testigo de los tiempos, maestra de la vida…

No es cuestión de extenderse ahora en las circunstancias y protagonistas de estos sucesos; para eso están las conferencias, exposiciones, conciertos y demás actividades que se han programado al objeto de dar general conocimiento de estos hechos del pasado, entre el 30 de agosto y el 30 de diciembre, tanto en la pedanía de Rincón de Bonanza como en el Aula de cultura de la Fundación CAM. Vale la pena destacar las representaciones teatralizadas de “La batalla de Bonanza” por el grupo Payasomanía Cultural, en la plaza de la Iglesia de Bonanza. O las interesantes conferencias –unas en el Centro Social de la pedanía, otras en el Aula CAM- a cargo de Juan Antonio Barrio (“La batalla del Rincón de Bonanza 30 de agosto de 1.521. Antecedentes, causas y desarrollo de la Germanía de Orihuela y el saqueo del Marqués de los Vélez”, Juan Ignacio Caballero (“Batalla de Orihuela de 1.521. Análisis militar, testimonio documental”), Raimundo Rodríguez (D. Pedro Fajardo, Marqués de los Vélez. Un aristócrata del Renacimiento”), David Bernabé (“Gobierno municipal y seducción popular en la Orihuela agermanada”) y Antonio Luis Galiano (“La entidad oriolana: Legado de una guerra”). Tampoco faltarán las publicaciones: se editará un número especial de la revista Aurariola y un facsímil de las “Crónicas de Rafael Martí de Viciana”.

La Historia, afirmaba Marco Tulio Cicerón, es luz de la verdad, la vida de la memoria, testigo de los tiempos, maestra de la vida…Muchas veces significa volver a nuestra infancia y juventud, recordar de dónde venimos. La Historia, magistra vitae, como en el Colegio Santo Domingo nos enseñaba el recordado Ildefonso Moya sobre aquel libro de SM profusamente ilustrado, debe servirnos –si queremos que sea útil- para plantearnos el presente y su proyección de futuro. Por eso yo quiero aprovechar este V Centenario de la Batalla de Bonanza para recordar las otras batallas que Orihuela tiene pendientes.

 

No sé si muchos se han dado cuenta, o si otros prefieren mirar hacia otro lado; pero en este histórico momento el peso político de Orihuela –hay que decirlo sin rodeos- atraviesa una endémica fase de cuarto menguante, y bajando. Sin representante alguno en la Diputación y en obligado repliegue la diputada autonómica de contrastada inanidad hacia su tierra, con un presidente de la Corporación provincial al que no hemos escuchado hasta ahora ni una buena palabra ni un claro compromiso con quienes algo de esta ciudad siempre le dieron, con unos representantes municipales sumidos aparentemente en el menfotismo más ineficaz, con esto que no es poco y algo más, la sociedad civil de esta ciudad tiene la responsabilidad de movilizarse para evitar que definitivamente se pierda la oportunidad que ofrece el momento histórico presente. En juego hay presupuestos varios por repartir y ya han comenzado los agravios. Es por ello que no caben posturas dubitativas a la hora de plantar cara a Diputación y Generalitat, ya sean tirios o troyanos sus máximos dirigentes. De nada servirá conmemorar la lucha de los que defendieron lo nuestro hace quinientos años en Bonanza, si no hay quien hoy –alta la voz, firme la palabra, certera la pluma- se levante para evitar la consumación del ninguneo que desde hace tiempo se viene vislumbrando.