| 29 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ángel Luna, Síndic de greuges
Ángel Luna, Síndic de greuges

Señor: ¡qué Cruz!

Uno de nuestros particulares diablillos en la Comunidad Valenciana es Ángel Luna, socialista madrileño que nos cayó como cunero en Alicante allá por la Transición

| Pedro Nuño de la Rosa Edición Elche

Advierte el viejo refrán castellano que cuando el diablo no tiene nada que hacer, mata moscas con el rabo. Uno de nuestros particulares diablillos en la Comunidad Valenciana es Ángel Luna, socialista madrileño que nos cayó como cunero en Alicante allá por la Transición cuando hacían falta abogados laboralistas, trasvasando oficio y mayor beneficio para ocupar diferentes escaños en la política nacional y autonómica, e incluso el mayor honor que puede alcanzar un migrante adoptado: alcalde de la mismísima capital alicantina.

El PSOE-PSPV le otorgó la prejubilación dorada, pues cobra pizcas pajas lo que el President de la Generalitat; tiene grupo de asesores bien remunerados; mandando y obligando en su pequeño reino justiciero de la calle Pascual Blasco 1, donde como “Defensor del Pueblo” (cargo a imitación de la Suecia decimonónica: Ombudsman), cuya labor y obligación son precisamente las de defender al ciudadano contra los abusos de los poderosos empezando por la propia Administración, sea central, autonómica o local.

Ángel Luna mata moscas con el rabo con ocurrencias tales como pedirle al ayuntamiento de Elche (gobernado por los populares) que retiren Cruz de los Caídos del Paseo de Germanías. ¿Emprendiéndola a martillazos con la almaina talmente como pasó con otros monumentos religiosos en nuestra última Guerra Civil?

Se ve que tiene poco que hacer “Angelín” como le llaman sus compañeros de partido, aparte de alguna trifulca con los anárquicos socios podemitas, porque, o bien su figura se ha deshilachado con el paso del tiempo y “el pueblo” ya no lo tiene como un referente contra los poderosos, o vivimos en la Arcadia feliz donde no parece necesario. Será por eso por lo que, a falta de investigaciones y labores propias de su cargo, y mira que se publican diariamente intervenciones y abusos de arriba abajo en los que pudiera intervenir, Ángel Luna mata moscas con el rabo con ocurrencias tales como pedirle al ayuntamiento de Elche (gobernado por los populares) que retiren Cruz de los Caídos del Paseo de Germanías. ¿Emprendiéndola a martillazos con la almaina talmente como pasó con otros monumentos religiosos en nuestra última Guerra Civil? ¿Reduciendo a polvo de la retroexcavadora lo que es un símbolo sagrado para los cristianos, que también en Elche son mayoría? ¿Sumergiéndola en las aguas de Hondo para que la circunden los patos? ¿O, cuando menos reubicándola en el cementerio municipal, donde tiene poco sentido?

Y es que cierta Gauche Divine, ajada progresía izquierdista, pero de vidorra burguesa, la ha tomado con cualquier edificio simbólico, monumento u obra de arte (el tiempo criba su calificación) realizada en los largos y penosos años del dictador Francisco Franco, como si destruyendo la piedra pudieran borrar la Historia. Y ya no sólo la emprenden contra el general golpista y su Régimen, sino contra el opio del pueblo, es decir: la religión. Y digo tal, porque en la Cruz de los Caídos, no costa esculpido símbolo alguno franquista. Muertos republicanos católicos los hubo y muchos, inocentes de derechas que nunca se metieron en política otros tantos, incluso víctimas de tiroteos entre anarquistas y comunistas. Por cierto, los historiadores más contemporáneos están retocando muy a la baja las víctimas guerracivilistas.

¿Cuál es la gloria de dinamitar el Valle de los Caídos, salvo la venganza del perdedor en una guerra que los jóvenes apenas recuerdan sonándoles talmente a lo que nosotros mayores Cuba y Filipinas? Y así podríamos seguir, empezando por la Cruz de Alicante capital, la Puerta de la Mar en Valencia, o el follón que se armó en Castellón en el parque Ribalta, y podríamos seguir en un largo etc. que homenajea al crucificado fundador de una religión que dio la vida por su doctrina, y en nada debe ofender a una posterior en 2000 años Memoria Histórica de una contienda fratricida entre españoles que creíamos haber enterrado con la Transición.

Pero estos tocanarices, como nuestro chico Síndic de Greuges, diablillos de poco rango infernal, como Ángel Luna, han emprendido su particular batalla cual si en lugar de en la realidad del 2024, estuviéramos inmersos en la ficción de una película distópica donde se puede jugar con el tiempo marcha atrás.

Por supuesto los concejales ilicitanos con mando en plaza le han hecho un corte de mangas al Defensor del Pueblo, pidiéndole que se ocupe de los muchos desafueros pendientes de resolución (cauce del Vinalopó, estafas inmobiliarias, trabajos conjuntos de las distintas Administraciones – por encima de las siglas –… sin ir más lejos), pero eso parece que le importa poco menos que nada al Síndic que debe de estar pensando en un nuevo vía crucis con una cruz de piedra. Y él que lo vea.

Inteligencia supina y rabo tonto.