| 04 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Leonor es su nombre "Real"

| Sergio Morales Parra Edición Elche

Feliz fin de semana, feliz descanso. El "Veranillo de San Miguel" se mantiene, lo que no debe sorprendernos en nuestras tierras levantinas, acostumbrados ya a encarar el puente de octubre con ganas de playa, no es el primer año.

Las noticias de la semana nos han abordado, se nos han echado encima, sin pedir permiso, porque la vida es así, no nos pide permiso para casi nada.

Sentados y disfrutando de un café, en una de las avenidas de mi barrio, charlo pausadamente con mi querido amigo Royán. Royán te lo cuenta todo haciendo referencia a su tiempo de "mili". La "mili" es como un "sello" que nos pusieron a los jóvenes de otra época y que, como diría un erudito en el mundo de la espiritualidad: "Imprime carácter".

Royán salió de la "mili" hecho un hombre. Imagino que porque antes de entrar no se hacía la cama en casa, no se organizaba bien la ropa, no había hecho tareas físicas y había tenido que vivir fuera de casa de sus padres y con un presupuesto de unas pocas pesetas al día. Otros nos hicimos "hombre", porque ya vivíamos fuera de casa y nos teníamos que organizar y administrar. Así era la mili y no hablo de algo tan lejano, porque dejamos de hacer el "servicio militar obligatorio" en el año 2001, en concreto, fue fruto de un Real Decreto de 9 de marzo.

Les contarán muchas cosas sobre el por qué se terminó aquello, pero la realidad hay que buscarla en los propósitos de igualdad en el ejército que llevaron a que en 1999 se aprobara la Ley de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, suprimiendo definitivamente cualquier limitación para la mujer en el ámbito castrense. Esto llevaba a organizar la entrada de las mujeres a hacer la prestación obligatoria y ahí, las mujeres, pusieron "pie en pared" y presionaron para que se profesionalizara la entrada en el ejército y se eliminara esa obligatoriedad.

El caso es que si habla usted con Royán, seguro que le hará una referencia a aquel periodo en el que vestíamos aquel uniforme que era muy difícil que te quedara bien, pero al que te acostumbrabas pronto porque tenía dos cosas muy buenas: la primera era que no tenías que preguntarte qué ponerte cada mañana; la segunda, que nunca parecía que estaba sucio ni arrugado.

El caso es que mientras tomamos el café, vemos fotos de la Princesa Leonor luciendo su uniforme de cadete de la Academia General Militar de Zaragoza. Royán, que hizo la mili en Zaragoza, reconoce el uniforme inmediatamente. "Eran los señoritos", me dice. Con esa cara de que ponen los que curran todos los días, cuando pasa por tu lado uno que tiene recursos para no levantarse temprano nunca.

Royán, que hace muchos años que decidió llamarse así, porque ese no era su nombre, lo hizo en honor a su padre, Romeo y a su madre, Antonia. Así decidió que todos los días se acordaría de sus padres. Yo ya lo conocí como Royán, así que no puedo decirles cuál era su nombre real. El de la cadete Leonor, sí que sabemos que es Leonor su nombre... "Real".

Entre los desastres de la semana está el incendio de aquellas dos discotecas de Granda, la una pegada a la otra y que la prensa nos desvela que no tenían permiso de apertura y que todos lanzan sus iras contra los políticos porque no hacen bien su trabajo. Pero yo les voy a contar una cosa que, probablemente, no les guste, pero es la realidad. En nuestras administraciones, locales, autonómicas y estatales, los que tienen que hacer que las cosas funcionen son los funcionarios (piensen en este nombre).

Los políticos van y vienen, hacen política, pero los funcionarios hacen que el día a día de cada pueblo, ciudad, comunidad autónoma o, el propio estado, funcione. Si se inspeccionan establecimientos, lo hace el funcionario, si se levanta un acta, lo hace el funcionario, si se propone una multa o el cierre, lo hace el funcionario, si no se revisa la situación de los establecimientos, no se revisa por el funcionario.

No libro a los políticos de su responsabilidad política, pero ayer escuché en una televisión que "expedientan a los funcionarios porque se necesita una cabeza de turco", pues no es así, la "cabeza de turco" que pide la sociedad es la del político, por lo que estoy viendo, pero el responsable es el funcionario que seguirá ahí, cometiendo los mismos errores, si no lo expedientan. Mi amigo Royán me escucha decir esto y no sabe cómo unirlo al concepto de la "mili", así que no dice nada.

Royán y yo hablamos de la inmigración, de la oleada de cayucos que ha llegado a la Isla del Hierro. Más de cien personas en cada una de esas "barcazas" y han sido más de diez. Todo esto a la vez que se celebra la cumbre europea en Granada y no llegan a firmar un acuerdo final por la inmigración, porque no están todos de acuerdo en la política migratoria. Lógico, el buenismo de occidente tiene como consecuencia otra serie de problemas que llegan a ser inabordables por cualquier gobierno, sobre todo, los de orden social. Hay dos Presidentes que son el de Polonia y el de Hungría que quieren poner encima de la mesa este problema pero con otra visión menos "buenista" y más realista.

La designación, por parte de Felipe VI, de Sánchez como candidato a formar gobierno, ha abierto de forma más descarada la "vía de la amnistía". Ya les digo que dentro de unos meses la observaremos con toda normalidad, porque las sociedades normalizan lo que ni les da, ni les quita el pan. Royán me sorprende, es partidario de la amnistía, la defiende como herramienta que dará paso a ir de frente al problema de Cataluña. Yo no lo veo así, yo pienso que por qué vamos a "amnistiar" a unos y no a otros. Porque cualquiera que estuviera en la cárcel podría promover un movimiento del colectivo de ladrones, por ejemplo, para ser amnistiados en aplicación de la Constitución, en la que se defiende que "todos son iguales ante la Ley".

Royán y yo nos conocimos trabajando y hoy también hablamos de trabajo, nos ponemos serios y comentamos las alegrías y los retos que el día a día nos ha dado. Le gusta oírme hablar de los procesos de selección que hacemos y del exitoso resultado que conseguimos. Siempre le digo que es uno de los trabajos más bonitos que nuestros clientes ponen en nuestras manos. Cuando hay procesos de selección, generalmente, las cosas funcionan bien en la empresa.

Disfruten de nuestro "puente" del día 9 de octubre y, después, del día 12, día del Pilar y de la Hispanidad, ese concepto del que muchos parecen renegar.

La playa puede ser protagonista en Levante. Las temperaturas nos acompañan, así que un arroz cerca del mar puede ser un buen recurso para celebrar alguno de estos días.

Traten las situaciones difíciles con mucho Amor y con mucho Humor, se darán cuenta de que así es posible superar retos enormes.

Como siempre, servidor de ustedes... Sergio Morales Parra