| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Corporación Municipal de Orihuela junto a los altos cargos de las Fuerzas de Seguridad el Día 9 de Octubre
Corporación Municipal de Orihuela junto a los altos cargos de las Fuerzas de Seguridad el Día 9 de Octubre

Reivindicar Orihuela el 9 de Octubre…y después

La deuda histórica de la Comunidad con Orihuela es tan grande que por nosotros solos no seremos capaces de recuperarnos y de dotar los medios necesarios para progresar y afrontar el futuro

| Redacción Elche Edición Elche

El discurso público se define como un texto en el cual se desarrolla un tema que es de interés para un grupo de personas y tiene como intención general persuadir, informar o entretener. Recordemos que la oratoria nació en Sicilia y se desarrolló fundamentalmente en Grecia, donde fue considerada un instrumento para alcanzar prestigio y poder político. (El orador que llegó a ser más famoso entre los griegos fue Demóstenes). De Grecia pasó a la Roma republicana, donde este arte fue perfeccionado por Marco Tulio Cicerón.

Por otro lado, etimológicamente la palabra "discurso" viene del latín discursus y significa "serie de palabras con coherencia lógica y gramatical con las que se expresa lo que se siente o se piensa" pero existe esta otra acepción (“acción de correr entre dos partes”), que viene de permitir que una idea se conozca de persona a persona o de una parte a otra. La idea que se pretende comunicar, para que sea realmente efectiva, es reforzada por el uso de gestos, el control de la voz y el contacto visual.

En un interesante artículo sobre características y tipos de discursos públicos de Isabel Castillo (Lifeder), que leí recientemente, se analizaba el objetivo del emisor del mensaje investido de autoridad, representatividad y competencia al plantear el mismo desde el interés y dominio del grupo de personas a quien se dirige, enmarcado en un contexto de ritual, con una puesta en escena cuidada y selección del nivel formal para facilitar la eficacia de lo que se dice en el alcance colectivo. Dentro de la clasificación establecida, el discurso pronunciado por el alcalde Emilio Bascuñana en la Plaza del Carmen con motivo del Día de la Comunidad Valenciana, no fue de tipo informativo, ni de ocio, sí conmemorativo, puede que persuasivo y -por su temática- comunitario, político. Por su preparación, no fue extemporáneo, ni improvisado, ni memorizado, sino manuscrito (aquellos donde no hay lugar para para la improvisación y el orador lee el manuscrito durante toda su intervención, sin salirse del papel).

En efecto, el discurso del alcalde oriolano el 9 de octubre pertenece a esta última categoría. Y dentro de ella, habría que incluirlo en los de corte plenamente reivindicativo. Tras recordar episodios relevantes en la Historia de Orihuela, Bascuñana dijo que “Hoy corresponde hablar de identidad, de raíces, de historia (hacer un verdadero ejercicio de memoria histórica) de unidad, de sentimiento de pertenencia, de convivencia, de equidad e incluso de solidaridad, de tolerancia, de reconocimiento, de orgullo, y de respeto”. Añadió que “Somos un pueblo orgulloso acostumbrado más a dar que a pedir, y vamos a continuar aportando, que nadie lo dude, pero en esta ocasión, hoy toca pedir la ayuda que necesitamos. Porque las necesidades históricas, esa llamada deuda histórica de la Comunidad con Orihuela es tan grande, el daño sufrido recientemente es tan grande, que por nosotros solos no seremos capaces de recuperarnos y menos de dotar los medios necesarios para progresar y afrontar el futuro como merecemos en justicia”.

Reclamó el alcalde la ayuda que aún sigue necesitando Orihuela después de la DANA del 2019: “Hoy, dos años después se ha recuperado mucho, pero todavía falta quizás lo más importante, seguimos necesitando ayuda y seguimos esperando. Quiero agradecer a todos los que de una u otra manera están trabajando, estudiando, analizando, contrastando, debatiendo, etc. para decidir qué hacer para evitar que volvamos a sufrir otra tragedia como la de 2019, pero desde el agradecimiento insisto que necesitamos ya. (Cuando un hombre, cuando un pueblo necesita pan, hay que darle pan, no palabras). La administración local ha hecho todo lo que está en su mano y mucho más que no le corresponde, pero no es suficiente; la dimensión de los efectos producidos por la DANA, y las medidas a ejecutar para evitar que se repitan, es tal que requiere la contribución firme y decidida de todas las administraciones sin excepción, con la voluntad de dar las mejores soluciones que la ciencia y la tecnología permite más que las basadas en modas del momento”.

En los últimos minutos de su intervención, Bascuñana se dirigió al presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, reivindicando la defensa de Orihuela y la comarca de la Vega Baja. “Hoy nuevamente queremos manifestar a los cuatro vientos que nos sentimos orgullosos de pertenecer a nuestra tierra porque nuestra historia nos define tal y como somos a día de hoy, con nuestra lengua y nuestra idiosincrasia”. Y volvió a plantear este año que “necesitamos agua para nuestros campos y huerta, y también para nuestro turismo, que necesitamos una conexión viaria rápida con la costa y también a través del ferrocarril, necesitamos urgentemente esas infraestructuras hidráulicas pendientes, la ampliación del hospital, etc.”

Hay que decirle a Carlos Mazón que esta ciudad que tanto le ha respetado desde hace muchos años cuando inició su carrera política, también quiere que se le respete y trate como se merece

 

Desde la Esquina del Pavo, el alcalde recordó al presidente que “Ese Plan Marshall, ese Plan Vega Renhace, hay que dotarlo y hacerlo una realidad cuanto antes y de la mano de los ayuntamientos” para lo que le ofreció su mano tendida la mía sabes presidente que la tienes tendida y a tu disposición” No se olvidó de agradecer al Consell Valenciano de Cultura su apoyo incondicional para la devolución del Libro de los Repartimientos por parte de la Generalitat de Cataluña. Y concluyó Bascuñana elevando el tono: “Respetamos y queremos que se nos respete. Aportamos y queremos que se nos valore. Sufrimos y necesitamos que se nos apoye, se nos ayude y se nos defienda. Presidente Ximo Puig, presidente de todos los valencianos, como te decía hace dos años, quiero que te lleves un único mensaje, mi única petición: Nuestra Comarca es esta y es así, nos sentimos orgullosos de ser como somos y de nuestra tierra, necesitamos que se la quiera, que se la respete y que se la defienda, tal y como es”.

 

El discurso de Emilio Bascuñana –con una mise en escène impecable- me pareció apropiado al momento que vivimos. Fue una buena interpretación de lo que se viene observando respecto a la ejecución de las promesas incumplidas dentro del Plan Renhace: la confusión que algunos tratan de sembrar respecto a la sede oriolana del Distrito Digital o aquél Centro europeo para estudiar las inundaciones provocadas por el cambio climático que dijo el presidente se instalaría en Orihuela, por citar solamente un par de ejemplos. Pero el alcalde no debe quedarse ahí, es decir, no debe mantenerse un año más anclado en la reivindicación ante Valencia.

Es hora de mirar también hacia la alicantina Avenida de la Estación y enfocar las reivindicaciones hasta el Palacio Provincial. Hay que decirle a Carlos Mazón –claro y alto- lo mismo que a Puig: que esta ciudad que tanto le ha respetado desde hace muchos años cuando inició su carrera política, también quiere que se le respete y trate como se merece. Que –sin olvidar que, en un incomprensible ninguneo, no hay representante del PP en la Diputación- también queremos que se nos valore; que se atienda a las aspiraciones pendientes; que Orihuela vuelva a ser considerada fundamental en la Historia del Mediterráneo, como antaño hizo un partido que tantas victorias le debe. Tengo a Mazón por hombre suficientemente avezado como para no olvidarse de ello, máxime ahora que pronto habrá de empezar la campaña para unas elecciones que –pese a lo que sus aduladores le apunten- ni mucho menos tiene, hoy por hoy, siquiera empatadas. Se lo digo yo, por si acaso; porque parece que el alcalde de esta noble, leal y siempre fiel ciudad de Orihuela no ha tenido ocasión de decírselo todavía.