| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El "sincericidio" no es recomendable cuando se gestionan personas

María Negri, socia fundadora de MdMentoring nos recuerda la importancia de dar un buen feedback para cohesionar los equipos y hacerlos crecer.

| ESdiario Empresa

¿Te has quedado helad@ cuando alguien te ha dado feedback directo y sin filtro? ¿Te ha subido un calor por el cuerpo y te has enfadado? ¿Has contestado atacando a la otra persona? ¿Se ha generado una situación incómoda que luego te ha costado resolver? “Lo primero de todo, te entiendo. A mí también me ha pasado. Y cuando te das cuenta, puedes estar discutiendo. No es productivo, ni ecológico, porque no tiendes puentes, los vuelas

¿Cómo hacer comentarios a otras personas sobre su comportamiento y haya un buen ambiente de trabajo? María Negri nos cuenta cómo ayudan a las personas en MdMentoring para desarrollar su carrera profesional, haciendo hincapié en la importancia de trabajar en equipo, y por tanto, saber dar tu punto de vista aportando valor.

El objetivo es tener una conversación con tiempo suficiente y en el mejor momento, por lo que plantea quedar a la persona con la que quieras hablar y haz el planteamiento de lo que quieres hablar.

El siguiente paso, una vez que has quedado, sería compartir los puntos positivos sobre el asunto en cuestión. Siempre hay algo positivo, aunque sea el esfuerzo, el tiempo dedicado. Todos tenemos nuestro corazoncito. Y aquí María nos habla sobre una investigación que se realizó en el 2012 por la psicóloga social Sarah. D Pressman, directora para el estudio de estrés en la Carnegie Mellon University.

Está investigación se realizó específicamente sobre las palabras de alta activación cerebral, que redunda en la idea de que las palabras positivas influyen en nuestros estados emocionales y físicos, hasta el punto de que mejoran la calidad de nuestra vida y aumentan nuestra longevidad.

Además, y continuando en la misma línea, William James, profesor de la Universidad de Harvard y fundador de la psicología fundacional decía: “Toda persona tiene la necesidad de ser reconocida por los demás”. También Eric Berne, psiquiatra fundador del “análisis transaccional” habla de que hay que reconocer a las personas de forma verbal, táctil, escrita o gestual. Lo denominaba “caricia”.

María Negri nos comenta que no solo lo enseñan sino que también lo pasan a la práctica con las personas con las que trabajan: “Decimos lo positivo del trabajo realizado por la otra persona, damos espacio. Siempre hay algo que está bien hecho. Y si fuera un error insalvable, lo importante es colaborar para solucionar el problema: desde dar ideas hasta ayudar a generar una estructura para que no vuelva a ocurrir”.

 Entramos entonces en la siguiente etapa, detectar los errores que se han cometido y compartirlos con la otra persona para que sea consciente. Lo importante de esta fase, que es muy delicada, es dar el feedback sobre la acción (no, sobre la persona) y de forma objetiva. Es decir, ejecutar una acción de una forma torpe no quiere decir que la persona sea torpe. Muchas veces estamos haciendo varias cosas a la vez y no nos damos cuenta y cometemos errores. No es lo mismo ser que estar.

En esta fase del feedback, hay que escuchar y entender todo lo que ha ocurrido para decir cosas que tengan coherencia. No se da un feedback sin haber escuchado a la otra persona y sobre todo, si se piensa que no le va a aportar, que no le va a enriquecer. En ese caso, siempre es mejor el silencio.

Es vital siempre tener una dosis de humildad, y decir, “desde mi punto de vista”, “con mi experiencia”, “bajo mi consideración”. Todos, en mayor o menor medida tenemos sesgos, y lo peor de los sesgos es que en ocasiones no los tenemos identificados, por lo que siempre hay que escuchar también para entender lo que la otra persona quiere compartir con nosotros. Entender su contexto te puede hacer pivotar sobre lo que piensas.

Por último, es bueno terminar con una idea positiva, que empodere a la persona y que le haga querer mejorar. Técnicamente se llama feedback sándwich.

Al otro lado de esta forma de dar mi punto de vista está el “sincericidio”: decir lo que piensas sin tener en cuenta el contexto, el esfuerzo de la otra persona, haber pedido permiso, haber estudiado el problema. Este tipo de acciones realizadas sin pensar mucho pueden generar una acción reactiva. Y ahí vamos a tener un problema porque la conversación va a darse desde las emociones y te puedes bloquear. Quédate con lo bueno, cambia con lo malo. Contamínate de lo bueno.