Sopa de cebolla: un clásico de la cocina francesa

La sopa de cebolla, un plato aparentemente sencillo, ha tejido su presencia en la rica historia gastronómica de Francia.

Este manjar, lejos de ser solo un plato reconfortante, ha evolucionado a lo largo de los siglos, transformándose de un humilde remedio para la resaca a una exquisitez que se sirve incluso en bodas tradicionales francesas.

La sopa de cebolla en la tradición gastronómica francesa

La sopa de cebolla,es un plato que ha perdurado desde la época romana, se ha arraigado en la cultura culinaria francesa de una manera inesperada.

Considerada durante mucho tiempo como la "sopa de los pobres", su historia se entrelaza con la abundancia de cebollas y su fácil cultivo. Sin embargo, su reputación tomó un giro inesperado en los círculos aristocráticos.

La leyenda de Luis XV y su sopa de cebolla

La historia de la sopa de cebolla se entrelaza con narrativas intrigantes que sitúan su origen en la época del rey Luis XV.

Se cuenta que durante una partida de caza, el monarca se encontró con una despensa casi vacía, solo contando con cebollas, mantequilla y champán. La creatividad culinaria del rey según cuenta la leyenda, dio a luz a lo que hoy conocemos como la primera sopa de cebolla.

Sin embargo, esta versión de la historia ha sido cuestionada y envuelta en un velo de escepticismo, dado que es difícil imaginar a un rey elaborando su propia comida.

La versión de Stanislas Leszczynski com creador de la sopa

Una versión más plausible señala a Stanislas Leszczynski, duque de Lorena y padre de la reina de Francia, como un posible pionero de la sopa de cebolla.

Según el relato de Alejandro Dumas, Leszczynski probó la sopa en una posada de Champaña y quedó tan impresionado que quiso aprender a replicarla. Este episodio, más creíble que la historia de Luis XV, contribuyó a la popularización de la receta en la corte de Versalles.

Les Halles de París: transformación de una tradición culinaria

La evolución de la sopa de cebolla dio un giro significativo en el bullicioso mercado de Les Halles de París en el siglo XIX.

Este mercado, fundado en 1135 por el rey Felipe Augusto, creció desde sus modestos inicios como un mercado de alimentos al aire libre. Rápidamente, se erigió un muro para separarlo del Cementerio de los Inocentes, que, con su reputación extravagante de tener tierra mágica, emitía olores desagradables que afectaban la salud de los residentes cercanos.

Fue en este contexto vibrante que los restauradores innovadores decidieron elevar la sopa de cebolla a nuevas alturas. La adición de queso rallado y la técnica de gratinado bajo la parrilla dieron origen a la "Gratinée des Halles".

Esta variación no solo mejoró la nutrición del plato, sino que también lo hizo más apetecible para los trabajadores y noctámbulos del área. Así, la sopa de cebolla dejó de ser simplemente una opción para paliar la resaca y se convirtió en un plato apreciado y distintivo de la gastronomía parisina.

Les Halles y su Impacto en la Vida Cotidiana

Alexandre Dumas, el famoso escritor del siglo XIX, describió en su Gran Diccionario de Cocina cómo Stanislas Leszczynski, mientras observaba cómo se preparaba la sopa de cebolla, quedó cautivado por el olor penetrante de las cebollas, brotándole lágrimas.

Sin embargo, en lugar de alejarse, Leszczynski tomó nota de cada detalle y regresó solo cuando estuvo seguro de poder recrear la sopa de cebolla con maestría. Esta dedicación revela la importancia que Les Halles tenía no solo como un mercado bullicioso sino también como un lugar de aprendizaje culinario y refinamiento.

La sopa de cebolla: más allá de las fronteras sociales

A lo largo de los siglos, la sopa de cebolla ha trascendido sus modestos orígenes y las connotaciones sociales asociadas con ser la "sopa de los pobres".

La adición de queso gratinado y la sofisticación introducida en Les Halles la han elevado a un estatus que va más allá de las limitaciones sociales. Hoy en día, es un plato que se sirve con orgullo en las mesas francesas, incluso en eventos tan formales como bodas tradicionales.

Sopa de cebolla receta clásica

Ingredientes para 4 personas

• 4 cebollas
• 60 g de mantequilla
• 250 ml de vino blanco
• I litro de agua
• 100 g de queso rallado, (Gruyere o Comté)
• 6 rebanadas de pan duro
• 2 cucharada de aceite de oliva
• 1 cucharada de harina
• Al gusto – sal
• Al gusto – pimienta

Preparación

• En primer lugar pelar y cortar las cebollas en trocitos.
• Añadir a una cazuela la mezcla de aceite y mantequilla y calentar a fuego medio.
• Verter la cebolla y sofreír hasta que esté ligeramente transparente.
• Espolvorear la harina, el vino blanco y el agua caliente.
• Sazonas con sal y pimienta.
• Tapar la olla y cocinar a fuego lento durante 15 minutos.
• Apagar el fuego y dejar reposar otros 5 minutos con la olla tapada.
• Mientras tanto tostamos el pan.
• Colocar las rebanadas en el fondo de tazones o cuencos.
• Verter la sopa en los tazones y por encima queso rallado.
• Colocar la rejilla del horno a media altura para gratinar. Colocar los tazones con la sopa en una bandeja de horno. Gratinar durante 8 minutos, apagar el horno y dejar reposar otros 4 minutos.
• Sacar la bandeja del horno, retirar los tazones o cuencos con cuidado de no quemarnos.
• Dejar reposar unos minutos antes de servir, ¡Listo!

En conclusión, la sopa de cebolla, desde su origen misterioso hasta su transformación en Les Halles, ha capturado la imaginación y el paladar de generaciones de amantes de la gastronomía francesa.

Este plato, que alguna vez fue visto como una opción modesta para los menos afortunados, ahora se celebra como una obra maestra culinaria arraigada en la historia y la tradición de la cocina francesa.

Desde banquetes reales hasta las calles bulliciosas de Les Halles, la sopa de cebolla ha demostrado ser un testimonio de la capacidad de la cocina para trascender las barreras sociales y convertirse en una delicia apreciada por todos. Si te ha gustado el artículo compártelo en tus redes sociales y dejános un comentario con tu opinión.