Sánchez fulmina en el PSOE al "tapado" que figura en la quiniela para sucederle

“Es una de las mejores cabezas del PSOE para el futuro. Y además, una buena persona”. Quien esto dice es un veterano diputado socialista, y el elogio va dedicado a uno de los últimos defenestrados por Pedro Sánchez. Se llama Ignacio Urquizu, ha sido alcalde de Alcañiz (Teruel) -ha perdido la mayoría por un puñado de votos- y senador.

A diferencia de Sánchez, Urquizu sí tiene algunas ideas claras del socialismo que viene. Profesor de Sociología, este apreciado socialista es autor de La crisis de la socialdemocracia: ¿Qué crisis? y de La crisis de representación en España.

Todo eso hasta ahora. Porque Teruel Existe se inclina por permitir que el PP se haga con la alcaldía y Sánchez ha vetado expresamente la presencia de Urquizu en la lista al Congreso por Teruel.
Este joven sociólogo, intelectual sobre la socialdemocracia y escritor de varios libros, ha estado desde hace varios años en todas las quinielas para “ser alguien” en el futuro PSOE.

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De hecho, ha elaborado numerosos papeles sobre cuál debiera ser el horizonte programático del PSOE. Porque, a diferencia de Sánchez, Urquizu sí tiene algunas ideas claras del socialismo que viene.

Profesor de Sociología, este socialista es autor de La crisis de la socialdemocracia: ¿Qué crisis? y de La crisis de representación en España. Es, además, un buen conocedor del fenómeno de Podemos.

Historia de amor y odio

La relación entre el hoy presidente y su compañero ahora laminado es una historia de ida y vuelta. Nada más llegar a Ferraz en su primera etapa, el propio Sánchez le recuperó de la política aragonesa para imponerle en la lista al Congreso por Teruel, una decisión que generó en PSOE de Aragón no pocas críticas.

Ignacio Urquizu, en un acto junto a Javier Lambán, está en algunos mentideros socialistas.

Y Urquizu llegó a las Cortes con la etiqueta de pensador del nuevo PSOE que Sánchez quería levantar tras el 39 Congreso, en el que pretendía revalidar su liderazgo tras vencer en las primarias antes de ser apeado en el motín de los barones. Pero a Urquizu, Sánchez no le ha perdonado su gran traición. A otro, como Antonio Hernando y Óscar López, sí.

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Y es que el todavía alcalde y senador turolense lleva el pecado se haber aceptado trabajar para la gestora de Javier Fernández -tras la caída de Sánchez- en la elaboración del borrador del documento político que los barones querían que sirviera de base para el debate precongresual.

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Coordinados por José Enrique Serrano, viejos ideólogos socialistas como Ramón Jaúregui (hombre de Alfredo Pérez Rubalcaba) y José Andrés Torres Mora (vinculado a José Luis Rodríguez Zapatero) pusieron en marcha la maquinaria de ideas del susanismo y de los barones rebeldes.

Junto a ellos trabajó, como uno más, Ignacio Urquizu, ya entonces llamado a jugar un papel importante en el futuro del PSOE. Sánchez le ha cortado ahora el paso de ráiz.