El plan de Sánchez ante la derrota el 23J: una foto para dejar en Ferraz

Pedro Sánchez no es tonto. Puede haber perdido en parte el contacto con la realidad, el llamado síndrome de la Moncloa, pero desde la noche del 28M es consciente de que sus posibilidades de continuar en la presidencia del Gobierno son muy escasas. Es el análisis que  hacen algunos socialistas críticos, bien conocedores de lo que se cuece en palacio. “Todos se están preparando para el 24J, el 23J lo dan por perdido”, señalan.

“Quiere una fotografía digna que le permita mantener la cabeza alta y echarle la culpa a la extrema izquierda por no haber hecho sus deberes”,

Sánchez no busca la victoria. Sabe que perderá ante el PP y sabe también que las posibilidades de sumar con sus aliados de siempre son muy escasas. “Quiere una fotografía digna que le permita mantener la cabeza alta y echarle la culpa a la extrema izquierda por no haber hecho sus deberes”, añaden esas fuentes que explican que “eso le permitiría pilotar su sucesión y tener una foto de despedida en color con la que pasar a la historia”.

...los ánimos están muy caldeados y que si hubiera tiempo suficiente probablemente Sánchez tendría que enfrentarse a una batalla interna contra él.

Esa tesis cobra mayor realidad si se contrasta con los hechos. Adelantó las elecciones de manera inesperada y fulminante para no dar tiempo a que nadie le organice una rebelión interna, cosa que podría haber ocurrido con las elecciones en diciembre. Ha quedado demostrado este sábado, con los plantones de los barones mas críticos -Lambán y Page- en el Comité Federal, que los ánimos están muy caldeados y que si hubiera tiempo suficiente probablemente Sánchez tendría que enfrentarse a una batalla interna contra él.

Compromiso con los fieles

Además, mete en las listas, en posiciones de privilegio, a sus fieles alcaldes y barones derrotados (los que han querido). De hecho, ya es oficial que dos presidentas autonómicas y al menos 17 alcaldes derrotados el 28M irán en listas del PSOE al Congreso y Senado. De esta manera consigue colocar a gente comprometida con él, dispuesta a trabajar en la campaña electoral y, sobre todo, supuestamente fiel para apoyarle en la derrota.

deja a Yolanda Díaz y su proyecto Sumar sin capacidad ni tiempo para organizarse en condiciones. El espectáculo a la izquierda del PSOE está siendo tremebundo

Y por último, deja a Yolanda Díaz y su proyecto Sumar sin capacidad ni tiempo para organizarse en condiciones. El espectáculo a la izquierda del PSOE está siendo tremebundo. A Sánchez le interesa esa imagen de desunión, desorganización, egos e intrigas -espoleados por las prisas- que puede redundar en que parte de los votantes de izquierdas perciban a los socialistas como la única alternativa real y con opciones. De hecho, Sánchez está haciendo ya un llamamiento muy claro al voto útil a su partido.

Con todo eso pretende no tanto ganar como mantener su imagen. Y es que no es lo mismo irse de la Moncloa manteniendo los números del PSOE o cayendo 10 escaños (tiene ahora 120) que dejar al partido en los huesos, con menos de cien asientos en el Congreso. En esta segunda opción, Sánchez podría salir entre abucheos, con una foto en blanco y negro para la historia. Con la primera tendría la capacidad de pilotar la sucesión y dejar colgado un retrato en color en los pasillos de Ferraz.