Así de pesetero era Gómez de la Serna con el PP mientras se forraba

En el PP de Castilla y León dan a Pedro Gómez de la Serna por imposible, y ahora sólo queda esperar a conocer las consecuencias electorales que tendrá su presencia como número dos en una circunscripción, la de Segovia, en la que llueve sobre mojado (el segundo escaño no está asegurado para el PP).

Diputado por allí era precisamente Jesús Merino, que dimitió en 2010 al verse involucrado en el caso Gürtel, y cinco años después salta en campaña el escándalo de este candidato cuya voz se escucha este martes en una grabación publicada por El Mundo hablando de cómo le va a "crujir" Hacienda porque le han dado "una pasta" abriendo puertas a empresas españolas en el extranjero.

Gómez de la Serna no piensa renunciar. Está enrocado, máxime después de saber que su partido le ha abierto un expediente disciplinario. Es más. Se ofendió cuando lo supo y recriminó al PP que no le hubiera avisado y se lo hubiera abierto a traición, según ha sabido ESdiario, cuando en realidad varios populares lo intentaron pero no hubo forma porque no respondió a las llamadas.

El candidato sabe que no tiene el apoyo del PP de Segovia -en 2011 se coló en esa circunscripción sin ser de allí por obra y gracia de Ana Mato, y ha sabido mantenerse-; ni del PP castellano y leonés de Juan Vicente Herrera, uno de los primeros en pedirle que dé un paso atrás; ni tampoco del PP nacional.

Ni siquiera cuenta con el respaldo de sus compañeros del grupo parlamentario en el Congreso, donde en la legislatura recién concluida no cultivó precisamente grandes amistades. De hecho los amigos de Gómez de la Serna han ido cayendo uno a uno en estos años: desde Luis Bárcenas a Alfredo Prada, pasando por Jaime Mayor Oreja y Ana Mato. Todos menos Javier Arenas.

Su caso ha causado mucho enfado en el PP, pero su comportamiento después de saltar a la luz más. A ello se une que su socio, Gustavo de Arístegui, dimitió el domingo sin oponer resistencia, redoblando así la presión sobre Gómez de la Serna.

Estos días en el PP de Castilla y León se indignan sólo de recordar lo pesetero que ha sido. De hecho siempre pedía y pretendía que los gastos de sus bolos los sufragara la formación porque él decía que no podía hacerlos frente. Y ahora sus compañeros han descubierto que él y Arístegui se embolsaban 15.000 euros al mes de constructoras españolas.