Iglesias y Montero mejoran el chalet de la sierra: entran en Moncloa a lo grande

La mansión de Galapagar parecía inmejorable para Pablo Iglesias e Irene Montero, pero no ha sido así: pasarán más tiempo, en adelante, en un complejo aún mejor, con más instancias y mejores jardines. Aunque eso sí, será por un tiempo: La Moncloa ya les espera con las puertas abiertas, para que entren por todo lo alto como miembros del Gobierno de Pedro Sánchez.

El líder de Podemos, salvo sorpresa mayúscula que generaría las primeras tensiones, tendrá despacho y ala propias en el palacio presidencial, donde tendrá que cohabitar con otros vicepresidentes, con el propio Sánchez y con el todopoderoso Iván Redondo.

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Su esposa pasará al menos semanalmente, como titular probable del Ministerio de Igualdad, refundado para la ocasión. Es la imagen del éxito de un matrimonio político y sentimental que pasó junto los peores momentos, cuando su nivel de vida y la presión del tándem Errejón/Carmena parecía amenazar su futuro inmediato.

Hoy ya ni se habla de que Iglesias deje la secretaría general, que seguirá ostentando aunque no ejerciendo: una tarea que delegará, en el día, en personas de su estricta confianza como Rafa Mayoral o Noelia Vera para intentar estar en misa y repicando, en el Gobierno y en la calle a la vez.

¿Echenique o Lluch?

Pero la pareja no desembarcará en el Ejecutivo en solitario. A Podemos le ha tocado la quiniela con cinco premios: una vicepresidencia y hasta cuatro ministerios. No hay anuncio oficial, pero se da por descontado que las carteras a ocupar serán, además de Igualdad, Trabajo, Universidades y una nueva que podría llamarse de Despoblación.

Los nombres que suenan para secundar a los dos máximos iconos de Podemos también parecen claros, aunque hay dudas con algún nombre en concreto: la gallega Yolanda Díaz para Trabajo, Pablo Echenique o Rosa Lluch para Universidades y Alberto Garzón para Despoblación son los que más suenan. Pero todo puede cambiar, en matices nominales o de competencias.