| 03 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, charla con el expresidente, José Luis Rodríguez Zapatero.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, charla con el expresidente, José Luis Rodríguez Zapatero.

El puzzle de la lista del PSOE: Sánchez quiere pilotar también el postsanchismo

Cada vez son más quienes, en la parroquia socialista, piensan más en el día después que en el propio día de los comicios. Y se hacen cuentas y planes de lo que puede pasar.

| Esther Jaén Opinión

 

 

 

Oficialmente, el mensaje que sale del entorno de Pedro Sánchez es que, de cara a las elecciones del 23J “hay partido”. Con ello quieren decir que el PSOE tiene posibilidades, no ya de ganar, sino de seguir gobernando, reeditando sus pactos con los partidos a su izquierda y, aunque procuran no descender al detalle sobre los socios parlamentarios, todos los dirigentes socialistas consultados por ESdiario asumen que tendrían que volver a contar con independentistas y Bildu en caso de que las urnas les den la oportunidad.

El objetivo de Sánchez es obtener el mejor resultado posible para, llegado el caso, dejar un PSOE fuerte en la oposición y, en segundo lugar, un PSOE que siga siendo el mismo partido que él lideró y no una formación que acabe abjurando de su liderazgo y su etapa

La cuestión es que, en el mejor de los casos, el PSOE tampoco depende de sí mismo, sino de los resultados que obtengan las izquierdas a su izquierda, incluso de si siguen a la gresca o se organizan en una única opción. Por todo ello, cada vez son más quienes, en la parroquia socialista, piensan más en el día después que en el propio día de los comicios, el 23J.

Hasta ahora se han vertido ríos de tinta para describir la “audacia” del presidente del Gobierno, pero, en las últimas horas, no hay dirigente o ex dirigente socialista que no interprete la elaboración de las listas electorales como el movimiento de un “precavido” Pedro Sánchez, que lo admita o no, está preparando un resultado adverso, una eventual salida del Gobierno, pero un control del PSOE y del rumbo que pueda emprender tras la probable derrota electoral. Dicho de otro modo: Sánchez quiere pilotar el postsanchismo.

 

Sánchez, en una sesión de control, junto a su actual grupo parlamentario. Ahora diseña otro también a su medida.

 

El presidente del Gobierno y su entorno de confianza creen que hay serias opciones en las instituciones europeas o en la propia OTAN para Pedro Sánchez, tras su salida del Ejecutivo. No creen que Sánchez se quede ocupando un escaño si no está en la bancada azul del Gobierno.

Sánchez, lo admita o no, está preparando un resultado adverso, una eventual salida del Gobierno, pero también un control del PSOE y del rumbo que pueda emprender tras la probable derrota

Pero sí admiten que Sánchez no quiere desentenderse del rumbo que tome el PSOE, máxime cuando es consciente de que existe ya un ruido de fondo en el partido, acallado en el mayor de los casos voluntariamente, con motivo de la contienda electoral. Pero el 24J, quedará abierta la veda y, por ello, Sánchez necesita obtener un resultado potente, que contenga una crisis interna y que mantenga el statu quo actual.

 

El objetivo de Sánchez es obtener el mejor resultado posible para, llegado el caso, dejar un PSOE fuerte en la oposición y, en segundo lugar, un PSOE que siga siendo el mismo partido que él lideró y no una formación que acabe abjurando de su liderazgo y su etapa de Gobierno, como él mismo comprobó que sucedió en el caso de José Luis Rodríguez Zapatero.

Sánchez está tirando de nombres y perfiles que le renten electoralmente, recuperando a algunos que dejó en la cuneta a “sugerencia” de Podemos, o por imperativo existencial.

En esa cuota de “rescate” entran, por ejemplo, la ex vicepresidenta, Carmen Calvo, caída en desgracia a cuenta de su pelea con la ministra Irene Montero, o el ex ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que sigue teniendo su cuota de seguidores en tierras valencianas y a su capacidad de arrastrar votos se encomienda Sánchez para conquistar el más amplio margen de todos valencianos.

 

Con Ximo Puig, en cambio, no ha podido contar para esta nueva aventura, ni con el extremeño Guillermo Fernández Vara. El todavía alcalde, en funciones de Valladolid, Oscar Puente, o su homólogo sevillano, Antonio Muñoz, a punto de ser despojados de sus bastones de mando, sí han aceptado, en cambio, así como otros perfiles y cabezas de cartel en las pasadas elecciones municipales y autonómicas, a los que Sánchez también ha invitado a sumarse.

De su Gobierno, solo se quedan fuera de las candidaturas los ministros Escrivá, Pilar Llop y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, decididos los tres a pasar a mejor vida y mejor aún remuneración, recuperando posiciones anteriores a su llegada al Ejecutivo.

Sánchez está tirando de nombres y perfiles que le renten electoralmente, recuperando a algunos que dejó en la cuneta a “sugerencia” de Podemos, o por imperativo existencial

Con todo, Sánchez siempre tiene plan A,B y C, pero no contempla que los suyos renieguen de él en el postsanchismo. Quiere y busca fieles en sus carteles electorales, pero, como ni siquiera esos movimientos le garantizan nada.

De hecho, uno de los ex dirigentes socialistas que se han mostrado críticos con la política de alianzas de Sánchez y su estrategia de campaña asegura que “quienes más aplaudieron a Sánchez después de perder las municipales y autonómicas pueden ser los primeros que lo abandonen el 24J”. El tiempo dirá. Y no habrá que esperar mucho para comprobarlo.