| 28 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Rivera presidiendo una reciente ejecutiva de Ciudadanos
Rivera presidiendo una reciente ejecutiva de Ciudadanos

La "señal de alerta" interna que ha obligado a Rivera a variar el rumbo de Cs

Desde las elecciones del 20D, el partido naranja ha tratado de buscar su sitio. Su líder ha ido virando su estrategia sobre la marcha teniendo siempre muy presente lo efímero de UPyD.

| Miguel Blasco España

Una reciente "toma de temperatura" y dos complicados retos inminentes han obligado al líder de Ciudadanos a dar un visible golpe de timón a la estrategia que puso en marcha tras las elecciones del 20D para acabar aproximándose finalmente a Mariano Rajoy, una decisión que choca y mucho con los recelos que Albert Rivera ha expresado contra el líder del PP desde la consolidación de la formación naranja como un partido de carácter nacional.

El PSOE, Podemos y algunos medios de la izquierda han arremetido en las últimas horas contra la decisión de Rivera de allanar el camino a la investidura del líder del PP con el ya famoso documento de las "seis condiciones". Una flexibilización de su postura que contrasta notablemente con la actitud y los mensajes trasladados en las últimas semanas por sus tres portavoces más cualificados: su secretario general, José Manuel Villegas, su portavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta, y el número dos de este último, Miguel Gutierrez.

Paradójicamente, el "hombre clave" de Rivera es a la vez el rostro mas desconocido de Cs

En el Congreso, en las emisoras de radio y en los veraniegos platós de televisión, Villegas, Girauta y Gutierrez, llevaban días endureciendo su mensaje y apuntalando la tesis de la "abstención técnica", incluso cuando se produjo el deshielo entre Rivera y Rajoy tras su reunión del miércoles 3, en la que ambos acordaron abrir su "canal de comunicación permanente". Una postura, la de estos tres portavoces naranjas, que había provocado entre los dirigentes populares primero el desconcierto y, luego, un visible malestar.

El "otro" dirigente en la sombra

Desde que Rivera suscribió, tras el 20D, el acuerdo de investidura con Pedro Sánchez, señales internas comenzaron a llegar a la dirección de Ciudadanos desde las bases. La firma de este pacto y el veto expreso contra Rajoy que entonces defendía y no disimulaba Rivera -y que ha mantenido hasta hace apenas siete días- había generado en algunos sectores de Ciudadanos notable malestar.

Apelando siempre a la historia "efímera" de UPyD -condenada por los bandazos y el "ensimismamiento" de Rosa Díez-algunos dirigentes territoriales trasladaban a "Madrid" los reproches de sus militantes de base: mucha complicidad en Andalucía con la socialista Susana Díaz y el férreo marcaje en Madrid a la popular Cristina Cifuentes suponía para muchos votantes una incomprensible doble vara de medir.

Quién mejor conoce ese malestar es, lógicamente, quien mejor conoce Ciudadanos. Uno de los rostros menos conocidos del equipo de Rivera: su secretario de Organización, Fran Hervías. Hervías es el arquitecto del partido naranja y sólo él se ha recorrido decenas de miles de kilómetros por toda España para levantar en los dos últimos años la estructura territorial de la que Rivera carecía.

Hace apenas unos días, Hervías fue testigo directo de un amago de rebelión de su partido en Málaga. Y allí escuchó el reproche de sus dirigentes: simpatizantes y militantes se acercaban a la sede para manifestar su malestar por el veto al PP. Hervías ha ido trasladando a su ejecutiva sus "tomas de temperatura". Y Rivera ha podido comprobar que Ciudadanos asumía el riesgo de caer en la irrelevancia en el Congreso.

Y eso, además, a semanas de asumir dos delicadas citas electorales. Una, la vasca, en la que Ciudadanos esta condenada a esa citada irrelevancia. Y otra, la gallega, en la que necesita hacerse un difícil hueco entre el PP y la izquierda en sus diferentes marcas y tendencias.