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Zapatero, Felipe y Sánchez en 2014
Zapatero, Felipe y Sánchez en 2014

El argumentario de Pedro Sánchez para aplacar a barones y demás críticos

El líder del PSOE intenta mirarse en el espejo de Felipe y de Zapatero para encontrar la justificación a los indultos en dos hitos: la entrada en la OTAN y las conversaciones con ETA.

| Esther Jaén España

 

Pedro Sánchez está “firmemente convencido”, aseguran desde su entorno, de que si logra resolver el conflicto catalán, su imagen como presidente trascenderá. Y, además de mantener los actuales socios de investidura, que es un detalle, el presidente del gobierno quiere dejar huella.

Para ello está dispuesto a asumir desgaste electoral, críticas e incluso una fortísima contestación dentro de su propio partido. Sin embargo, el aluvión de comentarios contrarios a la concesión de los indultos a los condenados por el 1-O ha activado la circulación de una serie de argumentaciones que los fieles a Sánchez recuerdan a todo aquel que saque a relucir comentarios de exdirigentes, de barones y de cualquier voz crítica de peso dentro del PSOE.

 

El entourage  del presidente del Gobierno pone de ejemplo a los expresidentes Felipe González (especialmente crítico con Sánchez, también en el asunto de los indultos) y José Luis Rodríguez Zapatero y ciertos episodios de sus respectivos mandatos que no fueron entendidos y sí muy criticados tanto dentro del partido como entre parte de su electorado.

De la OTAN de Felipe a Zapatero y ETA

Quizás porque la mejor defensa es el ataque, de Felipe González mencionan como gran logro la “homologación de España en nuestro entorno europeo”, con la entrada en la UE y la permanencia en la OTAN. A renglón seguido sacan a relucir su célebre “digoDiego” a cuenta de la presencia de España en la Alianza Atlántica, su paso del “OTAN no Bases fuera” al  “OTAN, de entrada, no”. Subrayan que González faltó a su palabra con el electorado (algo que se dispone a hacer también Sánchez) pero que la historia le ha dado la razón.

En el caso de Zapatero (que se ha posicionado a favor de dar un voto de confianza a Sánchez) recuerdan cómo en 2005 anunció el inicio del diálogo con la banda terrorista ETA, contra viento y marea y con PP el PP de Mariano Rajoy encabezando manifestaciones multitudinarias en las calles contra cualquier tipo de intento de negociación con la banda.

En este punto se recrean y apuntan cómo años después, ya en el gobierno, Rajoy y los suyos siguieron la senda abierta por Zapatero e incluso inventaron la “Vía Nanclares”, para permitir la salida de prisión de presos de ETA y la concesión de beneficios penitenciarios.

Sánchez, con sus fieles Redondo, Calvo y Bolaños; navega a toda máquina hacia la trascendencia… o el gran batacazo.

Y, por supuesto, no olvidan rematar la faena recordando que, pese a todo el ruido mediático y los miles de manifestantes que acudieron a clamar por la dimisión de Zapatero, llamados por PP y la Asociación Víctimas del Terrorismo, el presidente revalidó su mayoría simple en las elecciones  generales de 2008.

Elecciones en 2024

Zapatero y el fin de ETA es, precisamente, el espejo en el que se quiere mirar Sánchez, convencido de que, pese a la que le está cayendo por pretender conceder indultos a los presos del 1-O, es capaz de revertir ese desgaste electoral que ya recogen las encuestas y volver a ser la opción más votada en 2024 (fecha hasta la que espera estirar la presente legislatura).

Espejo o espejismo, lo cierto es que Sánchez lo tiene decidido y nada parece que pueda echar abajo sus planes. Con Félix Bolaños, Secretario general de la Presidencia en las cuestiones técnicas del indulto parcial y condicionado y la propia vicepresidenta, Carmen Calvo; y con su Jefe de Gabinete a los mandos de la comunicación, Sánchez navega a toda máquina hacia la trascendencia… o el gran batacazo.