| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Diputados aplaudiendo a Sánchez este miércoles. En primera fila, el defenestrado José Luis Ábalos.
Diputados aplaudiendo a Sánchez este miércoles. En primera fila, el defenestrado José Luis Ábalos.

El PSOE aplaude a Sánchez y calla lo que va "rajando" en privado contra él

Meses después los barones, a través de sus diputados y senadores, han tenido la oportunidad de decirle a la cara a su líder lo que piensan. Pero, prietas las filas, han jaleado su deriva.

| Javier Ruiz de Vergara España

Pedro Sánchez ha impuesto cuarenta años después en Ferraz el viejo axioma que Alfonso Guerra decretó para los suyos en la década de los 80: “El que se mueve no sale en la foto”.

Y eso que los dirigentes socialistas, esos barones que rajan en privado contra el caos vigente en el sanchismo y en el Gobierno, han tenido este miércoles la inmejorable oportunidad de exponerle a la cara a su líder sus dudas, críticas y recelos. Pero, lejos de intentarlo, la cúpula sanchista ha presumido de cumbre parlamentaria a la búlgara, aplausos incluidos.

Lejos de lo que es una reflexión unánime que recorre baronías y grupos socialistas de whatsapp: que el PSOE camina hacia el precipicio de la mano de Podemos y el resto del monstruo Frankenstein si no se adoptan desde la cúpula de Ferraz medidas de cirugía mayor.

Sánchez se ha visto las caras este miércoles por fin con sus diputados y senadores, un ejército claramente menguante. No tanto cuantitativamente -el bloque es el mismo que salió de las urnas en las últimas generales-; como cualitativamente, vista su creciente soledad y la agonía con la que el grupo parlamentario socialista está resolviendo cada votación en las Cortes. Una especie de El Álamo, atacado sin descanso desde izquierda, centro y derecha.

Fuentes socialistas consultadas por ESdiario reconocen que una de las críticas que recorren el todo PSOE es que Sánchez está tomando decisiones estratégicas y muy arriesgadas a espaldas del partido. Ninguneando a los órganos de Ferraz, a los que a su llegada a la Secretaría General se comprometió a reunir y consultar de forma permanente. “Somos un florero”, se lamentan estas fuentes.

 

Diputados y senadores aplaudiendo en pie este miércoles a Sánchez en su cumbre parlamentaria.

 

Basten varios datos que avalan esta queja. Las ejecutivas federales se reúnen “cuando Sánchez quiere” y son un “mero trámite”. El último Comité Federal -el órgano rector del PSOE entre congresos- se reunió por última vez el 6 de marzo para hablar de la guerra de Ucrania sin ninguna intervención crítica ni exigencia de explicaciones.

La anterior, en enero, para abrir el curso político y para que Sánchez se explayara en su discurso en criticar … a Pablo Casado.

Los socialistas han enmudecido ante el nuevo ejercicio de escapismo del presidente. Prietas las filas y el PSOE, de nuevo, todo un ejercicio de complicidad e impotencia.

Así que ni los barones ni los principales líderes y dirigentes terrítoriales han podido decirle a Sánchez de frente lo que reprochan en los reservados de los restaurantes de Madrid y en los conciliabulos similares en el resto del país.

El hartazgo total con la actitud de Podemos, la sensación creciente de que el PSOE es una “marioneta” de Esquerra, la convicción de que el Consejo de Ministros está achicharrado apenas un año después de la crisis en el gabinete, y el pánico porque en Ferraz nadie tome las riendas tras las catástrofes electorales en Madrid y Castilla y León.

 

Con otro cataclismo a la espera en Andalucía, los barones denuncian que el partido esté aún peor que como salió del 40 Congreso Federal de Valencia en octubre pasado. Y que la salida de Jose Luis Ábalos no la ha logrado cubrir ni Adriana Lastra ni Santos Cerdán. Y de Félix Bolaños en los territorios se dicen muchas cosas, pero ninguna “bonita”.

Todo esto se lo podían haber dicho a la cara este miércoles a Sánchez sus diputados y senadores, todos ellos con línea directa con los García Page, Vara, Puig o Lambán. Pero han enmudecido ante el nuevo ejercicio de escapismo del presidente. Prietas las filas y el PSOE, de nuevo, todo un ejercicio de complicidad e impotencia.