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Pedro Sánchez
Pedro Sánchez

Sánchez cumple cuatro años en Moncloa ahogado por los desastres de su coalición

Pedro Sánchez celebra cuatro años en Moncloa ahogado por sus socios, tanto los que le sostienen en el Congreso como los del Gobierno y ahora solo hace una cosa: intentar resistir.

| Andrea Jiménez España

Pedro Sánchez cumple cuatro años en Moncloa. Cuatro años de la moción de censura contra Mariano Rajoy que llevó al PSOE al Gobierno, primero en soledad y después junto a Podemos, tras aquel abrazo que se gestó en horas, pese a que el propio secretario general de los socialistas había asegurado que con Pablo Iglesias en el Gobierno no podría dormir. Pero lo hizo, y durmió, mintiendo a sus votantes, y ahora los mismos que le llevaron al sillón presidencial le han hecho su rehén, mientras él no mueve un dedo, aunque sea a costa de los intereses de España.

Los dos partidos que conforman el Gobierno, PSOE y Podemos, han recordado la efeméride en las redes sociales y ambos han coincidido en sacar pecho por ello. Los socialistas han citado las cifras de empleo y además, han asegurado que "hace cuatro años que el futuro venció al pasado. La ejemplaridad a la corrupción. Y los derechos a los recortes. Hace cuatro años ganó España y perdió la derecha".

Pero desde el lado morado han preferido, 'colocar la medalla' a Pablo Iglesias, obviando al propio Pedro Sánchez. El portavoz de Podemos, Pablo Echenique ha asegurado, a través de un mensaje en Twitter, que "hoy hace 4 años que echamos a M. Rajoy de la Moncloa y al PP corrupto del gobierno. Recordemos que el poder mediático martilleaba que "no dan los números" y el PSOE se sumaba a aquel coro. Pero hubo un tipo que creyó que era posible y trabajó por ello. Gracias Pablo Iglesias".

Pero al margen de las celebraciones tuiteras, que ya de por sí suenan discrepantes, lo cierto es que la coalición, tanto la del Gobierno, como los apoyos parlamentarios que la sostienen, atraviesan un momento crítico, a las puertas de unas elecciones andaluzas que pueden ser la puntilla para Sánchez.

La explosión de Pegasus

En primer lugar el respaldo parlamentario de los independentistas catalanes se ha ido esfumando con el paso del tiempo. La votación de la reforma laboral, que no contó con el respaldo de ERC, fue el primer aviso, y la explosión del caso Pegasus, en el que se desvelaron las supuestas escuchas a los líderes secesionistas ha terminado por dinamitarlo. 

El independentismo catalán no se ha conformado con que Sánchez sirviera en bandeja de plata la cabeza de la directora del CNI, Paz Esteban, sino que quiere más y ya han dejado claro que mientras ese más no llegue, el Gobierno no podrá seguir contando con ellos para sacar adelante su agenda legislativa.

Mención aparte merece Bildu, la formación abertzale que ahora se ha convertido en el principal sostén del Gobierno, su socio preferente. "Con Bildu no vamos a pactar, si quiere se lo digo 5 veces o 20 durante la entrevista. Con Bildu no vamos a pactar", decía Sánchez en 2015. Otra mentira más.

El Consejo de Ministros es un todos contra todos

Pero mientras el Gobierno intenta jugar a lo que denomina "geometría variable", esto es, buscar apoyos en todos los partidos del arco parlamentario para poder seguir con su agenda, el seno del Consejo de Ministros es un auténtico polvorín. Un todos contra todos.

La división entre Unidas Podemos y el PSOE se evidencia en cada una de las decisiones y actos del Gobierno, desde los indultos a María Sevilla, esta semana, hasta la cumbre de la OTAN, que ha mostrado la fractura del Ejecutivo de cara a las altas instituciones internacionales, exponiendo a Sánchez al ridículo. 

Pero además, la situación llega al esperpento al observar que también en el seno de Unidas Podemos también se tiran los trastos a la cabeza. En Unidas Podemos ya no están tan unidas. Las ministras moradas, Ione Belarra e Irene Montero van por su lado, mientras que Yolanda Díaz y Alberto Garzón por el suyo.

División en Unidas Podemos

Todo, por los supuestos contratos adjudicados 'a dedo' por el Gobierno por valor de 37 millones de euros que el coportavoz de Podemos, Javier Sánchez Serna, denunció en una rueda de prensa y sobre los que la formación morada han puesto el foco, mostrando, además, su frontal oposición ante la cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid y que tanto Yolanda Díaz como Alberto Garzón han defendido.

El ministro de Consumo ha defendido este miércoles la "pulcritud administrativa plena" del contrato aprobado por el Consejo de Ministros para la celebración de la cumbre y ha manifestado que no comparte las críticas de Podemos, cuando reprochó el pasado lunes que había sido adjudicado "a dedo".

Cuestionado sobre si le sorprendió el posicionamiento crítico de Podemos a la decisión del Consejo de Ministros sobre dicho contrato, Garzón ha recalcado que corresponde a la formación morada "acreditar por qué han hecho esta afirmación". "Yo desde luego no la comparto", ha enfatizado.

Y así, se llega a un cuarto aniversario de Sánchez en Moncloa, con el ruido de sables en la izquierda resonando más que nunca, mientras en el lado socialista se tienen terror a las encuestas. La llegada de Feijóo al PP ha puesto a temblar a los analistas de Ferraz, que ven que las elecciones andaluzas pueden suponer el punto y final a la carrera del presidente. 

Por ello, también existe el runrún de cambio de ministros tras los comicios. Un golpe de efecto para parar una sangría de difícil solución, pues las mentiras de Sánchez a lo largo de estos años y el ruido constante en el seno del Consejo de Ministros han terminado por ahogar a un presidente que a día de hoy, lo único que hace es intentar resistir.