| 07 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez, actual candidato del PSOE a ser investido presidente del Gobierno.
Pedro Sánchez, actual candidato del PSOE a ser investido presidente del Gobierno.

El total silencio del PSOE y sin fecha: a Sánchez se le complica la investidura

Las negociaciones que Pedro Sánchez y sus más próximos están llevando a cabo con Junts, ERC, PNV y Sumar para su investidura discurren en el más absoluto secretismo. Algo falla, parece.

| Hugo Pereira España

La noticia es que no hay noticia. O, más bien, otro cambio de opinión de Pedro Sánchez. Si hace unos días volvía a repetir el candidato socialista a revalidar el Gobierno que "cuando tengamos una posición concreta al respecto [sobre la amnistía], después de reunirme con todos los grupos parlamentarios, fijaremos la posición del PSOE", tras haberse reunido con todos partidos -salvo con Vox- no hay ná de ná, como diría el humorista José Mota. Ni tan siquiera una fecha de investidura que debe fijarla, como marca en tan estrangulado Reglamento del Congreso (art. 170), la tercera autoridad del Estado, esto es, Francina Armengol, la presidenta de la Cámara Baja. 

"Hasta ahora tan solo ha habido unas primeras aproximaciones con los grupos parlamentarios", justifican a este periódico fuentes próximas a Sánchez. Y a pesar de que el relato ha relegado a la palabra como lo prioritario en la política, estando el valor de la promesa bajo mínimos, en este caso no se puede aceptar pulpo como animal de compañía. Una ronda de contactos es una ronda de contactos. El reunirse con los grupos parlamentarios es, en efecto, eso, una reunión. No una "aproximación".

En todo caso, advierten a ESdiario las mismas fuentes de Ferraz, que "hasta que no haya un acuerdo y sea factible la investidura, no habrá fecha". Pero lo que sí hay es un límite: si el 27 de noviembre Pedro Sánchez no ha conseguido ser investido, los españoles estaremos llamados nuevamente a las urnas el 14 de enero del próximo año. Y las negociaciones, reconocen, "son muy complejas". "Nada está acordado hasta que todo esté acordado; estamos en ese proceso de trabajo", incidió la portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Rodríguez, parafraseando a su jefe Pedro Sánchez

Máxima y preocupante discreción del PSOE 

Siguiendo la lógica de Pedro Sánchez, si no tenemos ni la fecha de investidura ni la posición del PSOE en torno a la amnistía -salvo la defensa a ultranza de Zapatero para desbrozar el camino- y al referéndum de autodeterminación es sinónimo de que no hay acuerdos, en plural. Y ya han pasado tres meses desde las elecciones del 23 de julio o, si se quiere, más de dos semanas desde que el Rey Felipe VI propuso a Sánchez candado a presidir el Ejecutivo. Ha tenido tiempo suficiente el líder del PSOE para, al menos, usurpar la función de Francina Armengol y fijar la fecha de investidura.

"A ver si la investidura de Pedro Sánchez va a acabar cuadrando en el 20N", aseveran a ESdiario con evidente sorna varios barones territoriales del PP. Y cuadrando finalmente la investidura, o no, en el día en el que murió el dictador Francisco Franco, hace 48 años, lo cierto es que la preocupación ya se palpa hasta entre las filas socialistas. No vaya a ser que finalmente Puigdemont mande a Pedro Sánchez a nuevas elecciones, "porque de él depende todo", afirma a este periódico un muy cercano a Feijóo. "Difícilmente podía Page plantarse este jueves en el Senado sin saber el estado de la cuestión [de las negociaciones]", se lamentan a ESdiario, por su parte, fuentes del PSOE de Castilla-La Mancha.

Sea como fuere, desde Ferraz repiten en bucle, como única explicación, que serán "del todo discretos con las negociaciones y transparentes en las conclusiones". El problema no es otro que la ausencia de conclusiones. 

"Desde el PSOE no pueden decir absolutamente nada porque la negociación se ha convertido en una puja entre Junts y ERC, a ver quién pide y consigue más para vender a su electorado", describe a este periódico, aunque no lo parezca, una fuente socialista. 

Intuición sobre la amnistía y la autodeterminación

A falta de conclusiones e información, incluso entre los propios socialistas, las opiniones entremezcladas con honda intuición sobrevuelan los pasillos del Congreso. Así, son algunos de la bancada del PSOE los que se atreven a decir que si la amnistía ya parece "en marcha",  el referéndum y, más concretamente, la autodeterminación "es el obstáculo" para un acuerdo rápido y sin fisuras con los independentistas.

"Lo difícil de la amnistía es la redacción del texto legal", afirma otra fuente socialista a ESdiario, que además cree que "miembros progresistas del Tribunal Constitucional están asesorando a interpuestos del Gobierno en el texto de la Ley de amnistía", afirma sin despeinarse. "Sería lo más lógico", sentencia, a pesar de que tal hipotético hecho contravendría la separación de poderes que debiera regir en cualquier país democrático. 

Y en cuanto al referéndum de autodeterminación, otra de las condiciones necesarias pero no suficientes que los independentistas le han puesto al líder del PSOE, "es posible que Sánchez consiga pactar una consulta no vinculante sobre el futuro de Cataluña y su encaje en el conjunto de España", añade la misma fuente socialista consultada.

Por lo de pronto ya tenemos al presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, inmerso en plenas negociaciones con el candidato socialista a presidir el Gobierno de España afirmando en la Cámara Alta -el Senado- que el futuro de Cataluña pasa por la solución "a la escocesa", esto es, por un referéndum de independencia. Parece que va totalmente en serio, para temor de Sánchez. Y no solo eso. Hace tres semanas, ERC y Junts consiguieron aprobar en el Parlament de Cataluña una moción sobre el referéndum de autodeterminación gracias a la abstención de la CUP. Todo mientras negocian la investidura del líder de un Ejecutivo en funciones. 

En conclusión, las exigencias de los independentistas parecen que van totalmente en serio. La pregunta ahora es hasta qué punto Pedro Sánchez consigue bien engañar con falsas promesas a los independentistas o bien, en efecto, someterse a ellos. Una de dos o nuevas elecciones. No hay más.