| 04 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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El error de cálculo de Mas con la CUP sentencia al peor president

Después de tres procesos electorales en cinco años, ver al líder de Convergencia implorando su apoyo a un partido asambleario y anarquista fue como verlo hacerse el haraquiri.

| Francisco Javier Monfort España

Un Artur Mas épico arremetió con gran dureza contra el Estado español en su alocución secesionista de hora y media de duración para postularse a una investidura que no llegará de momento.

Y ello a pesar de su desesperada concesión a la extrema izquierda, CUP, anteponiendo en el Parlament la provocadora, atribulada y estéril propuesta de "desconexión" con España a la secuencia de la sesión de investidura. En la que, por cierto, se las ingenió para no hablar ni una sola palabra de corrupción.

Mas apeló a la, "por vez primera, mayoría parlamentaria netamente independentista para transformar la autonomía catalana en un Estado catalán" a través de un proceso de dieciocho meses coronado con un referéndum de aprobación de una futura Constitución propia.

El candidato a la reelección acusó al Estado de "intolerante" a la "realidad nacional catalana" con su "orgullo imperial herido" criticando que siga dando la espalda a una presunta negociación. "Es muy sintomático -argumentó Mas- que el Gobierno no haya pedido reunirse con ningún representante de las instituciones catalanas". "Roza el ridículo" sentenció.
 
"A pesar de mil obstáculos y barreras, hemos transformado unas elecciones ordinarias en un plebiscito y ahora hay algunos que se rasgan las vestiduras porque el Parlament de Cataluña acaba de declarar deslegitimado al Tribunal Constitucional", razonó el líder de CDC, en manos de unas CUP que tras su discurso se mantuvieron firmes en sus tesis al considerar insuficientes las explicaciones de Mas contra sus recortes sociales e injustificado que pase por encima de la lacra de la corrupción.

El candidato a la reelección, que imploró la posibilidad de que el nuevo Ejecutivo catalán pueda empezar a pilotar esta misma semana un proceso constituyente, abogó por la necesidad de hacer realidad de forma unilateral ("esperpéntico" según el portavoz de Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela) una Seguridad Social catalana, un Banco Central de Cataluña, una Hacienda propia y una nueva Administración de Justicia.

El president en funciones entiende que "tras un arranque de lesgislatura tan potente" no tendría sentido que el proceso quedara encallado precisamente ahora. Mas repitió por dos veces, con solemnes pausas, que "no sobra nadie" en alusión a las intenciones de la formación radical.

"Ha realizado un discurso propio de un afiliado de la CUP" señaló el portavoz del PPC, Enric Millo, que hizo un llamamiento al sentido común de los diputados de CDC que "no han aplaudido la resolución rupturista de JxSí y la CUP.

Dado que la candidatura de Mas no conseguirá mayoría absoluta en la primera votación de este martes, los parlamentarios volverán a votar el jueves. Desde una herida de muerte CDC (obligada a esconder también sus desprestigiadas siglas en las elecciones del 20-D) aprietan a la CUP para que al menos sus dos diputados independientes, Antonio Baños y el escritor Julià de Jodar, voten a favor de que su mesiánico líder consiga salir investido con mayoría simple.

Si ello no ocurriera, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, debe volver a insistir en Mas o en otra alternativa hasta un plazo máximo de tiempo que concluye el 10 de enero, tras los comicios generales. De no concretarse la investidura para entonces, la ley prevé la repetición de las elecciones (que se celebrarían en marzo), para desazón del universo separatista.