| 24 de Febrero de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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La directora del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban
La directora del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban

Sánchez entrega la cabeza de la directora del CNI para calmar a Junqueras

El Gobierno dará a conocer este martes el informe con el análisis de los teléfonos de los ministros creando el relato perfecto para depurar las responsabilidades que exigen los separatistas.

| Andrea Jiménez España

Moncloa quiere cerrar cuanto antes la crisis abierta por el 'caso Pegasus'. Los estrategas del palacio presidencial ya ultiman su coartada para justificar las cesiones, que no es otra que el cese de la directora del CNI, Paz Esteban, que ya ha sido destituida. La cabeza visible de la inteligencia española ha sido fulminada, para contentar a los socios.

Para ello necesitaban un documento que le sirviera para justificar otra entrega más al secesionismo y llegará con el informe de análisis de los teléfonos de los ministros se hará público este martes, aunque el Consejo de Ministros ya ha podido conocer los detalles.

Esta vez no habrá rueda de prensa por sorpresa, sino que se mide cada palabra y cada gesto, conscientes de que de ello depende el devenir de la legislatura, y por ello se ha guardado el más riguroso silencio al respecto. 

Alguno de los ministros consultados han explicado a Europa Press que ya les han devuelto el teléfono pero sin un informe concreto sobre su situación, aunque en algún caso si se les ha informado sobre si había estado infectado con 'spyware' o no.

El que sí fue atacado es el terminal del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en junio de 2021, al mismo tiempo que el de de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y un mes después del acometido contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, según la Cadena Ser, y el volumen robado fue en torno a 10 megas.

Y es que Moncloa quiere controlarlo absolutamente todo, después de que la pasada semana dieran a conocer que los terminales de Sánchez y Margarita Robles habían sido infectados con el software espía, una revelación con la que pretendían calmar los ánimos de sus socios tras la investigación de The Citizen Lab que alertaba de un presunto espionaje a 63 independentistas catalanes.

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Rafael Simancas, y la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban

Pero la jugada no salió bien sino que acrecentó aún más las críticas, no solo de los secesionistas, sino también de los socios de Podemos, que siguen exigiendo dimisiones, por lo que accedieron a que la propia Paz Esteban compareciese en el Congreso para desvelar los trabajos que realiza el CNI, dejando a la jefa de la inteligencia a los pies de los caballos.

Así, poco a poco, se ha ido tejiendo un relato que salve a Sánchez de la quema y Oriol Junqueras ha dado este martes otro paso para mantener ese difícil juego de equilibrios en el que está inmerso ERC. Por un lado sigue apretando al Gobierno, pero tampoco quiere dejarlo caer, pues la permanecia de socialistas y morados les da alas para seguir exigiendo privilegios. 

Junqueras: "Es el Gobierno también el que, en gran medida, debe tomar sus decisiones en función de cuánta confianza quiera restaurar"

De hecho, Junqueras ya no ha pedido que sea Margarita Robles la cesada, sino que era suficiente con Esteban, por lo que ha rechazado "establecer un responsable concreto" del espionaje porque a su juicio se desconoce con exactitud cuál es la dimensión del caso y a cuanta gente ha afectado.

En esta línea ha vuelto a exigir transparencia y mecanismos que, en sus palabras, permitan dar explicaciones a la opinión pública. "Es el Gobierno también el que, en gran medida, debe tomar sus decisiones en función de cuánta confianza quiera restaurar: no con nosotros, sino con el conjunto de la sociedad", ha aseverado.

De esta manera, Junqueras da vía libre a Sánchez y el informe del  Centro Criptológico Nacional sobre los terminales de los ministros será la coartada perfecta para que Moncloa desvincule su decisión del espionaje a los independentistas, pero el daño a las instituciones ya está hecho, pues el presidente ha preferido socavar todos los pilares del Estado y acabar con una servidora pública que sólo hacía su trabajo para calmar a sus socios y seguir agarrado al sillón presidencial.