| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La Diada del 11S pincha por la guerra a muerte entre los independentistas

La organización del aquellarre separatista toma una decisión sin precedentes y no reservará una zona para los dirigentes políticos, enfrentados en partidos y facciones como nunca.

| J.R. España

Junqueras y Puigdemont están enfrentados a muerte. Valga esa imagen como resumen de la inmensa fractura del independentismo, más ocupado en conservar sus cuotas de poder institucional y en disputarse la Generalitat en 2020 que en mantener el pulso al Estado.

Y prueba de ello es la profunda división que se va a visualizar en la Diada del próximo 11 de septiembre, convertida de un tiempo para acá en un aquelarre de exaltación del soberanismo: la herida es tan grande que, en una decisión histórica, la convocante ANC ha tomado una decisión inédita: no reservar un espacio para los políticos, por la certeza de que, entre ellos, la relación es irrespirable.

 

Otro dato incide en los malos tiempos que corren para el nacionalismo, fruto del pulso a cara de perro entre Junqueras y Puigdemont: el número de inscritos a la Diada es, en estos momentos, un 25% al año pasado, según los datos que publica elnacional.cat, uno de los altavoces del soberanismo más claros que tiene a Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont, como uno de sus principales columnistas.

"Sean dignos del pueblo"

"Ahora pedimos a nuestros representantes políticos que dejen a un lado los intereses de partido y actúen de acuerdo con la trascendencia histórica del momento que vivimos, que sean dignos del pueblo que los ha votado", asegura uno de los mensajes que la ANC se ha encargado de difundir para presionar a ERC y Junts a que se reconcilien, algo que fuentes del nacionalismo consideran a ESdiario "poco probable".

Pero el dato más indiciario de que el globo se desinfla tiene que ver con la preinscripción, inusualmente baja con arreglo a otras Diadas. Uno de cada cuatro ciudadanos que se apuntó previamente el año pasado no lo ha hecho en éste, lo que unido a la baja de respaldo a la independencia que viene recogiendo el CIS catalán refleja un cansancio de las posiciones más radicales.