| 29 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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13 salsas de bote para abrir y servir

No hay nada como una salsa hecha en casa, pero a veces, la falta de tiempo, o de pericia en la cocina, hacen que prefiramos la comodidad de un bote

| Begoña Tormo Gastronomía

Desde los romanos con su garum, hasta los estadounidenses con el kétchup, todos los pueblos han tenido una salsa preferida para acompañar sus comidas. Vaya por delante que no hablamos de las salsas que forman parte de muchos platos, como la bechamel, o la de unas albóndigas, sino de las que usamos para dar un toque a otras comidas más sencillas. Aunque muchas de ellas pueden hacerse en casa, no siempre merece la pena, por distintos motivos: bien sea porque se trate de una receta complicada, porque para prepararla se necesite mucho tiempo, porque lleve ingredientes difíciles de encontrar, o, simplemente porque sólo vayamos a usar una pequeña cantidad de producto. Repasamos 13 salsas de bote, que conviene tener en la despensa para añadir a cualquier plato, simplemente con girar una tapa. 

1 TOMATE FRITO

El tomate frito (en realidad, salsa de tomate, porque se elabora a menos temperatura que una fritura), es la salsa envasada más vendida en España. Afortunadamente, en los últimos años la variedad y la calidad de este producto se han multiplicado, por lo que ahora es más fácil elegir el que más se adapte a nuestros gustos. Y, aunque sobre gustos no hay nada escrito, lo que sí es bastante mensurable es la calidad, según los ingredientes con los que se elabore y el porcentaje de cada uno de ellos. La legislación española determina que el orden de estos ingredientes aparezca en el etiquetado según su cantidad, por lo que sería recomendable que, sea cual sea la marca que elijamos, los ingredientes fueran estos y en este orden: tomate, aceite de oliva virgen extra, azúcar y sal (algunas incluyen cebolla y ajo). Una de las marcas más conocidas y con más historia en nuestro país es Orlando, que nació en San Sebastián en 1922, pero que, desde 1991 se fabrica en Alfaro (La Rioja). ¿Quién no ha oído alguna vez aquello de: "cuate, aquí hay tomate"?. Pues eso...

2 MAYONESA

Es una de las salsas "de bote" más populares del mercado y, por tanto, una de la que más fabricantes ofrecen al consumidor. La casera se elabora únicamente con huevo, aceite, sal y zumo de limón o vinagre, pero las industriales incorporan otros ingredientes que sirven para alargar su vida, a costa, lamentablemente, de quitarle el sabor natural. Cuando se compra envasada hay que fijarse en que los principales ingredientes sean los de la receta original: aceite y huevo (parece obvio, pero al mirar la etiqueta nos podemos llevar más de una sorpresa). El triestrellado cocinero Dany García, por ejemplo, ha dicho abiertamente en alguna ocasión que su preferida es la marca cordobesa Musa, aunque, a nivel mundial la más vendida es Hellmann´s, cuya fórmula original fue creada por un cocinero alemán en un deli de Nueva York a principios del siglo pasado. Además de usarse sola, puede servir de base para elaborar otras salsas como la rosa, la tártara, o la, tan de moda, "spicy mayo".

3 KÉTCHUP

El invento de esta salsa de color rojo intenso se lo debemos a un tal Henry J. Heinz, otro alemán afincado en Estados Unidos, que en 1876 fundó una pequeña empresa dedicada a comercializar salsas,  condimentos y encurtidos. Probablemente nunca imaginó que una de sus "57 variedades" (como rezaba el slogan de la compañía), inspirada en el "ketsiap" chino, acabaría convirtiéndose en un producto imprescindible para acompañar hamburguesas y perritos calientes. La receta actual que emplea actualmente la compañía se elabora con tomates (se necesitan 148 g para conseguir 100 g de producto terminado), vinagre, azúcar, sal, especias y extractos de hierbas. 

4 MOSTAZA 

Aunque el uso de granos de mostaza para condimentar ciertos alimentos ya era costumbre entre los romanos, la salsa de mostaza (a base de semillas, vinagre o vino, sal y especias), se hizo realmente popular en Europa, especialmente en Francia, Alemania e Italia, en la Edad Media. Los franceses y los alemanes, de hecho, siguen siendo muy aficionados a esta salsa, que sufre ligeras variaciones, dependiendo de la zona en la que se elabore. La variedad más popular, por eso, es la mostaza amarilla americana, como la que fabrica French´s desde 1904, ya que es la compañera inseparable del kétchup a la hora de condimentar hamburguesas y perritos. 

5 SALSA BARBACOA

El origen de la salsa barbacoa es bastante incierto. Aunque hay quienes defienden que fueron los colonos americanos asentados en Virginia quienes la inventaron, lo más probable es que, en realidad, estos campesinos elaboraran simplemente una especie de marinada, para ablandar y hacer más sabrosas las carnes que luego asaban a la parrilla. Al parecer, este adobo consistía únicamente en una mezcla de vinagre, sal y pimienta, pero seguramente, el resultado ya tuviera ese distintivo sabor a humo que todos asociamos a la salsa barbacoa. Eso sí, si queremos hablar de algo que se parezca a lo que ahora entendemos por este producto, tendríamos que esperar al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando se empezaron a usar ingredientes como el kétchup, la mostaza y el azúcar. En la actualidad, hay muchas marcas que elaboran esta salsa con diferentes recetas, pero precisamente vamos a elegir una que prescinde del azucar manteniendo todo el sabor, y que encima es española: Prima (que también elabora mayonesa, kétchup y mostaza sin azúcares añadidos). 

6 ALLIOLI

Si nos ponemos serios y puristas, el alioli es simplemente una emulsión de ajo y aceite (all i oli), aunque la dificultad de su elaboración, a base de "muñeca", ha acabado por convertir esta salsa de origen mediterráneo en una mayonesa con ajo, que, eso sí, resulta deliciosa con todo tipo de platos, pero especialmente con arroces, verduras, y carnes o pescados a la parrilla. La marca más conocida en nuestro país es, casi con seguridad, la de la familia valenciana Chovi, que comenzó en 1953 vendiendo allioli para acompañar albóndigas caseras en un pequeño comercio. La salsa tuvo tanto éxito que acabaron dedicándose a venderla envasada. Desde 1998, se presenta al consumidor en un recipiente que recuerda a los típicos morteros de cerámica amarillos en donde se prepara y que es fácilmente reconocible (e imitado). Además del allioli clásico, elaborado con aceite vegetal, huevo, ajo y limón, la marca comercializa otra versión más suave, otra "artesana", otra con perejil, y una versión vegana. Es importante recordar que hay que guardarla en la nevera, incluso aunque no se haya abierto.

7 SALSA DE SOJA 

Si hay una salsa que todos asociamos a los países asiáticos, esa es sin duda la salsa de soja. Los chinos fueron los primeros en percatarse del potencial de esta legumbre para hacer todo tipo de elaboraciones, y en dar con la fórmula mágica de una salsa oscura con un montón de sabor (y de sal, claro) que, en origen, servía para conservar los alimentos. Esa primera salsa se elaboraba fermentando la soja con un hongo  Aspergillus (el mismo que se usa para la fabricación del sake), pero, con el tiempo se añadieron cereales tostados para potenciar el sabor umami. Actualmente, la marca más conocida en todo el mundo es la japonesa Kikkoman, que utiliza únicamente soja, trigo, agua y sal para fabricarla. Existen versiones bajas en sodio, sin gluten, dulces y con diferente intensidad, y es la base de otras salsas populares como la teriyaki, o la Hoisin. 

8 SALSA WORCESTER

Aunque en España no goza de la popularidad que en otros países, la salsa Worcester, también llamada Worcestershire, salsa inglesa, o salsa Perrins (la primera marca comercial en fabricarla), es raro el buen restaurante en donde no la tengan y es un ingrediente muy usado en coctelería clásica. Su receta exacta es, como la de la Coca Cola, un secreto celosamente guardado, pero la lista de ingredientes incluye vinagre de malta, vinagre de alcohol, melaza, azúcar, sal, anchoas, extracto de tamarindo, cebolla, ajo y especias. La leyenda cuenta que un Lord británico llamado Sandys, intentó reproducir una salsa que había probado en la India, y encomendó la tarea a dos farmacéuticos (John Lea y William Perrins), que acabaron dando con la fórmula y patentándola en 1837. 

9 SALSA HP

Con la salsa HP pasa algo similar a lo que ocurre con la salsa Perrins, ya que, si bien es cierto que en España no es demasiado conocida, en otros países como Reino Unido, Canadá o México, es una de las más consumidas y está prácticamente en todos los hogares y restaurantes. Pero, además de su popularidad, comparte otras características con la salsa Worcester: ambas son de origen inglés, ambas tienen notas agridulces procedentes del vinagre y las frutas y especias con las que se elaboran y ambas se utilizan para reforzar el sabor de muchas recetas. La salsa HP, también conocida como "brown sauce" (literalmente, salsa marrón) fue patentada por un comerciante de Nottingham llamado Frederick Gibson en 1896 y, desde entonces, ha evolucionado ligeramente, incorporando sabores más afrutados.

10 TABASCO

El tabasco es la salsa por excelencia de los amantes del picante. Aunque la mayor parte de la gente piensa que su origen es mexicano, su verdadero inventor fue un americano (de ascendencia irlandesa) afincado en Lousiana, llamado Edmund Mcllhenny, que mezcló unos chiles rojos picantes mexicanos que le habían regalado, con vinagre y sal. La receta original data de 1868 y, aunque en principio no nació con ánimo de ser comercializada, en pocos años se convirtió en la salsa picante "más famosa del mundo" y su botella en una de las más reconocibles.  Para hacernos una idea de su popularidad, baste decir que los astronautas que estuvieron en la primera estación espacial de la NASA, la Skylab, condimentaron sus comidas con esta salsa, y que, en la actualidad, su icónica botella roja se vende en más de 185 países y se etiqueta en 22 idiomas. 

11 SRIRACHA

Otra salsa picante muy popular en todo el mundo es la sriracha. En este caso su origen es asiático, más concretamente tailandés. De hecho, su nombre procede de la ciudad de Si Racha, en la costa este del país. Se cuenta que fue un ama de casa la primera en elaborarla en 1949, aunque su popularidad se debe, curiosamente, a David Tran, un vietnamita que llegó a Los Ángeles como refugiado en 1980 y que comenzó a fabricarla con jalapeños. Registró su marca como Huy Fong en honor al buque en el que viajó hasta Estados Unidos (aunque todo el mundo la conoce como sriracha) y añadió un gallo como logotipo, por ser el animal que lo representaba en el horóscopo chino. En pocos años, la mezcla de jalapeños maduros, vinagre, sal, azúcar y ajo (los dos últimos ingredientes son los que la diferencian claramente del tabasco), se hizo popular en el país norteamericano, y de ahí saltó al resto del mundo. 

12 SALSA VALENTINA

No podíamos dejar de incluir en esta lista una salsa picante verdaderamente mexicana, el país en donde el picante es casi una religión. La marca más popular en todo el territorio azteca es Valentina, elaborada desde 1960 en la ciudad de Guadalajara (la de México, obviamente) con chiles secos (puyas y serranos), agua, vinagre, sal y diversos condimentos y especias. Allí se come con prácticamente todos los platos, incluso con la fruta. 

13 ESPINALER

Terminamos el repaso a las mejores salsas envasadas con una que, sin ser la más vendida o la más popular, es defendida a capa y espada por sus "fieles". Se trata de la salsa de aperitivo Espinaler, inventada en 1952 por Ventureta Roldós, en una pequeña taberna de Vilassar de Mar (Barcelona), que aún mantiene sus puertas abiertas. Su composición es bastante sencilla: vinagre de vino de primera calidad, pimentón rojo, pimienta negra y una mezcla secreta de especias. Como curiosidad, cabe decir que el logotipo de la marca, una especie de "espina sonriente" se debe a que una de las especialidades del establecimiento eran las anchoas que se limpiaban a mano, y que fue creado por el dibujante José María Cardona en los años 80. Esta salsa está especialmente pensada para añadir a los típicos productos de aperitivo: patatas fritas, aceitunas, y conservas de pescado y marisco, especialmente los berberechos.