es el favorito de donald trump
Raymond Burke: así es el cardenal 'trumpista' que se cuela en la quiniela para ser Papa
Enfrentado con Francisco, cuando este accedió al trono de San Pedro expulsó al estadounidense de la Congregación para los Obispos y de su puesto en el Tribunal Supremo del Vaticano.

Raymond Burke.
Que el Vaticano es una fuerza política de primer orden a nadie se le escapa. Por ello, la elección del nuevo pontífice tras la muerte de Francisco concita todas las miradas y no sólo de los 1.400 millones de católicos del mundo. La Santa Sede siempre ha jugado un papel fundamental en el escenario político internacional. Mucho más en una época como la actual donde los equilibrios geopolíticos están tambaleándose.
Esta realidad no ha pasado desapercibida para Donald Trump. El presidente de Estados Unidos ha posado sus ojos sobre el país más pequeño del mundo, pero de gran influencia política. Para la Historia ya ha quedado la imagen del presidente de Estados Unidos en primera línea en el entierro de Jorge Bergoglio, con el que no tenía precisamente buena relación. Pidió estar sentado allí, aunque en un principio el protocolo no le guarda un lugar tan importante. El mandatario estadounidense así lo exigió y acabó compartiendo bancada con los reyes de España.
Enfrentado a Donald Trump
Entre los candidatos a llevar la mitra papal también hay un favorito para Donald Trump. Se trata de Raymond Burke, nombrado cardenal por Benedicto XVI en 2010. Oriundo de Wisconsin, este purpurado de 76 años ha sido un firme defensor de las políticas trumpistas. Especialmente criticado fue por defender la construcción de un muro en la frontera con México. La promesa más polémica de Trump en su primera legislatura (2016-2020). Una medida que fue señalada como inhumana desde la Santa Sede. Sin embargo, para Burke Donald Trump aseguró que éste defendía "los valores de la Iglesia" empezando por "la defensa de la vida humana desde su concepción", debido a las medidas antiabortistas del Ejecutivo de Trump.
La relación entre el estadounidense y el Papa Francisco fue muy complicada y llena de roces. Cuando el argentino accedió al trono de San Pedro expulsó a Burke de su cargo en la Congregación para los Obispos y en el Tribunal Supremo del Vaticano. Una decisión que no hizo gracia al cardenal. De hecho, según publicaron en ese momento varios medios internacionales esto supuso para el estadounidense perder su apartamento en Roma y el salario de 5.000 euros mensuales que conllevaba. En ese momento se citó ya a la Iglesia Católica de Estados Unidos como uno de los polos más críticos con el pontífice. Ahora, Burke está en la quiniela de cardenales y es el favorito de Trump. Una opción para la facción más conservadora intramuros de la Iglesia.