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Francia en ridículo: el ministro de Justicia admite fallos tras el robo de joyas napoleónicas en el Louvre

Darmanin asume 'un fracaso' en la seguridad del museo más famoso del mundo tras un robo de película que deja en evidencia a Macron y su gestión del patrimonio

The French government has announced a program to build a new entrance to the Louvre museum, alleviating pressure on the entry point at the I.M. Thursday June 26, 2025.

The French government has announced a program to build a new entrance to the Louvre museum, alleviating pressure on the entry point at the I.M. Thursday June 26, 2025.Mark Hertzberg

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El escándalo del robo de joyas napoleónicas en el Louvre sacude al corazón cultural de Francia. El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, ha reconocido ‘fallos graves’ en la protección del museo, después del robo a plena luz del día de joyas imperiales pertenecientes a Napoleón y su esposa Josefina, un golpe que ha dejado al país en estado de shock y ha forzado el cierre temporal del museo más visitado del planeta.

En declaraciones a la emisora France Inter, Darmanin no ha tenido más remedio que admitir la magnitud del desastre: ‘Está claro que hemos fracasado, porque hubo personas capaces de aparcar un elevador de muebles en pleno centro de París y subir a la gente en pocos minutos para robar joyas de valor incalculable’.

El ministro ha reconocido que el incidente ofrece una ‘imagen lamentable de Francia’ y asume parte de la responsabilidad, prometiendo consecuencias. Aun así, ha preferido no entrar en detalles sobre la posible autoría, señalando que ‘será la Justicia quien determine si se trata de una banda organizada’.

La Fiscalía de París ha abierto ya una investigación por ‘robo organizado’ y ‘conspiración para delinquir’, confirmando que el asalto fue planificado con precisión y ejecutado en tiempo récord. El presidente, Emmanuel Macron, ha calificado lo sucedido como 'un ataque al patrimonio nacional' y ha prometido recuperar las piezas sustraídas, valoradas como joyas históricas de la etapa imperial.

En su intento por controlar la crisis, Macron ha recordado que su plan cultural ‘Louvre Nouvelle Renaissance’, lanzado en enero, contempla una mejora integral de la seguridad en los grandes museos del país. ‘Garantizaremos la preservación y protección de lo que constituye nuestra memoria y nuestra cultura’, ha asegurado el mandatario.

Sin embargo, las declaraciones del presidente no han bastado para frenar las críticas. La oposición y buena parte de la opinión pública acusan al Gobierno de ‘negligencia institucional’ y de descuidar la protección del patrimonio en favor de la propaganda cultural.

El Louvre cierra y reconoce fallos técnicos

Por su parte, la dirección del Museo del Louvre ha anunciado en un comunicado que el recinto permanecerá cerrado al público mientras se revisan los protocolos de seguridad y se lleva a cabo la investigación policial.

‘Tras el robo de ayer en el Louvre, el museo lamenta informar que permanecerá cerrado hoy al público’, ha informado la institución a través de su cuenta en X (antes Twitter).

Además, fuentes del museo han admitido que los cristales de protección no estaban debidamente asegurados, un detalle que agrava la polémica. Los visitantes con entradas para este lunes recibirán el reembolso íntegro.

Un golpe al orgullo francés

El robo no solo supone una pérdida patrimonial, sino un daño profundo a la imagen internacional de Francia, que presume de ser la cuna de la cultura, la seguridad y la gestión museística.

El suceso reabre el debate sobre la vulnerabilidad de los museos franceses y la aparente falta de coordinación entre los ministerios de Cultura, Interior y Justicia; y deja a sus habitantes con la sensación de desprotección institucional y la pérdida de confianza en la capacidad del Estado para salvaguardar su propio legado.

Mientras el presidente insiste en su discurso de 'renacimiento cultural', los hechos apuntan en otra dirección. Primero fueron los disturbios urbanos, luego los problemas de seguridad en infraestructuras públicas, y ahora, el robo de joyas imperiales bajo la mirada de las cámaras del Louvre.

Francia, símbolo mundial del arte y la historia, ha vuelto a quedar en evidencia ante el mundo. Y no por la genialidad de su patrimonio, sino por la torpeza con la que lo protege.

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