Campo Vidal no levanta cabeza en medio de las críticas despiadadas

Diez millones de espectadores siguieron en España el debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. La Academia de la Televisión, una vez más, fue la encargada de organizar, producir y realizar el debate para ceder la imagen institucional a todas las televisiones. Un reto más para la academia que en esta ocasión no supo estar a la altura de la circunstancias. Pinchó en demasiadas cuestiones técnicas.

El estupor protagonizaba  el sentir de los profesionales de las televisiones que a esa hora del lunes emitían la señal desde la Academia. Según ha constatado ESdiario, en los controles de realización de muchas de las televisiones que pinchaban la señal distribuida no daban crédito a lo que allí estaban viendo. Las críticas al escenario elegido sólo eran el preludio a las que posteriormente y durante el desarrollo de la retransmisión, desde el punto de vista técnico, iban a verter de forma casi unánime contra los organizadores del debate.

Mala realización, desenfoques, planos mal encuadrados, pésima iluminación... son algunas de las críticas de los profesionales a la retransmisión del debate

Del escenario sorprendió la escasa dimensión de la mesa, algo que -como así ocurrió- posteriormente dificultaría los planos cortos y medios. Además, desde el punto de vista estético, el color del decorado fue muy criticado por sus tonos grises, vetustos, al que además nada ayudó lo que consideraron en las televisiones como una muy pobre iluminación. Por si fuera poco, la trasera del decorado estaba mal rematada y cuando el realizador ofrecía un primer plano de Manuel Campo Vidal se podían observar los vinilos despegados.

Al margen de la estética, desde el punto de vista técnico la Academia de las Artes y Ciencias de la Televisión también sorprendió a los profesionales del medio por sus incomprensibles fallos y deficiencias. Las críticas por la realización del evento han sido generalizadas. Desde el pésimo encuadre de Rajoy (se salía de plano en los cortos), hasta repetidos y numerosos desenfoques, pasando por la falta de cordura en muchos de los planos fijos elegidos durante la retransmisión.

Las críticas pues han sido generalizadas entre los profesionales que, además, han sido también bastante críticos con la labor del moderador del debate, Campo Vidal, y presidente de la Academia de quien dicen que estuvo a la altura de la producción, destacan que no ejerció como tal y que su presencia volvió a ser meramente testimonial sin saber cortar a tiempo algunas actitudes poco deseables para un buen y justo desarrollo del debate.