Faconauto y Anfac reclaman un plan nacional de renovación del parque y mayor flexibilidad

El debate sobre el futuro de la movilidad en España volvió este miércoles al primer plano durante el VI Simposio del Observatorio de la Movilidad y las Ciudades, organizado por El Español. Allí, los principales representantes del sector del automóvil lanzaron un mensaje conjunto al Gobierno y a Bruselas: urge un plan nacional de renovación del parque automovilístico y una mayor flexibilidad en los objetivos de emisiones para evitar el frenazo del proceso de electrificación.

José Ignacio Moya, director general de Faconauto, fue claro al reclamar la puesta en marcha de un plan integral, de alcance nacional, que permita sustituir los vehículos más antiguos por modelos nuevos y menos contaminantes. “España tiene un parque automovilístico con una edad media de 14,5 años, lo que supone un verdadero lastre para un país que es la segunda potencia industrial del automóvil en Europa”, advirtió.

Un plan de renovación “con todas las tecnologías”

El responsable de Faconauto consideró que la recién aprobada Ley de Movilidad Sostenible debe servir de punto de partida para lanzar un plan de renovación ambicioso y permanente. “Sería muy importante aprovechar esta oportunidad para generar un plan integral de renovación con todas las tecnologías, bajo un enfoque de neutralidad tecnológica, aunque primando la electrificación”, subrayó.

Moya defendió que las ayudas no deben limitarse exclusivamente al coche eléctrico, sino que deben contemplar todas las soluciones de movilidad que contribuyan a la descarbonización. “Somos embajadores de la electrificación, pero debemos aprovechar todas las tecnologías disponibles para llegar a esa meta”, añadió.

Faconauto reclama, además, que el nuevo plan se gestione de forma centralizada, tomando como referencia el modelo del Plan Reinicia Auto+, que permite una tramitación más ágil de las ayudas. A su juicio, un sistema menos burocrático y más directo permitiría aumentar las matriculaciones y ofrecer mayor certidumbre a los concesionarios.

“Certezas” para el ciudadano y estabilidad para el mercado

La patronal de los concesionarios alertó también de los efectos que está teniendo la incertidumbre sobre la continuidad del Plan Moves, cuyas ayudas podrían agotarse sin una ampliación inmediata. “Esta situación puede provocar una paralización del mercado de vehículos eléctricos y dificultar la planificación de los concesionarios”, advirtió Moya.

“Sin estos planes estaríamos hablando de un mercado plano. Pero necesitamos estabilidad, una política coherente y duradera que dé certezas al ciudadano. No podemos ir a salto de mata”, insistió.

Desde Faconauto y Anfac coinciden en que los incentivos públicos son esenciales para sostener la transición ecológica, pero exigen que sean estables, previsibles y con una gestión más eficiente. “El Plan Moves ha sido útil, aunque su ejecución es manifiestamente mejorable”, apuntan, recordando que la electrificación del parque no será posible si los consumidores no perciben apoyo institucional ni ventajas claras.

Anfac pide a Europa “flexibilidades” en los objetivos de CO₂

Por su parte, el director general de Anfac, José López-Tafall, reclamó a la Unión Europea que revise los objetivos de emisiones de CO₂ fijados para 2030 y 2035, con el fin de hacerlos más realistas y alcanzables. “No se van a cumplir los objetivos en los plazos previstos, pero tampoco hay vuelta atrás en el proceso de electrificación. Por eso necesitamos introducir flexibilidades que permitan que el camino no se detenga”, explicó.

López-Tafall defendió que la industria automovilística “ha respondido al reto” en los últimos años, con inversiones superiores a los 20.000 millones de euros en España y una amplia oferta de modelos eléctricos y de bajas emisiones. Sin embargo, cuestionó si se están dando las condiciones adecuadas para alcanzar los objetivos europeos. “Nosotros hemos hecho nuestra parte. ¿Qué sucede con el resto de los agentes?”, preguntó.

Entre esas “condiciones habilitantes”, el responsable de Anfac señaló la necesidad de reforzar los programas de ayuda a la demanda, mejorar los incentivos fiscales, desarrollar una red de recarga suficiente y asegurar el acceso a materias primas esenciales.

“La política industrial no puede basarse solo en multas”

López-Tafall advirtió además de que la política industrial europea se ha centrado en la imposición de sanciones por incumplimientos, en lugar de promover inversiones y apoyar la modernización de las flotas. “Hay que repensar una estrategia para nuestra industria. Solo hay dos opciones: quedarse esperando a que nos lo resuelvan o dar el salto”, resumió.

El director general de Anfac insistió en que la competencia internacional, con el empuje de Estados Unidos y la irrupción de fabricantes chinos, está transformando el mercado europeo. “Desde 2021 hemos visto cómo las políticas arancelarias y la llegada de nuevos productos asiáticos han alterado profundamente las dinámicas comerciales”, advirtió.

En ese contexto, defendió la necesidad de diseñar una auténtica política industrial europea que garantice una cadena de valor completa, desde las baterías hasta el acceso a las tierras raras, y que convierta la producción continental en una alternativa competitiva frente a las potencias extranjeras.

Auto 2030: el plan de futuro de la automoción española

Anfac trabaja actualmente en su propio plan estratégico, denominado Auto 2030, que pretende reforzar la competitividad del sector en España y asegurar el mantenimiento del empleo y la productividad en la próxima década. Este programa, que cuenta con la participación de toda la cadena de valor del automóvil, será presentado previsiblemente en noviembre.

El objetivo, según López-Tafall, es ofrecer un marco de actuación claro y coordinado para que la industria española siga siendo una referencia en Europa. “España no puede perder su peso industrial en el sector del automóvil. Tenemos que convertir la descarbonización en una oportunidad, no en una amenaza”, concluyó.

Mientras tanto, el mensaje del sector al Gobierno es inequívoco: el país necesita un plan nacional de renovación que dé certidumbre a consumidores y fabricantes, acelere la sustitución de los vehículos más antiguos y permita que la transición hacia una movilidad más limpia no se detenga en el camino.