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Alpine A110: el icono francés se despide antes de renacer como deportivo eléctrico

La marca de Dieppe pone en marcha la última producción del mítico A110 antes de su conversión a la nueva era eléctrica. Con 1.750 unidades finales, el coupé más emblemático de Alpine cierra un ciclo de leyenda que se remonta a más de seis décadas de historia automovilística.

Gama Alpine A110

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La cuenta atrás ha comenzado en Dieppe. Alpine se prepara para despedir al A110, el modelo más emblemático de su historia y uno de los grandes iconos del automovilismo francés. La planta Manufacture Alpine Jean Rédélé, donde nació y se fabrica desde hace más de medio siglo, acaba de anunciar el inicio de su última serie de producción, limitada a 1.750 unidades, que se completará a mediados de 2026. Con ello, se cerrará el ciclo del A110 de segunda generación, cuya reedición moderna llegó al mercado en 2017 y que, desde entonces, ha conquistado tanto a puristas como a nuevos entusiastas de los deportivos ligeros.

En total, Alpine habrá producido cerca de 30.000 unidades del actual A110, una cifra notable para una marca de nicho que siempre ha apostado por la artesanía, la precisión y la emoción al volante. Pero este final no es un adiós, sino un punto y seguido: el A110 volverá en 2026, completamente transformado, como el primer deportivo 100% eléctrico de la marca, desarrollado sobre la nueva plataforma APP (Alpine Performance Platform), un chasis modular concebido específicamente para sus futuros modelos eléctricos de altas prestaciones.

El espíritu de Jean Rédélé, más vivo que nunca

Para comprender la trascendencia de este anuncio, hay que mirar atrás. En 1962, Jean Rédélé, un apasionado piloto y preparador francés, presentó el primer Alpine A110. Su receta era sencilla y visionaria: ligereza, equilibrio y placer de conducción. Construido sobre una estructura tubular y carrocería de fibra de vidrio, aquel coupé de motor trasero se convirtió en una referencia de la conducción pura.

Su consagración llegó en 1973, cuando Alpine conquistó el Campeonato del Mundo de Rallys con el A110, imponiéndose a gigantes como Lancia o Porsche. Ese mismo año, Renault adquirió la marca, integrando su legado deportivo dentro del grupo. Desde entonces, el A110 quedó grabado en la memoria colectiva como el símbolo del automovilismo galo: un deportivo pequeño, ágil y con un inconfundible “je ne sais quoi” que lo diferenciaba de cualquier otro rival.

Tras décadas de silencio, en 2017 Alpine resucitó el A110, reinterpretando su diseño clásico con tecnología moderna y un chasis de aluminio ultraligero. El resultado fue un deportivo de solo 1.100 kilos, con un motor turbo de 1.8 litros y un equilibrio dinámico que enamoró a la prensa y al público. En plena era de SUV y electrificación, el A110 demostró que aún había espacio para los coches de sensaciones puras.

Un éxito atemporal que desafió las modas

El renacimiento del A110 fue un riesgo, pero Alpine logró algo que pocos esperaban: mantener un ritmo de ventas estable e incluso creciente durante toda su vida comercial. Frente a una industria cada vez más dominada por la digitalización y los coches conectados, el A110 se consolidó como un objeto de deseo para los amantes de la conducción analógica.

A lo largo de estos años, la marca ha ido perfeccionando la fórmula con versiones más radicales o refinadas, sin perder la esencia. La producción artesanal en Dieppe —la misma factoría que ha dado vida a los coches de competición de Alpine— ha permitido mantener un control de calidad y exclusividad que se ha convertido en sello de identidad.

Hoy, ese mismo espíritu se mantiene intacto en las tres versiones que ponen punto final a la saga antes de su transformación eléctrica.

Tres joyas para despedir una leyenda

A110: es la versión más fiel al espíritu original del modelo. Con un motor de 252 CV, ofrece la ligereza y agilidad que definieron al Alpine desde sus inicios. De serie equipa llantas Serac Noir diamantadas de 18”, frenos Brembo en color antracita y asientos baquet Sabelt tapizados en cuero y microfibra. Disponible desde 67.800 euros, representa la puerta de entrada a la experiencia Alpine más pura.

A110 GTS: lanzado en marzo, combina las virtudes de las anteriores versiones GT y S, con un equilibrio perfecto entre confort y deportividad. Bajo el capó, el mismo bloque 1.8 turbo ofrece 300 CV, asociado a un chasis dinámico derivado del A110 S y con la opción de un kit aerodinámico GTS inspirado en el radical A110 R. El interior, revestido en cuero gris y fibra de carbono, aporta un toque de sofisticación. Su precio parte de 83.000 euros.

A110 R 70: esta edición limitada es la joya de la corona y homenajea el 70 aniversario de Alpine. Con solo 770 unidades numeradas, destaca por su uso intensivo de fibra de carbono en capó, techo, alerón, llantas y luneta trasera. Su motor de 300 CV y un chasis específico garantizan una experiencia de conducción extrema, en línea con su diseño radical. Detalles como el logotipo conmemorativo del aniversario y los emblemas exclusivos en puertas y reposacabezas refuerzan su estatus de pieza de colección. Su precio: 124.800 euros.

Alpine A390

Alpine A390

Dieppe mira hacia el futuro

Con esta última hornada de A110, la fábrica Manufacture Alpine Jean Rédélé se prepara también para su propia evolución. Las instalaciones normandas se transformarán para acoger la producción de los nuevos modelos eléctricos de la marca, comenzando por el A290, un utilitario deportivo basado en el Renault 5, y el futuro A390, un SUV de altas prestaciones.

Pero será el A110 de tercera generación, previsto para 2026, el encargado de inaugurar una nueva era: la de los deportivos eléctricos emocionales. Desarrollado sobre la citada plataforma APP, promete mantener la ligereza, la precisión y la conexión con el conductor que han hecho de Alpine una marca única, pero con la potencia instantánea y la eficiencia del futuro eléctrico.

Alpine afronta así una transición histórica. En un contexto en el que los deportivos tradicionales desaparecen o se electrifican sin alma, la marca francesa busca demostrar que la emoción al volante no depende del combustible, sino de la filosofía.

El A110 se despide en su forma actual, pero lo hace en su mejor momento: con récord de producción, reconocimiento internacional y una comunidad de apasionados que lo considera un clásico contemporáneo. Su sucesor tendrá una tarea titánica: reinventar la pasión por conducir en la era eléctrica.

Y si algo ha demostrado Alpine en estos 70 años, es que la pasión por la ligereza y la precisión nunca pasa de moda.

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