Recasens exige un plan nacional urgente para salvar la competitividad del motor español
El presidente de Renault Group Iberia y de Anfac advierte de que “el liderazgo de España está en juego” y pide una actuación inmediata, coordinada y sin dudas para reindustrializar el país.

Archivo - El presidente de Anfac, Josep María Recasens, en una imagen de archivo.
El presidente de Grupo Renault Iberia y de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Josep María Recasens, ha lanzado este viernes un mensaje inequívoco al Gobierno y al conjunto del sector: España necesita con urgencia un plan nacional de automoción que garantice su competitividad y frene la pérdida de liderazgo frente a potencias como China o Estados Unidos.
Durante la jornada celebrada en Madrid bajo el título “Manifiesto Renault Group por el futuro de la industria de automoción en España”, el directivo catalán fue tajante: “El liderazgo de España está en juego. Cada día que pasa, cada decisión que posponemos o dudamos es una ventaja para otros países”.
Recasens, ingeniero de formación y uno de los ejecutivos más influyentes del sector, aseguró que ya no hay margen para el debate, sino que es “el momento de actuar con determinación y celeridad”.
Un consenso amplio: el país apoya el plan
El máximo responsable de Renault en España recalcó que no se trata de una propuesta aislada de las marcas, sino de una iniciativa respaldada por el conjunto de la industria, las administraciones y, sobre todo, la sociedad. Según los datos que presentó, más del 70% de los ciudadanos españoles apoyaría la puesta en marcha de este plan nacional.
“La automoción es un motor de empleo, de cohesión territorial y de innovación. No tiene enemigos, no tiene ‘haters’. Si el sector está de acuerdo, la sociedad lo respalda y las administraciones muestran apoyo, ¿qué nos impide avanzar?”, se preguntó Recasens ante un auditorio repleto de representantes empresariales y políticos.
“Luces largas” para el futuro industrial
El dirigente defendió que este plan debe construirse con una visión de largo plazo, o como él mismo lo definió, con “luces largas”. No se trata, dijo, de medidas coyunturales ni de incentivos temporales, sino de una estrategia estructural que transforme el sistema industrial y la cadena de valor completa del automóvil en España.
“Esto no va solo de vender coches”, subrayó. “Lo que está en juego es lo que se fabrica en España. Necesitamos una respuesta valiente y estructural para preservar nuestra base industrial”.
Recasens recordó que la automoción genera más de dos millones de empleos directos e indirectos y que su impacto económico supera los 12.000 millones de euros de valor añadido bruto. No actuar, advirtió, “no es una opción”.
Certidumbre y colaboración: el binomio necesario
El presidente de Renault Group Iberia hizo un llamamiento a la colaboración entre todos los agentes implicados —fabricantes, proveedores, administraciones y sindicatos— para construir un marco de confianza y estabilidad.
Reclamó, además, que las normas y los incentivos no estén sujetos a los ciclos políticos o presupuestarios, sino que respondan a una visión de país. “Es lamentable que cada seis meses tengamos que levantar la voz para pedir ayudas o incentivos a la demanda”, lamentó.
Recasens insistió en que el sector necesita sistemas estables, predecibles y permanentes que permitan planificar inversiones a medio y largo plazo. En este sentido, defendió una reforma fiscal integral del automóvil, orientada a fomentar la renovación del parque y la compra de vehículos con menor huella de carbono.
“No podemos permitirnos debatir cada seis meses cómo financiar los vehículos del futuro. Se necesitan mecanismos permanentes y realistas”, añadió.
Medir mejor las emisiones
Otro de los puntos clave de su intervención fue la necesidad de revisar la metodología con la que se calculan las emisiones de CO₂ de los vehículos. Recasens defendió un enfoque más global que tenga en cuenta todo el ciclo de vida del vehículo y no solo “lo que sale del tubo de escape”.
“Necesitamos una medición más justa, amplia y realista, que reconozca los esfuerzos de todas las tecnologías disponibles para reducir la huella de carbono”, subrayó.
Este cambio de paradigma, señaló, favorecería la transición hacia un modelo industrial más equilibrado, donde la electrificación conviva con otras soluciones sostenibles y con un ecosistema de innovación fortalecido.
Una apuesta firme por la electrificación y el I+D
En su discurso, Recasens defendió la necesidad de reforzar el ecosistema de I+D en torno a la automoción, impulsando tanto la fabricación de vehículos eléctricos como el desarrollo de nuevas tecnologías energéticas.
Recordó que la edad media del parque móvil español supera los 14 años, una cifra muy por encima de la media europea, lo que supone una oportunidad evidente para acelerar la renovación hacia modelos más seguros, limpios y eficientes.
“El desafío es enorme, no solo económico, sino también social y territorial. España tiene mucho que ganar, pero también mucho que perder si no actuamos ya”, concluyó el presidente de Renault Group Iberia, quien apeló a la responsabilidad colectiva para poner en marcha un plan que garantice el futuro de una industria esencial para el país.
En palabras de Recasens, “no se trata de planear más, sino de ejecutar de una vez nuestras ideas y compromisos”. Porque el futuro del motor español —y de buena parte del tejido industrial nacional— se juega ahora, no dentro de unos años.
Se necesita un gran plan
Ignacio Rodríguez‑Solano, director de la Fundación Renault Group España, ha explicado que un reciente estudio promovido por su fundación revela un respaldo muy significativo de la ciudadanía hacia un “pacto de estado” para la automoción: más del 70 % de los españoles apoyaría un acuerdo institucional de gran alcance para el sector.
En sus palabras: “Este estudio no solo ofrece una visión global sobre la percepción que tienen los españoles del sector de la automoción, considerado prioritario (…) sino que también revela una demanda clara por parte de la sociedad: los españoles apuntan que, ante la situación de crisis del sector, es necesario consenso político para poner en marcha un Pacto de Estado”.
Con estos datos sobre la mesa, Rodríguez-Solano subraya que la presión social es un argumento más para que administraciones, industria y proveedores “se pongan de acuerdo ya” y dejen de lado las dilaciones.
François Provost, directivo global de Renault Group, aporta por su parte una mirada estratégica sobre la posición de España dentro de Renault. Según declara: “El futuro industrial de las plantas de España está asegurado más allá de 2030, si siguen siendo competitivas”.
El directivo francés destaca que España es considerada una “segunda casa” para Renault, y que tarde o temprano producirá vehículos eléctricos como parte de su cadena global. Este planteamiento subraya la urgencia de que España no solo prolongue su papel actual de manufactura, sino que dé un salto cualitativo en tecnología, electrificación e innovación para cumplir esa promesa.
Estamos ante un momento crítico para la automoción en España. No es solo una cuestión de generar nuevas ventas de vehículos eléctricos, sino de reconstruir el ecosistema industrial: proveedores, energías, formación, producción, exportación.
La ventana de oportunidad es estrecha y la competencia global no espera.