La gasolina del futuro te costará el doble

El Parlamento Europeo ha presentado una propuesta histórica para prohibir la venta de coches nuevos con motores de combustión a partir del año 2035, como parte de un esfuerzo para reducir las emisiones de carbono y combatir el cambio climático. Esta medida ha generado una serie de interrogantes sobre las alternativas al modelo tradicional de vehículos. 

Entre las soluciones propuestas destaca el uso de combustibles sintéticos o e-fuel, que podrían contribuir a reducir las emisiones de carbono mientras permiten continuar con la comercialización y uso de motores térmicos.  

Estos combustibles sintéticos se producen a partir de hidrógeno y tienen una huella de carbono neutral en emisiones de dióxido de carbono (CO2). Tanto la gasolina como el diésel sintético pueden ser utilizados para alimentar motores de combustión interna con poca o ninguna necesidad de adaptaciones en comparación con los carburantes tradicionales. 

Algunos fabricantes automovilísticos llevan tiempo trabajando en el desarrollo de este nuevo tipo de combustible. Por ejemplo, en diciembre de 2020, Porsche y Siemens Energy, junto con otras compañías internacionales, firmaron un acuerdo para desarrollar un proyecto piloto en Chile, destinado a la producción de combustibles sintéticos no contaminantes a escala industrial y con fines comerciales.  

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El proyecto contempla una producción inicial de unos 130.000 litros en 2022, y se espera aumentar esta capacidad a unos 55 millones de litros anuales en 2024 y 550 millones de litros en 2026. Porsche será uno de los principales clientes de este combustible ecológico. 

Aunque los combustibles sintéticos tienen el potencial de reducir las emisiones de carbono, su producción es costosa y requiere grandes cantidades de energía, lo que podría elevar significativamente su precio.  

Se estima que el precio de estos nuevos combustibles oscilará entre los 2 y 3 euros por litro, un 50% más caro que la gasolina actual. Un estudio de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente prevé que para el año 2030, un litro de gasolina sintética podría costar alrededor de 2,80 euros, lo que implicaría llenar un depósito de 75 litros a casi 210 euros. 

A pesar de este desafío económico, en países como Alemania e Italia, así como para fabricantes automovilísticos como Porsche, Mazda, Lamborghini y Audi, los combustibles sintéticos se consideran una opción viable y duradera para mantener la continuidad en el desarrollo y comercialización de motores de combustión interna más allá de 2035. 

No obstante, aunque algunos actores apuesten por los combustibles sintéticos, la mayoría de las marcas en la industria automotriz están enfocadas actualmente en la producción e innovación de vehículos eléctricos, mientras que un número limitado comienza a considerar el hidrógeno como una opción para el futuro.