Sánchez y Díaz apuntillan al PSOE y lo empujan a una tercera derrota letal
Dos PSOE distintos y muy equilibrados de fuerzas se han citado este sábado en un duelo a muerte. Y han constatado que el partido no esta "descosido". Sufre un desgarro tal vez irreparable.
Algo grave le debe estar sucediendo al PSOE cuando un centenar de sus militantes corean al unísono a tres metros de su sede nacional "Felipe hijo de..., traidor y burgués, pasaté al PP". Algo más grave debe sucederle cuando algunos miembros de su Comité Federal salen con lágrimas en los ojos, abucheados y zarandeados por sus propias bases.
Algo le pasa, desde luego, cuando una decena de dirigentes secuestran durante más de cinco horas a su máximo órgano entre congresos para resolver quién tiene derecho a votar y qué se debe o no someter a votación.
Y algo sucede cuando el equipo de comunicación socialista es capaz de dejar a dos centenares de periodistas trabajando sobre el asfalto de la calle Ferraz impidiéndoles acceder a la sala de prensa de su sede.
"Felipe hijo de..., traidor y burgués, pasaté al PP", coreaban los simpatizantes afines a Sánchez
"Si nosotros hubiéramos traído un autobús con los nuestros, este sábado a las puertas de su sede los socialistas se hubieran líado a puñetazos entre sí. Y, encima, ante treinta cámaras de televisión en directo para toda España". Este lamento, a ESdiario, corresponde a un delegado andaluz próximo a Susana Díaz y al que los militantes afines a Sánchez llamaron de todo: "fascista, Tamayo, traidor y golpista".
A otro de los colaboradores de Susana Díaz que salía de Ferraz para tomar un café, otro militante le llamó, simplemente, "corrupto". "Eso sí que no te lo permito", respondió el primero. Frente con frente y cascos azules del PSOE para evitar males mayores. "Esto está muy jodido, muy jodido", se lamentaba otro miembro de la delegación extremeña. Y, visto el sainete de este sábado, los más pesimistas miran ya a las urnas y tuercen el gesto con evidentes síntomas de alarma.
E imágenes berlanguianas. Como cuando salía otro dirigente y era abucheado. "Que no, que no, que yo soy de los vuestros", se defendía. Y otros, resumían el sentir general a través de Twitter:
"Estable, dentro de la gravedad"
En uno de los tres insólitos recesos registrados sin que ni siquiera arrancara el Comité Federal, otro de sus miembros respondía a la pregunta ¿cómo está eso? tirando de ironía: "estable, dentro de la gravedad".
Gravedad que comprobaron en sus carnes a primera hora los barones críticos más reconocidos. Los Page, Vara y Lambán fueron abucheados y zarandeados. Previsora, Susana Díaz accedió a Ferraz por el garaje. Ya dentro, los 253 miembros del Federal -los que finalmente se acreditaron- estaban citados a las 9. Pero ahí surgió el primer problema, una anécdota pero nada menor: ahora existen dos PSOE.
Mientras Sánchez esperaba en su despacho, dos miembros de la Mesa del Comité trataban de negociar las reglas del juego. Verónica Pérez, la susanista; Rodolfo Ares, el pedrista.
Después de tres horas de tira y afloja el Comité Federal arrancó con Sánchez y los supervivientes en sus sillas de la ejecutiva. Sin embargo, los críticos no los reconocen. A tal punto llega el escarnio que cuando el líder quiso tomar la palabra, Verónica Pérez se la quitó. Y Rodolfo Ares se la devolvió.
Mas allá de cuitas internas, la cúpula socialista -oficialistas y críticos- siguen obviando el gran asunto pendiente que tienen de fondo: o se abstienen para investir a Rajoy o mantienen el bloqueo para forzar las terceras elecciones. "Y habrán enterrado al PSOE, Susana y Pedro", decía un veterano miembro del Federal con muchas guerras a sus espaldas.