El secreto de Sánchez: estudió en un colegio concertado, como medio Gobierno
El presidente cursó la EGB en una escuela ya desaparecida del barrio de Chamartín, pero nunca habla de ello. También Calvo, Celaá, Illa, Marlaska, Calviño, Darias, Robles, Montero...
El niño espigado que toca la flauta en una función escolar es el mismísimo Pedro Sánchez Castejón. La imagen que ilustra esta información está tomada en los años 80, en el salón de actos del Colegio Santa Cristina de Madrid, en Chamartín. Y hace unos años una de sus entonces compañeras de pupitre, Maite, la repescó y la colgó en la página de Facebook de antiguos alumnos del colegio.
Aunque al presidente del Gobierno le gusta recordar su paso por el Instituto Ramiro de Maeztu, de titularidad pública y famoso por ser la cantera del Estudiantes, en sus biografías suele omitir esto otro: antes de eso estudió EGB en un colegio concertado para familias de clase media y media alta conocido como el "Santa", que cerró sus puertas en 2014.
En realidad su caso es la excepción en el Gobierno que ha aprobado la ley orgánica educativa con menos votos a favor de la democracia, la octava en 40 años. Es la norma: la mayoría de los miembros del Consejo de Ministros estudiaron en la escuela concertada que ahora se rebela contra la "asfixia" de la Ley Celaá.
La número dos del Ejecutivo, Carmen Calvo, estudió en el Colegio San José de su Cabra natal, dirigido por las Madres Escolapias. Evidentemente, religioso.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, cursó la educación obligatoria en el afamado Colegio Estudio de Madrid, en el pudiente distrito de Aravaca. Éste, privado.
Los otros dos vicepresidentes, Pablo Iglesias y Teresa Ribera, así como la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, sí estudiaron en la pública.
No así la propia ministra de Educación, Isabel Celaá, azote de la concertada en público y usuaria en privado. Además de llevar a sus dos hijas al colegio que las Irlandesas tienen en Lejona, ella misma estudió en el Sagrado Corazón de Bilbao.
También en Bilbao, y también en un centro religioso y concertado, pasó sus primeros años como estudiante el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska. En su caso, en La Salle.
Por su parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, pasó su infancia en el Colegio Santa Teresa de León, perteneciente a la Institución Teresiana.
El de Sanidad, Salvador Illa, lo hizo en la Escola Pia de Granollers, en Barcelona, un centro concertado y católico dirigido por los escolapios.
La ministra de Educación, Irene Montero, también estudió en un colegio concertado, aunque en su caso laico. Concretamente, el Colegio Siglo XXI de Moratalaz. No así los ministros de Unidas Podemos Alberto Garzón y Yolanda Díaz, que sí se educaron en la escuela pública.
La titular de Política Territorial, Carolina Darias, fue al Colegio Marpe de Las Palmas de Gran Canaria, de educación reglada privado y concertado. Y el de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, que en el pasado fue secretario de Laicidad del PSOE, estudió en las Escuelas Profesionales Luis Amigó de Godella, un centro concertado y católico.
La Plataforma Más Plurales ha conseguido ya más de un millón y medio de firmas en contra de la Ley Celaá y en defensa de la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos. Ninguno de los ministros de Sánchez ha firmado, obviamente, aunque por currículum bien podrían haberlo hecho.