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España se la juega en 2024: un año político que puede marcar el futuro

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha metido a España en un territorio inexplorado con una coalición de Gobierno que pende de un hilo. Así se presenta este 2024 que comienza ya

Sánchez y Feijóo: 2024 marcará su futuro

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha metido a España en un territorio inexplorado con una coalición de Gobierno que pende de un hilo. Analizar qué puede dar de sí este 2024 es, por tanto, una misión complicada. El Ejecutivo está en manos de media docena de fuerzas, algunas de ellas con intereses e ideologías contrapuestas. Eso implica que la aparente estabilidad de Sánchez tenga en realidad pies de barro. Más aún cuando algunas de esas fuerzas contrapuestas van a chocar en procesos electorales previstos para este año.

Precisamente por eso, lo que ocurra en los tres procesos electorales que vamos a encarar en 2024 puede marcar de manera decisiva el futuro de la legislatura y, en consecuencia, del Gobierno y del propio Pedro Sánchez.

Galicia: Rueda contra todos

Nada más arrancar el año, en febrero, los gallegos acuden a las urnas. Aunque Galicia siempre vota en clave autonómica más que otras comunidades, lo cierto es que esta vez la amnistía y los pactos con Bildu y el prófugo Puigdemont van a estar presentes en el subconsciente de los votantes.

Galicia sido la única comunidad donde se han mantenido gobiernos con mayorías absolutas cuando eso parecía imposible por la fragmentación parlamentaria a escala nacional. Ahora, el sucesor de Feijóo, Alfonso Rueda, solo tiene una posibilidad de gobernar: conseguir mayoría absoluta. La paradoja sin embargo es que es que con el PP más fuerte de los últimos años es cuando más se cuestiona la posibilidad de que lo logre.

El PSOE tiene que estar muy agradecido a Vox”, dice una fuente de la dirección del PP en la calle Génova. La única posibilidad que tiene la izquierda de hibernar Galicia pasa porque el PP no consiga la mayoría absoluta y a eso puede ayudar la presencia de Vox, un partido que a priori no va a conseguir ni un solo escaño, pero que va a fragmentar algo el voto de la derecha. Eso da alguna esperanza a una coalición de perdedores de la izquierda sume a todos los perdedores sin excepción.

En Galicia, Pedro Sánchez tiene poco que perder y mucho que ganar. Y Feijóo todo lo contrario. Una mayoría absoluta se vería como la continuidad mientras que la pérdida del Gobierno autonómico sería aprovechada por la izquierda para argumentar la debilidad del líder gallego del PP.

Elecciones europeas

Más delicado para Sánchez puede ser lo que ocurra en las elecciones al Parlamento Europeo que se celebran a comienzos de junio. Con circunscripción única en toda España, esos comicios van a ser en la práctica un referéndum sobre Pedro Sánchez, una oportunidad para testar de verdad el apoyo a su Gobierno. Aunque queda mucho para entonces y el PSOE confía en la mala memoria de los españoles, lo cierto es que ahora mismo sus expectativas son muy malas y el revolcón podría ser tremendo para el sanchismo. Eso dejaría a Sánchez en una posición de gran debilidad en la que, hay que reconocerlo, aunque no sea lo ideal para él se mueve mejor que nadie. No obstante le pondría las cosas cuesta arriba.

El pantano de las elecciones vascas

Poco después de las elecciones europeas llegan las del Parlamento Vasco, con cuatro candidatos nuevos en las cuatro principales fuerzas políticas: PNV, BIldu, Partido Socialista y PP. Ahí Sánchez empieza a entrar en territorio muy pantanoso. Las encuestas pronostican que los proetarras de Bildu ganarán las elecciones, con un PNV a la baja y un PSOE como tercera fuerza que será el árbitro para decidir quién gobierna.

El candidato socialista acaba de decir que no entregarán sus votos a Bildu, pero eso es más bien garantía de que lo harán, a juzgar por lo que ha ocurrido en Pamplona y lo que ha sucedido con la ley de amnistía. La palabra de un socialista no vale nada.

En todo caso, si Sánchez da el gobierno a Bildu tendrá un problema con el PNV en el Congreso y viceversa. Como dijo no hace mucho el lehendakari Íñigo Urkullu, el PSOE va a necesitar todos los votos de sus socios todo el tiempo. Si un socio sale de la ecuación, la mayoría parlamentaria se esfuma.

Los presupuestos 2024

Veremos si antes de que llegue ese momento de enfadar a alguno de sus aliados, Sánchez ha sido capaz de aprobar los presupuestos generales para 2024. Tampoco le va a resultar fácil porque las cuentas públicas, que conllevan medidas económicas de calado, tienen que contentar a socios tan dispares en lo ideológico como Junts y ERC o el PNV y Bildu, estos últimos con elecciones a la vuelta de la esquina.

Sin los presupuestos aprobados es muy complicado mantener la legislatura en pie y la hipótesis de unas nuevas elecciones empezaría a coger cuerpo. Por el contrario, si logra aprobar las cuentas de 2024, probablemente hablaríamos de un Gobierno de Pedro Sánchez para al menos un par de años más.

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