Lambán sigue mostrando su rebeldía: voto en blanco para no cruzar la peligrosa línea roja que marca Sánchez
El presidente de los socialistas en Aragón se limita a no votar para no tener que apoyar una iniciativa del PP en el Senado que busca paralizar el concierto económico para Cataluña y romper así la disciplina de voto de su partido.
Continúa el descontento entre las filas socialistas por algunas de las decisiones que su líder, Pedro Sánchez, está tomando como presidente del Gobierno para intentar sobrevivir en La Moncloa. Un enfado que no tiene por qué desaparecer ya que nada ha cambiado. Es por ello que el máximo dirigente de los socialistas en Aragón, Javier Lambán, ha vuelto a mostrar su rebeldía dejando su voto en blanco para no romper la llamada disciplina de voto de su partido.
Una cuestión que parece una línea roja marcada por Sánchez, que permite tener ciertas voces contrarias a sus decisiones dentro de su formación pero que estas mismas no se transformen en votos en el Senado o Congreso. Por este motivo el que fuera presidente aragonés no ha participado en la votación de una moción del PP que rechaza el cupo catalán y reclama a Sánchez una "financiación justa y equitativa" para todas las Comunidades.
Y es que, sí por él fuera, votaría a favor. Sin embargo, como decimos, sería sacar demasiado los pies del tiesto. El resto de senadores socialistas han votado en contra de la misma y el de Lambán ha quedado en blanco. Hay que destacar que sí que ha votado de manera telemática en todas las iniciativas que se han debatido y votado este martes en el Senado, por lo que su ausencia es más que intencionada para demostrar su descontento con el pacto con ERC del Gobierno.
El 'barón' del PSOE ya hizo lo mismo con el voto en la ley de amnistía a su paso por la Cámara Alta. Lambán sigue en sus trece y seguirá mostrando oposición desde dentro como uno de los líderes territoriales socialistas que no aceptan el concierto económico para Cataluña. En las mismas está el otro gran abanderado dentro del socialismo en esta causa: un Emiliano García-Page que, para su suerte, no tiene que emitir su voto en estos casos y así se cubre más las espaldas y menos la boca para criticar cada vez que puede las decisiones de su líder de filas.