García Ortiz pidió recibir en su mail privado los datos del novio de Ayuso filtrados

La presunta filtración por Álvaro García Ortiz de los datos doblemente secretos del novio de Ayuso, tanto por proceder de una inspección fiscal como de una investigación del ministerio público, recibe un poderoso respaldo de veracidad por los elementos apuntalados por la UCO sobre el papel del fiscal general del Estado: coinciden al milímetro las horas de recepción y de difusión del material secreto.

Pero hay algo más significativo desde el punto delictivo del caso: García Ortiz, en persona, reclama todos los mails cruzados entre Fiscalía y el letrado de Gómez Amador. Incluso, esgrime, que le falta uno. Pero la mayor prueba de su irregular papel, de su irregular acción, es que pide a su subordinada que le envíe tal material no a su cuenta oficial, sino a un correo privado suyo.

Esto desbarata toda pretensión de vestir de carácter oficial su exigencia de información a su subordinada. Si actúa como fiscal general que quiere informarse plenamente de un caso en plena noche, ¿por qué quiere impedir que haya pruebas de su recepción en su email oficial?

Las anomalías ya surgen desde el primer momento. El 8 de marzo de 2024 Diego Villafañé, brazo derecho de García Ortiz, le pide a la fiscal jefe provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, que la denuncia contra Gómez Amador que le envió el día anterior que se lo reenvíe escaneado por las dos caras. Le faltan hojas a partir del folio 64. Rodríguez cumple lo pedido.

Cuatro días después de que García Ortiz tenga en su papel la denuncia y la inspección de Hacienda, no en los meses precedentes bajo control de sus subordinados madrileños, la noticia se filtra a la prensa. El informe de la UCO destaca que la noticia publicada incluye pantallazos de la denuncia de la fiscalía y de Hacienda. Para eso sirve escanear. Sólo García Ortiz y su equipo posen ambas denuncias. Hacienda, no. Y se contienen en el correo recibido por el subordinado directo de García Ortiz.

La noticia se publica a las 6:01 del 12 de marzo. El abogado recibe la denuncia tres horas y media después. La prensa tenía la denuncia antes que el denunciado. La fiscal jefe provincial, preguntada por la noticia, aclara a un subordinado: “Sí, claro, ya di cuenta la semana pasada [al equipo de García Ortiz]”.

Diego me pidió las diligencias y le mandé tooodo

Rodríguez, en un mensaje, dice que Almudena Lastra, fiscal superior de la CAM, “estaba muy enfadada con FGE por la filtración de lo del novio de Ayuso”. Añade más sospechas en otro mensaje: “Diego me pidió las diligencias y le mandé tooodo. Así que imagino que después de analizarlas es cuando se ha dado publicidad por FGE”.

El brazo derecho de García Ortiz, Diego Villafañé, apostilla “curioso que Almudena Lastra esté cabreada. Con otras filtraciones no se ofende”. Y le da un mensaje de ánimo u oferta a Fernández: Tú cuídate mucho que te ya digo que te vamos a necesitar a tope”. “En qué estaréis pensando”, replica ella. Y el brazo derecho del fiscal general le replica: “Todo bueno”. Llamativamente, desde el equipo de García Ortiz también le piden datos sobre el juez que ha recibido la denuncia.

El novio de Ayuso cuela en prensa su versión: Hacienda le debe 600.000 euros. García Ortiz toma la iniciativa ya sin tapujos. Su relato se tambalea. Telefonea directamente a la fiscal Rodríguez. “Llámame cuando puedas”. Al día siguiente, 13 de marzo, se publica que la fiscalía ofreció un pacto al novio de Ayuso. Rodríguez recibe nueva llamada de García Ortiz. Acto seguido ella recaba los mails cruzados entre fiscalía y el abogado del novio de Ayuso, presumiblemente por orden de García Ortiz.

García Ortiz pide que le manden a su correo personal y luego se filtra a la SER

De hecho, Rodríguez pregunta a García Ortiz a qué correo envía los mails del abogado del novio de Ayuso. Y aquí surge la bomba delatora: le pide que se lo envíe a una cuenta de correo personal, no oficial. García Ortiz recibe dos mails de su subordinada a las 21.:59 y 22:01”. A las 23:51 la SER publica el material recibido por García Ortiz. Lo tenía la fiscalía desde hacía un mes y no se filtró. Ocurrió dos horas después de tenerlo el fiscal general del Estado.

Tras recibir los mails de su subordinada y dos horas antes de publicarse la noticia, García Ortiz, vuelve a pedir a su subordinada Rodríguez que le envíe un correo del 5 de marzo que le falta, se refiere a un mail publicado por El Mundo.

García Ortiz lo detalla: “Hola nos falta el mail que el 5 de marzo le manda Julián el abogado”. ¿Qué les falta para qué? Y en plena noche. ¿Va a pedir la detención del novio de Ayuso, el registro de su domicilio? García Ortiz sigue construyendo su sumario mediático: pide la fecha de la denuncia a su subordinada. “Cuál es la fecha de presentación de la denuncia en decanato”? Se lo reitera mensaje a mensaje. “En cuanto lo tengas. Lo necesitamos para cerrar círculo”.

Tenía razón. Ya está cerrado el círculo.