ESdiario

Álvarez-Cascos clama que es juzgado gracias al uso por la fiscalía de documentos robados

El grueso de la acusación del cobro ilegal de 180.000 euros de Foro Asturias de Ciudadanos se basa en contabilidad sustraída al ex ministro del PP, según actas policiales

Francisco Álvarez-Cascos Fernández, el pasado mes de julio

Francisco Álvarez-Cascos Fernández, el pasado mes de julioManuel Pinilla Cruces

Francisco Mercado
Publicado por

Creado:

Actualizado:

Francisco Álvarez-Cascos debe sentarse este martes con 77 años para responder de una acusación de apropiación indebida de fondos de su antiguo partido Foro Asturias de Ciudadanos. Se juega tres años y seis meses de prisión. ¿Cuánto presuntamente saqueó? 

Aquí viene la parte novelesca. La fiscalía le acusaba de lucrarse con 8.000 euros hasta que recibió nueve cajas robadas en julio de 2022 al ex ministro con sus datos contables. Añadió otros 173.000 euros sospechosos fruto del alquiler de una oficina en Madrid al partido. Y sumó año y medio más de acusación.

El robo no es excusa conspiranoica. Lo avalan ante la policía sus actores. Lo admite la abogada y directiva de la fundación que recibe el material. Casualmente, la persona que la roba y se la entrega es cliente de su bufete. "Se trataba de diversa información referente a María Porto, Álvarez-Cascos sobre el caso Foro". ¿Qué hizo tal letrada con un material propiedad de dichos personajes? ¿Devolvérselo? No.

Contacta con fiscalía y se lo hace llegar. Ni abogada ni ministerio público ven ilegal entregar material sustraído

María Porto, expareja de Álvarez-Cascos, denuncia la desaparición de las cajas. Y apunta a un ex novio como autor de la sustracción porque tenía acceso a un piso que compartieron donde acumulaba tal documentación.

Tal exnovio lo corrobora. "Sí, sobre el mes de julio de 2022 trasladé nueve cajas con diversa documentación, propiedad de María Porto, a la sede la Fundación Z”. 

El ex novio tiene un móvil para actuar así: le reclama a Porto la devolución de un anillo que valora en 45.000 euros

Y dicho pleito, ya perdido, se lo lleva un miembro del bufete al que entrega las cajas: "Había contratos, escrituras sueltas apiladas que trasladó a la fundación Z., se trataba de escrituras y documentaciones originales, y después de haber consultado con F., abogado de la fundación que le estaba llevando las gestiones del anillo que le reclamaba a Porto, éste, tras consultar con fiscalía, le indicó que se las hiciera llegar para llevarlas a la fiscalía".

Los agentes le aprietan. "¿Visto el contenido de las cajas preguntó a María Porto por el origen de dichos documentos o del motivo por el cual los conservaba en su poder?" El autor del robo no titubea: "No, ya no tenía relación con ella".

La fiscalía no hace ascos al origen de la documentación. ¿Admitiría la fiscalía nueve cajas con contabilidad robada a Begoña Gómez cuando torpedea denuncias sólo por basarse en noticias?

El autor de la entrega del material salva el sumario. Languidecía hasta que entra en juego el arsenal robado. Porque el rosario de supuestos pagos ilegales era contablemente irrisorio hasta entonces: 7.793 euros.

Álvarez-Cascos alega que ni controlaba tales pagos ni cubrieron gastos personales, sino su diaria actividad política. Y, en todo caso, deja un reguero de gastos menores.

Un tiquet bar de 30,5 euros, unas bermudas y un polo por 110 euros, unas pizzas por 72 euros, un café en el aeropuerto de Málaga por 5,45 euros, una habitación de hotel por 130 euros... ¿Cuál fue su mayor gasto? Un tresillo por 3.200 euros. 

Pero llega el robo de la contabilidad de Cascos y la fiscalía descubre que Foro pagó el alquiler de una oficina en Madrid a una firma suya. Y suma otros 173.000 euros a su acusación.

El fiscal ve apropiación indebida continuada y Álvarez-Cascos sólo gastos propios de su labor política y un mero alquiler de una sede en Madrid tras quedarse sin local. La fiscalía cree que era una manera oculta de aumentar los ingresos de Álvarez-Cascos a costa del partido.

El tribunal decidirá. Tendrá que escuchar por qué razón política compró un tresillo, pagó cada café, cada pizza... Y la fiscalía debe probar que eran gastos ilegales mientras admite que eran "autorizados de modo automático por el partido".

Y toca explicar por qué era ilegal que alquilara un local al partido. ¿Había normas que lo vetaran? ¿Quién firmó ignoraba quién era el casero?

El teatrillo del sumario dispara sospechas legales en dos direcciones: sobre Álvarez-Cascos y sobre la fiscalía. 

Pero, por encima del robo de material sensible del exministro como presunto vicio legal, hay algo que chirría más. 

El celo de una fiscalía por 8.000 euros que ha digerido la voladura penal de los ERES, que cuestiona que Begoña Gómez sea acusada por apropiarse de una plataforma universitaria que costó suma parecida a la imputada a Álvarez-Cascos, que nunca investigó el dueño último de la firma del marido de Nadia Calviño, que excarcela al amo de una trama de hidrocarburos que robó 180 millones al fisco y cuyo fiscal general hace lo que el peor de sus delincuentes: borra mensajes cuando lo pillan.

Con tal escenario, Álvarez-Cascos cotiza al alza en la fiscalía de Sánchez. Esquivó Gürtel, pero le amenaza un tresillo y alquilar una sede.  

tracking