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Óscar López empieza a cumplir su papel de agitador: faltas de respeto a Miguel Ángel Rodríguez haciéndose el gracioso

El nuevo líder de los socialistas en Madrid parece que tiene una orden clara: confrontar de manera directa e intentar desestabilizar por los medios que hagan falta a Isabel Díaz Ayuso. Un perfil más beligerante que el de Juan Lobato.

El ministro de Transformación Digital y Función Pública y líder del PSOE-M, Óscar López.

El ministro de Transformación Digital y Función Pública y líder del PSOE-M, Óscar López.Diego Radamés / Europa Press

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Raúl Puente

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Pedro Sánchez ha colocado a Óscar López al frente de los socialistas en Madrid con un objetivo: confrontar a Isabel Díaz Ayuso e intentar su desgaste mediante ataques claros y directos. Todo lo contrario que el conciliador Juan Lobato, que ha metido en más problemas al PSOE destapando parte de lo que sucedió con la filtración de información confidencial del novio de la presidenta madrileña, lo que le ha acabado costando el puesto.

Un desconocido Óscar López que quiere darse a conocer siendo beligerante. Todo apunta a que es una orden directa desde Moncloa para intentar acabar con la hegemonía de Ayuso en Madrid. Lo tendrá difícil pero al menos molestará. Por ejemplo, lanzando acusaciones severas contra la presidenta o faltando el respeto a uno de sus hombres de confianza como es Miguel Ángel Rodríguez. Aunque sí que es verdad que el jefe de gabinete de la dirigente popular está más que acostumbrado a ser el blanco de los ataques de la izquierda.

Este mismo martes Ayuso ha acusado al Gobierno de conductas delictivas tras conocerse la imputación del Fiscal General y después de señalar el juez que Moncloa filtró la información. La dirigente popular lo ha calificado como un Watergate. Por estas palabras Óscar López ha exigido su dimisión, asegurando que donde están los delitos es en lo que hizo su pareja y en su gobierno, cargando también contra su jefe de gabinete al que acusa de filtraciones y de utilizar los medios a su favor. 

Todo ello faltando al respeto, afirmando que el "único Watergate de pacotilla" es el de su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, pero con un nombre diferente: "Supongo que mezclado con whisky de marca, no diría que es un watergate, sino que es un whiskygate".

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