CASO ALBERTO GONZÁLEZ AMADOR
Se alarga la agonía de García Ortiz por su falta de colaboración y borrar mensajes: seis meses más de investigación
Así lo establece el juez que investiga al fiscal general del Estado debido a la "compleja investigación tecnológica" que supone intentar recuperar la información de los dispositivos móviles que borró García Ortiz, casualmente, poco después de que supiera que iban a registrar su despacho.

El Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, durante su comparecencia en la Comisión de Justicia, en el Senado.
El juez que investiga al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por un presunto delito de revelación de secretos ha decidido prorrogar la instrucción del caso seis meses más. La razón principal: la desaparición de la información clave que se buscaba en el registro de su despacho ha obligado a desplegar una compleja investigación tecnológica, que incluso ha requerido comisiones rogatorias a Irlanda. Recordemos, una información que él mismo defiende que se hace de forma cíclica por seguridad, aunque los investigadores han mostrado durante el proceso -que ahora se extiende otros seis meses- sus dudas al respecto.
En su auto, el magistrado Ángel Hurtado subraya un hecho determinante: aunque García Ortiz colaboró durante el registro realizado el 30 de octubre de 2024, esa colaboración resultó ser de ninguna ayuda para esclarecer los hechos porque la información que podía encontrarse en sus dispositivos había sido eliminada.
Esto ha obligado a los investigadores a recurrir a métodos tecnológicos avanzados para intentar recuperarla. Concretamente una indagación tecnológica "de no poca complejidad". Recuperar los mensajes de esos dispositivos será la clave, ya que probará el papel que tuvo García Ortiz en la filtración de información confidencial de Alberto González Amador.
El juez justifica la prórroga debido a la espera de los resultados de las comisiones rogatorias, cuya respuesta, previsiblemente, no llegará antes del 24 de marzo de 2025. Además, advierte que, en función de lo que se descubra, podrían ser necesarias nuevas diligencias para completar la investigación.
En definitiva, el caso se alarga porque las pruebas que podían esclarecer los hechos han desaparecido, obligando a los investigadores a reconstruir la información por vías más complejas y laboriosas.